Publicado en Voces

Aumentar el crecimiento en medio de una desaceleración económica mundial

En muchos mercados emergentes y economías en desarrollo, las tasas de crecimiento se han visto reducidas por el escaso nivel de inversiones y la mayor desaceleración del comercio mundial. Las perspectivas a largo plazo se deterioran aún más debido a la existencia de un clima de negocios en el que se asignan indebidamente las inversiones o se las desincentiva. En muchos países, el rápido aumento de las poblaciones de jóvenes hace que sea más urgente adoptar políticas de crecimiento para mejorar el clima de negocios y atraer mayor inversión.

En la nueva edición del informe del Banco Mundial titulado Perspectivas económicas mundiales se describe el difícil panorama que enfrentan muchas economías en desarrollo y se identifican riesgos considerables para las previsiones. Estos incluyen el agravamiento de la desaceleración del crecimiento mundial, las tensiones en los mercados financieros y el aumento de las barreras comerciales. El crecimiento del comercio mundial registra los niveles más bajos desde la crisis financiera de 2008-09, y las barreras comerciales en las principales economías aumentan los costos y generan incertidumbre acerca de las normas comerciales y las cadenas de suministro.

En el informe se reducen las previsiones del Banco Mundial sobre el crecimiento mundial al 2,6 %, el porcentaje más bajo en tres años, y se prevé que este se estabilizará entre apenas el 2,7 % y el 2,8 % en 2020-21. El menor crecimiento mundial agrava el desafío en materia de inversión en muchos mercados emergentes y economías en desarrollo, donde el crecimiento de la inversión ha sido menor que los promedios a largo plazo desde 2012. Esa escasez de inversión perjudica las futuras perspectivas de crecimiento y pone de relieve la dificultad de satisfacer las grandes necesidades de inversión en educación, salud, infraestructura y otros sectores.

La misión central del Banco Mundial es reducir la pobreza y promover la prosperidad compartida, de modo que aumenten los niveles de vida de todas las personas, y sobre todo de aquellas que se ubican en el estrato inferior de la distribución del ingreso. En el nuevo informe se detallan las dificultades adicionales que enfrentan los países de ingreso bajo en sus esfuerzos por mejorar los niveles de vida de sus habitantes. Aunque varios de estos países pasaron a la categoría de país de ingreso mediano entre los años 2000 y 2018, muchos de los actuales países de ingreso bajo son más pobres y más frágiles, están en desventaja por sus condiciones geográficas, y dependen fuertemente de la agricultura de subsistencia. A la hora de brindar asistencia, el Banco Mundial suele enfocarse en las necesidades específicas de cada país, lo que resulta ser la estrategia más eficaz. Para ello, estamos adoptando diversas medidas de importancia con el fin de realinear nuestros recursos y operaciones en ese sentido.

Para prosperar, los mercados emergentes y las economías en desarrollo deben aumentar la apertura comercial, liberalizar los mercados y los precios, reforzar las leyes y regulaciones que protegen la propiedad, y permitir la competencia, en particular la posibilidad de que el sector privado pueda competir libremente con las empresas públicas.
Presidente del Grupo Banco Mundial
David Malpass
Presidente del Grupo Banco Mundial

En prácticamente todos los casos, las reformas normativas tanto específicas como integrales son un paso necesario para mejorar el entorno empresarial y aumentar la inversión y el crecimiento. Para prosperar, los mercados emergentes y las economías en desarrollo deben aumentar la apertura comercial, liberalizar los mercados y los precios, reforzar las leyes y regulaciones que protegen la propiedad, y permitir la competencia, en particular la posibilidad de que el sector privado pueda competir libremente con las empresas públicas.

El financiamiento de inversiones acertadas es también una medida necesaria para lograr un crecimiento más rápido y sostenible. El endeudamiento (i) puede ser una herramienta útil si es transparente y se gestiona y utiliza de manera adecuada en el marco de una política de crecimiento creíble. Sin embargo, con demasiada frecuencia, este no es el caso.

El Banco Mundial trabaja arduamente en medidas para incentivar la transparencia de la deuda, ya que se trata de un aspecto crucial para generar un clima favorable a las inversiones productivas y una mayor confianza en los Gobiernos y las instituciones. La transparencia integral es un elemento necesario para que la deuda se utilice de manera más eficaz, pero resulta difícil de lograr debido a la complejidad de los diferentes tipos de instrumentos de deuda y equivalentes. En muchos mercados emergentes y economías en desarrollo, las personas se encuentran agobiadas por garantías de deuda explícitas e implícitas, garantías excesivas que se vinculan a recursos nacionales clave, beneficios de garantías estatales, el sinnúmero de obligaciones de las empresas públicas, y los futuros compromisos de pago y suministro que deberán cumplirse mucho después de que los políticos hayan usado los fondos de los préstamos.

Lograr la transparencia de la deuda es una batalla difícil porque muchos de los incentivos juegan en contra. No solo los prestatarios evitan con frecuencia ser transparentes, sino que también los prestamistas y los intermediarios en muchos casos prefieren un menor escrutinio de sus contratos. Si ocurre algún problema, prolongar la situación y pretender que todo está bien suele ser el camino de menor resistencia.

La preparación de informes sobre la deuda que sean oportunos, exhaustivos y accesibles al público ayudaría mucho a establecer la confianza y atraer más inversión. Un buen punto de partida es la transparencia plena respecto de la deuda de las empresas públicas. La adopción de marcos institucionales para políticas fiscales sólidas —tales como procesos de aprobación del presupuesto y de la deuda bien concebidos— puede limitar la capacidad de los Gobiernos de breve duración de gastar en proyectos que responden a intereses personales y, en algunos casos, ayudar a coaliciones inestables a elegir prioridades de gasto adecuadas. Contar con procesos de gobernanza más sólidos, incluidos frenos y contrapesos eficaces en el proceso político y esfuerzos contra la corrupción, puede evitar que los líderes usen los fondos de la deuda para sus intereses personales en vez de destinarlos a lograr la prosperidad compartida.

Uno de los objetivos fundamentales del Banco Mundial es ayudar a los países a establecer una senda clara hacia resultados contundentes en términos de desarrollo, entre ellos una mejora considerable en la asignación de las inversiones. Esto reviste un carácter especialmente urgente dado el deterioro del crecimiento mundial, de la inversión y del comercio.


Esta entrada de blog se publicó originalmente en LinkedIn. (i) 


Autores

David Malpass

Expresidente del Grupo del Banco Mundial

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