La rendición de cuentas es un concepto impreciso, pero comprender dónde se origina puede ayudar a los ciudadanos a encontrar maneras de que los Gobiernos se hagan responsables de sus acciones.
En el sentido más estricto, la rendición de cuentas es comparable a la responsabilidad de dar respuestas; se refiere a la obligación de dar cuenta de las acciones a determinadas personas, grupos u organizaciones. Sin embargo, en un mundo donde los administradores públicos operan cada vez más en redes intergubernamentales y coaliciones mundiales, descifrar lo que constituye la rendición de cuentas en la gestión pública se ha convertido en una tarea difícil.
Una de las maneras más simples de aclarar el misterio de la rendición de cuentas de los funcionarios públicos es rastrear las fuentes originales; y examinar cómo se desarrolla a través de diversos niveles y afecta el proceso de toma de decisiones al interior de los Gobiernos.
A continuación, se presentan cinco canales clave para determinar los "puntos de presión" de la rendición de cuentas:
Responsabilidad política
La responsabilidad política es sin duda la forma más sólida de buen gobierno que se sustenta en los principios democráticos. Es un medio para ejercer el control o la supervisión política. Los funcionarios públicos designados rinden cuentas directamente al poder ejecutivo que tiene responsabilidades en la formulación de políticas, que van desde la educación, la defensa nacional hasta la protección del medio ambiente. Al mismo tiempo, también tienen diversas facultades relacionadas con la elaboración de normas delegadas por los legisladores. Estas responsabilidades dictan que los administradores públicos deben rendir cuentas de sus acciones en el contexto del diseño y la implementación de las leyes, normas y regulaciones.
Responsabilidad burocrática
La relación de mando y control típica está en plena vigencia en la rendición de cuentas burocrática. Los directivos de los organismos públicos deben centrar su atención en las prioridades de los que están en la cima de la jerarquía burocrática. El funcionamiento de un sistema de rendición de cuentas de la burocracia requiere una relación organizada y legítima entre el responsable principal y el agente en la que el acto de seguir órdenes es incuestionable, y un sistema de gestión de desempeño estricto de los procedimientos operativos estándar está bien establecido. En este enfoque, la responsabilidad burocrática se logra mediante estrategias, normas administrativas, revisiones del presupuesto o sistemas de gestión del desempeño.
Responsabilidad ante los ciudadanos
Los ciudadanos pueden hacer que los administradores gubernamentales rindan cuentas a través de leyes de participación y foros deliberativos. Vale la pena señalar que en la mayoría de los países occidentales, las presiones de rendición de cuentas impuestas a los administradores públicos por los ciudadanos son una fuerza más bien indirecta, porque los funcionarios designados no son objeto de elecciones (las cuales son una fuente importante de rendición de cuentas para los políticos y legisladores electos). No obstante, una infinidad de innovaciones, a menudo aplicadas a mayor escala mediante las tecnologías de la información y las comunicaciones, se está concibiendo para potenciar la capacidad de los ciudadanos de acceder directamente a la información burocrática, controlar las actividades gubernamentales y suministrar comentarios en tiempo real sobre la prestación de los servicios públicos. Sin duda, estos instrumentos impulsados por la demanda están provocando una evolución de la rendición de cuentas pública.
Responsabilidad legal
La rendición de cuentas legal se basa en las relaciones entre los miembros de un organismo gubernamental y los legisladores fuera del mismo. Los legisladores pueden imponer sanciones jurídicas o arreglos contractuales formales. Cabe destacar que esta relación difiere del acuerdo entre supervisor y subordinado que se da en la rendición de cuentas burocrática, que es en esencia jerárquica. En la rendición de cuentas legal, las dos partes son autónomas; y se trata de un acuerdo judicial entre legisladores y administradores públicos.
Responsabilidad profesional
La rendición de cuentas profesional se ha convertido en una nueva forma de inculcar disciplina en las actividades gubernamentales. Ocurre cuando los funcionarios públicos dependen de empleados calificados y expertos que ofrecen soluciones adecuadas a problemas técnicamente difíciles y complejos. La autoridad se puede ejercer a través de estándares de desempeño, códigos de ética, o el otorgamiento de licencias para trabajar en el Gobierno. Los especialistas técnicos de organismos públicos, como el personal médico o jurídico, pueden ser objeto de investigaciones o sanciones por parte de comités de examen o comités disciplinarios de sus profesiones. La rendición de cuentas profesional se puede fortalecer cuando los administradores públicos están más expuestos a estándares profesionales reconocidos internacionalmente.
Por último, en nuestro mundo interconectado, los administradores públicos por lo general enfrentan múltiples canales de presiones de rendición de cuentas internos y externos, y las diferentes corrientes de rendición de cuentas a menudo entran en conflicto. En la práctica, las leyes o procedimientos administrativos que están codificados a veces pueden ir en contra de lo que el juicio profesional o los valores éticos exigen. Para lograr efectivamente que los Gobiernos sean responsables es fundamental contar con una perspectiva integrada que organice las dinámicas que chocan entre sí de los diversos mecanismos de rendición de cuentas.
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