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El “Elogio de la locura”: Cómo los asociados en la tarea del desarrollo aprenden de las enseñanzas de Erasmo

A student in Afghanistan. © Sofie Tesson/World Bank

¡Hemos tenido seis semanas notables y ajetreadas!

Ha habido un enorme nuevo impulso en el mundo para explorar e identificar los mecanismos de financiamiento de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) (i) propuestos. El reconocimiento a nivel internacional de que los ODS deben ir aún más lejos que los anteriores objetivos de desarrollo del milenio (ODM) ha suscitado el debate de cómo pasar de miles de millones a billones de dólares para lograr un desarrollo sostenible e inclusivo.
 
Durante las Reuniones de Primavera del Grupo Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), realizadas en abril, el Grupo Banco Mundial, otros bancos multilaterales de desarrollo (BMD) y el FMI propusieron una visión inicial (i) de cómo nuestras instituciones pueden contribuir de manera colectiva. Aunque muchos puedan pensar que se trata de lo mismo de siempre, esto no es así. Por primera vez en la historia, todos los BMD se unieron para preparar una declaración visionaria.

Como dije en un blog anterior, (i) una combinación de grupos mundiales, regionales, nacionales y privados marcará la verdadera diferencia en el financiamiento posterior a 2015.
 
Dado que se necesitaban nuevas ideas, la semana pasada congregamos en Rotterdam a un grupo clave de personas influyentes y encargadas de la toma de decisiones de todo el mundo tanto del sector público como privado en el Foro sobre el Financiamiento para el Desarrollo 2015: De miles de millones a billones - ¿Qué se necesita? (i) Nuestro objetivo era averiguar cómo ellos pueden desempeñar un papel en la ampliación de las inversiones públicas y privadas. Rotterdam se presentaba como un entorno apropiado para nuestra reunión ya que fue el hogar de Erasmo, el filósofo humanista del Renacimiento, y el lugar donde escribió una de sus obras más famosas, el “Elogio de la locura”. Él tenía la habilidad de observar las cosas tradicionales de una manera única y diferente, ofreciendo perspectivas alternativas, y queríamos un marco similar para nuestros debates.
 
Representantes de Gobiernos, el sector privado, fundaciones y organizaciones de la sociedad civil se prepararon para un día y medio de trabajo intenso. Analizamos los obstáculos que impiden que los países satisfagan sus propias necesidades de desarrollo, además de la necesidad de promover el financiamiento privado para poder realizar inversiones ahora.
 
El mundo del desarrollo está cambiando la manera en que concebimos el financiamiento.

El Grupo Banco Mundial, el FMI y los bancos multilaterales de desarrollo regionales se comprometieron en Rotterdam a usar mejor sus conocimientos y financiamiento para ayudar a los Gobiernos y las empresas a transformarse. Trabajando juntos como asociados, construiremos la sostenibilidad y la resiliencia a largo plazo que se necesitan para servir a los intereses de las generaciones futuras.
 
Sobre la base de los compromisos de desarrollo mundial existentes, podemos hacer un uso más inteligente de los recursos en forma de donación, aprovechar alianzas sólidas y eficaces, emplear la tecnología digital y aumentar la transparencia y la rendición de cuentas para orientar mejor nuestras políticas e inversiones.
 
¿Cómo hacemos esto?

En primer lugar, debemos asegurarnos de que los valiosos US$135 000 millones anuales de la asistencia oficial para el desarrollo —un monto que esperamos aumente cada año— sean usados de la forma más eficiente y efectiva posible, especialmente en los países más pobres y vulnerables.

Para lograr los ODS, los países deben mejorar considerablemente el acceso a la atención de salud, la electricidad, las carreteras, los sistemas de comunicaciones, la educación y mucho más. Las inversiones a largo plazo en infraestructura e innovación son esenciales. Y una inversión pública mejor focalizada podrá satisfacer las necesidades básicas y suministrar los bienes públicos.

Tenemos un doble desafío:
1.    Aumentar el financiamiento mediante el fortalecimiento de los recursos nacionales, la inversión del sector privado para los países más pobres, y nuevos y mejores instrumentos para incrementar la gama de soluciones financieras a disposición de todos los países en desarrollo.
2.    Y, estos fondos deben funcionar para todos: para las empresas grandes y pequeñas, para los inversores, para los que trabajan duro y envían remesas a sus hogares y, lo que es más importante, para las personas que viven en la pobreza extrema.

No se puede negar que la magnitud del desafío en materia de financiamiento supera con creces la capacidad de cualquier organización. Es necesario transformar nuestras instituciones para maximizar nuestra capacidad de potenciarnos mutuamente y forjar mejores asociaciones. Y, sabemos que estas alianzas para el financiamiento del desarrollo pueden producir resultados.

Hay muchos ejemplos excelentes de diversos actores que se han unido para lograr mejoras innovadoras en la calidad de vida de millones de personas. He mencionado anteriormente (i) el Mecanismo Mundial de Financiamiento de la Infraestructura (i) creado el año pasado. Esta novedosa modalidad de financiamiento está movilizando inversión privada para proyectos de infraestructura. Iniciativas como esta pueden revertir la baja de la inversión en infraestructura en los mercados emergentes, abordando directamente las preocupaciones de los inversores de participar en proyectos de infraestructura a largo plazo más complejos y riesgosos. Otro ejemplo es el de la Corporación Financiera Internacional (IFC), la institución del Grupo Banco Mundial que se dedica al sector privado, que movilizó US$8000 millones tras recaudar US$1200 millones provenientes de fondos soberanos e inversores institucionales a través de la IFC Asset Management Company, (i) los que serán invertidos en el Mecanismo Mundial de Financiamiento de la Infraestructura y específicamente en proyectos en los países en desarrollo.
 
Las últimas seis semanas son un testimonio de que la comunidad mundial del desarrollo desea hacer las cosas de manera diferente.

Y ahora tenemos seis semanas hasta la Tercera Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo (i) en Addis Abeba (del 13 al 16 de julio) para llegar a un acuerdo sobre un marco para el financiamiento del desarrollo hasta 2030.
 
¿Qué más podemos hacer para formular un modelo diferente de financiamiento del desarrollo? Es una pregunta que seguimos analizando en el Grupo Banco Mundial y otros organismos. Aunque las respuestas varían, dos constantes nos impulsan:

​Las decisiones que tomemos este año tendrán un impacto en las generaciones futuras.

Los pobres en el mundo están a la espera.

Publicado por primera vez en LinkedIn (i).


Autores

Bertrand Badré

Managing Director and World Bank Group Chief Financial Officer

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