No se pueden lograr avances en materia de desarrollo si no se cuenta con datos de buena calidad. Los datos desglosados por sexo pueden revelar las diferencias entre hombres y mujeres, y se pueden usar para ayudar a formular políticas que reduzcan las brechas de género.
Podemos ver esto en acción en Uruguay, donde datos desglosados por sexo fueron cruciales para la formulación de una amplia política nacional de cuidados. Al igual que en otros países, en Uruguay solo recientemente se empezó a evaluar la prestación de cuidados sin recibir remuneración realizada en gran medida por las mujeres, y que es fundamental para la economía.
Encuestas nacionales sobre el uso del tiempo llevadas a cabo en 2007 y 2013 revelaron que las mujeres ocupan dos tercios de su tiempo efectuando trabajos no remunerados, y solo un tercio en trabajos remunerados. En el caso de los hombres sucedía lo contrario.
Datos desglosados por sexo de buena calidad causaron un impulso adicional originando la Política Nacional de Cuidados de Uruguay, que consagra en la ley los derechos de los niños, las personas mayores y las personas con discapacidad a recibir servicios de atención y garantiza la calidad del cuidado mediante capacitación y regulaciones.
Esta semana, publicamos el Little Data Book on Gender (Librito de datos sobre género), (i) que sirve como un punto de fácil acceso a estadísticas sobre la igualdad de género. La publicación presenta los avances en materia de igualdad de género en 217 economías de todo el mundo, proporcionando estadísticas comparables de mujeres y hombres, y de niñas y niños, para los años 2000 y 2017.
El Little Book complementa los datos más completos y organizados, así como las herramientas de análisis del Portal de datos sobre género. (i)
Además de información demográfica y económica, los indicadores incluyen la proporción de mujeres y hombres que usan internet, la prevalencia de tabaquismo desglosada por sexo, y el porcentaje de mujeres graduadas de programas de educación superior en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas. Se incluyen dos indicadores del proyecto Mujer, empresa y el derecho: (i) la duración de la licencia por maternidad remunerada y si la ley permite que las mujeres puedan trabajar en los mismos sectores que los hombres.
En esta edición se presentan también cuadros en línea (i) —que se actualizarán trimestralmente— que facilitan más que nunca el acceso a información de cómo les está yendo a mujeres y hombres en una serie de indicadores mundiales, y ayudan a monitorear los avances a lo largo del tiempo.
El panorama general que revelan los datos muestra amplios avances hacia la igualdad de género en la matrícula escolar y la salud, al tiempo que señala una persistente desigualdad en el acceso a oportunidades económicas.
Las tasas de finalización de la escuela primaria llegan a 91 % en el caso de los niños y a 90 % en el de las niñas, pero los avances se distribuyen desigualmente entre los países ricos y los países pobres. Las brechas de género en detrimento de las niñas se producen en los países de ingreso bajo, si bien en partes de América Latina los niños tienen menos probabilidades de finalizar la escuela que las niñas.
Se han producido mejoras notables en la esperanza de vida tanto de las mujeres como de los hombres, y en el caso de las mujeres estos avances han sido impulsados por el descenso en el riesgo de mortalidad durante el parto. Sin embargo, la mortalidad infantil sigue siendo alta en África al sur del Sahara.
Prácticamente todas las mediciones a nivel mundial indican que las mujeres se ven más afectadas por la exclusión económica que los hombres. El Little Data Book on Gender (i) revela que las mujeres tienen menos posibilidades de participar en el mercado laboral que los hombres, y es más probable que trabajen en empleos vulnerables.
Dichas diferencias persistentes entre hombres y mujeres ponen de relieve la importancia de seguir recopilando datos desglosados por sexo de buena calidad.
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