La población indígena presenta tasas de pobreza que son en promedio dos veces más altas que para el resto de latinoamericanos. Esto probablemente no sea una sorpresa para los lectores de este blog. Más interesantes, sin embargo, son los recientes hallazgos de investigaciones sobre este tema.
Primero, hasta hace poco no contábamos con evidencia cuantitativa tan robusta sobre la brecha en tasas de pobreza como la presentada en el reciente informe del Banco Mundial “Latinoamérica Indígena en el Siglo XXI”. De hecho, no todos los países de la región cuentan con información de pobreza clasificada por etnicidad y, menos aún, con los microdatos necesarios para entender los escollos que la población indígena enfrenta en el camino para salir de la condición de pobreza.
Segundo, la diferencia entre las tasas de pobreza de los indígenas y el resto de la población no se está reduciendo. En algunos países la brecha se mantiene invariable, mientras que en otros viene creciendo. ¿Por qué la población indígena se beneficia menos del crecimiento económico y tiene mayor probabilidad de ser pobre? Una forma de responder a esta pregunta es analizar cuánto de la brecha entre las tasas de pobreza de los indígenas y el resto de la población puede ser explicada por factores como que los indígenas tienen una mayor tendencia a vivir en áreas rurales, tienen menores niveles educativos, etc. Los resultados de dicho análisis me llevan a mi último punto, ilustrado en el gráfico a continuación:
Tercero, aún después de tomar en consideración las diferencias demográficas y económicas entre los indígenas y el resto de la población –por ejemplo, la probabilidad de vivir en áreas rurales y el nivel educativo- los indígenas mantienen una mayor probabilidad de ser pobres. Cuando damos una mirada más profunda a los cinco países para los cuáles contamos con información detallada (Bolivia, Ecuador, Guatemala, México y Perú) y realizamos el análisis arriba descrito, encontramos algo interesante.
Solo cerca de la mitad de la brecha en tasas de pobreza entre los indígenas y el resto de la población puede ser atribuida a diferencias en características como el nivel de educación del jefe de hogar, el sector de empleo, si la persona habita en el área urbana o rural, o el número de dependientes de la familia. Esto deja una importante porción de la diferencia sin explicar. ¿Cómo puede ser esto posible? Una causa es que incluso si un indígena alcanza determinado nivel de educación, sus ingresos tienden a ser menores a aquellos obtenidos por una persona no indígena con similar nivel educativo. Estos resultados sugieren que la población indígena enfrenta desafíos particulares para beneficiarse del crecimiento y salir de la pobreza.
Nota: Este blog es parte de la serie mensual del 'lacfeaturegraph' del equipo del LAC Equity Lab. Para acceder a post pasados, por favor oprima aquí.
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