Cabras y papayas: Un caso de agricultura con un enfoque climáticamente inteligente en Kenya (i)
John Obuom y Poline Achieng’ Omondi están hablando de sus cabras a unos visitantes, entre los que estoy yo. Ellos cuentan que cruzar a las cabras locales con las cabras Gala permite tener animales más grandes, y que si se cruzan borregos rojos Massai con los borregos locales, se mejora la tolerancia al calor y la resistencia a los parásitos de esos animales. Esto da como resultado que el ingreso familiar aumente dramáticamente. Las cabras locales cuestan en los mercados una cifra equivalente a US$20; estos ejemplares mejorados pueden valer hasta US$80 o US$90. Las cabras de la granja de Obuom son notablemente robustas y grandes para su edad.
Pero ese no es el único beneficio de las técnicas con un enfoque climáticamente inteligente descritas por John. También, la producción de leche se ha triplicado, dejando bastante cantidad para la familia y mucho excedente para vender; las inundaciones y los estanques de agua de lluvia reducen la erosión y proporcionan agua durante todo el año para riego; cosechas de maíz mejoradas han aumentado la productividad y la resistencia a enfermedades, y la rotación de cultivos de árboles de papaya y de otros alimentos maximiza el uso del suelo y permite que las ganancias aumenten más del doble. Un pequeño bosque proporciona ingresos y fertiliza el suelo.
El campo alrededor de la granja de Obuom, donde estuve la semana pasada, no es rico en recursos. El paisaje se caracteriza por profundos barrancos a raíz de la erosión del suelo. La mitad de las personas vive debajo de la línea de pobreza, y la malnutrición afecta a 45% de los niños menores de 5 años. El cambio climático y las cada vez más impredecibles lluvias harán que sea aún más difícil cultivar esta tierra.
En los próximos 70 años, el cambio climático podría reducir las cosechas de alimentos (i) hasta en 16% en todo el mundo y hasta en 28% en África. Sin embargo, los enfoques climáticamente inteligentes están dando mejores opciones a los agricultores y ayudándolos a aumentar la producción, los ingresos y la capacidad de adaptación, así como a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Pero ese no es el único beneficio de las técnicas con un enfoque climáticamente inteligente descritas por John. También, la producción de leche se ha triplicado, dejando bastante cantidad para la familia y mucho excedente para vender; las inundaciones y los estanques de agua de lluvia reducen la erosión y proporcionan agua durante todo el año para riego; cosechas de maíz mejoradas han aumentado la productividad y la resistencia a enfermedades, y la rotación de cultivos de árboles de papaya y de otros alimentos maximiza el uso del suelo y permite que las ganancias aumenten más del doble. Un pequeño bosque proporciona ingresos y fertiliza el suelo.
El campo alrededor de la granja de Obuom, donde estuve la semana pasada, no es rico en recursos. El paisaje se caracteriza por profundos barrancos a raíz de la erosión del suelo. La mitad de las personas vive debajo de la línea de pobreza, y la malnutrición afecta a 45% de los niños menores de 5 años. El cambio climático y las cada vez más impredecibles lluvias harán que sea aún más difícil cultivar esta tierra.
En los próximos 70 años, el cambio climático podría reducir las cosechas de alimentos (i) hasta en 16% en todo el mundo y hasta en 28% en África. Sin embargo, los enfoques climáticamente inteligentes están dando mejores opciones a los agricultores y ayudándolos a aumentar la producción, los ingresos y la capacidad de adaptación, así como a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Una aldea climáticamente inteligente
La granja de Obuom es parte de un sitio piloto de una aldea climáticamente inteligente en la cuenca de Nyando en Kenya occidental, que es administrado por el programa de investigación del CGIAR denominado “Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria” (CCAFS). (i) El CCAFS es apoyado por el Banco Mundial y numerosos asociados y donantes. Se dedica a usar la mejor investigación agrícola disponible para ayudar a los pequeños agricultores a salir de la pobreza, aumentar la capacidad de adaptación a los cambios y encontrar maneras de reducir las emisiones en la agricultura. Los investigadores del CCAFS traen nuevas tecnologías y conocimientos a la granja relativos a mejor crianza de ganado, mejores cultivos de alimentos, gestión del agua, piscicultura, sistemas agroforestales y agrícolas, además de recolección de datos y seguimiento de las emisiones en el lugar.
Un pequeño laboratorio construido en la parte trasera de un camión permite a los científicos rastrear los niveles de emisiones de las distintas prácticas de explotación agrícola, así como medir la lluvia, la humedad y la velocidad del viento. No solo está contribuyendo a elaborar una mejor base de datos de patrones locales del clima y cantidades de emisiones, sino que también está ayudando a los agricultores a comprender mejor los diversos riesgos y beneficios de dichas prácticas.
No se comienza una conversación con un granjero que tiene problemas hablando de los beneficios de la reducción de emisiones. Se empieza con temas como la productividad, la resistencia a la sequía y las inundaciones, y los márgenes de ganancias. Desde una perspectiva global, sin embargo, es fundamental identificar las prácticas agrícolas que aumentan la producción y la capacidad de adaptación y reducen la contaminación o capturan el carbono. Si la agricultura y el cambio de la utilización del suelo continúan produciendo hasta 30% de las emisiones de GEI mundiales, será prácticamente imposible ralentizar o detener el calentamiento del planeta. El trabajo experimental en la granja del CCAFS respecto de los niveles de emisiones está entregando información que nos servirá a todos.
Más allá de los discursos
Es evidente que una intensificación sostenible de la agricultura es clave si queremos satisfacer las necesidades alimentarias y nutricionales de las generaciones futuras sin recurrir a tierras más marginales y a la tala de bosques. No hay otra opción; debemos conseguir que las prácticas agrícolas en la granja de una hectárea de los Obuom funcionen para su familia, y para cientos de millones de pequeños agricultores como ellos.
Muchos visitantes llegan a la granja de los Obuom. Los grupos comunitarios locales y los granjeros de los alrededores vienen a observar y aprender y habitualmente “reciben como regalos” las cabras más grandes y sanas o semillas mejoradas para cultivos de alimentos, lo cual se hace para difundir los beneficios de esta iniciativa.
Les aseguré a John y Poline que contaría su historia a otras personas dispuestas a entender cómo funciona la agricultura con un enfoque climáticamente inteligente. Este tema será analizado en el Global Landscapes Forum este fin de semana durante la conferencia sobre el clima de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Cuando algunas delegaciones y negociadores se muestran reticentes a que se aborde plenamente el tema agrícola en las conversaciones, es esencial comprender que la elección del momento oportuno puede jugar un rol en la reducción de las emisiones y en cómo la capacidad de adaptación se puede fortalecer en los sistemas agrícolas. Es hora de ir más allá de las palabras y bajar a visitar la granja, para darles nuestro apoyo a John y Poline.
Cabras y papayas: Un caso de agricultura con un enfoque climáticamente inteligente en Kenya (i)
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