En la última mitad de siglo se ha registrado un crecimiento enorme de la población mundial. En 1960, esta cifra era de alrededor de 3000 millones de habitantes. Menos de tres décadas después, en 1987 había superado los 5000 millones y en 2018 la población mundial llegó a aproximadamente 7600 millones de personas.
Este crecimiento varía considerablemente entre las regiones. Desde 1960, el mayor crecimiento relativo se produjo en África al sur del Sahara donde la población aumentó de 227 millones en 1960 a más de 1000 millones en 2018, un incremento de casi cinco veces. El segundo mayor incremento se registró en Oriente Medio y Norte de África donde la población aumentó más de cuatro veces, pasando de 105 millones en 1960 a 449 millones en 2018.
Se proyecta que la población mundial seguirá aumentando hasta llegar a casi 10 000 millones de habitantes en 2050. Mientras en otras regiones el crecimiento disminuirá marcadamente, se prevé que la población de África al sur del Sahara se duplicará en 2050, un aumento de casi 10 veces en comparación con 1960, pasando de 227 millones a 2200 millones de habitantes.
Como resultado, se estima que también aumentará la proporción de África al sur del Sahara en la población mundial. En 1960, la región representaba solo el 7 %, pero este porcentaje subió al 14 % en 2018, y se prevé que llegará al 23 % en 2050. A nivel mundial, casi 1 de cada 4 personas vivirá en África al sur del Sahara en 2050, mientras que la relación era de 1 a 13 en 1960.
Esto se debe en gran medida a las elevadas tasas de fecundidad en África al sur del Sahara en comparación con el resto del mundo. Hoy, en promedio, dicha tasa es de 4,8 niños por mujer, en tanto que en el mundo es de menos de 3 niños por mujer. Se proyecta que las tasas de fecundidad en África al sur del Sahara seguirán siendo considerablemente más elevadas que en cualquier otra región del mundo durante las próximas décadas.
El tamaño de la población mundial es el resultado de las tasas de fecundidad (nacimientos) y de mortalidad (muertes) en los años pasados. De hecho, existe una estrecha correlación entre fecundidad y mortalidad. Las mujeres tienden a tener más hijos en los lugares donde los niños tienen mayores probabilidades de morir, y a dar a luz a menos hijos donde sus niños corren menos riesgo de morir. En todas las regiones, tanto la mortalidad como la fecundidad están bajando, pero en África al sur del Sahara ambas tasas son más altas que en otras partes del mundo, y la fecundidad tiende a ser más elevada para un nivel determinado de mortalidad infantil cuando se compara con otras regiones, como Asia meridional.
El nivel de fecundidad fluctúa ampliamente entre los países, llegando a menos de 1,1 niños por mujer en la República de Corea y a más de 7,1 niños en Níger. El riesgo de muerte para los niños también registra variaciones entre los países, ya que la tasa de mortalidad infantil es de 2,1 por cada 1000 nacidos vivos en Islandia y de 127 por cada 1000 nacidos vivos en Somalia, según datos del Grupo Interinstitucional para la Estimación de la Mortalidad en la Niñez de las Naciones Unidas (UN IGME). (i)
Para obtener más datos sobre la población mundial acceda a la base de datos de Indicadores de Desarrollo Mundial y la base de datos de Estimaciones y Proyecciones de la Población. Para obtener más información sobre la cobertura de datos, la curación y las metodologías, consulte el sitio web de Indicadores del Desarrollo Mundial y el sitio web HealthStats.
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