En Afganistán, donde la violencia y los conflictos no cesan, y la pobreza está profundamente arraigada, un programa del Banco Mundial dirigido a sacar a los hogares rurales de la pobreza extrema ha generado resultados notables . Acertadamente denominado “Targeting the Ultra Poor” (TUP) (Focalización en los Ultrapobres), el programa ha apoyado a 7500 familias, aproximadamente 52 500 personas, en las provincias de Balkh, Kabul, Kandahar, Kunar, Laghman y Takhar desde 2015.
El objetivo del programa es proporcionar un “gran impulso” para mejorar el bienestar de las familias más pobres y marginadas, que no tienen ingresos regulares para cubrir sus gastos diarios, y ayudarlos a salir de la pobreza.
Los primeros resultados del impacto (PDF, en inglés) son significativos, no solo para Afganistán sino también para todos los programas similares que se implementaron en todo el mundo durante más de una década. No quedaba claro al comienzo si se podrían lograr resultados exitosos en un entorno como Afganistán, afectado por la fragilidad, los conflictos y la violencia. (i) El programa no solo tuvo éxito, sino que los resultados fueron incluso más sólidos que en otros países, como Etiopía, India o Bangladesh.
En el transcurso de un año, las familias inscritas en el programa en Afganistán recibieron ganado (en su mayoría vacas, pero también ovejas y cabras), capacitación en habilidades y orientación en crianza de ganado y actividad empresarial. También recibieron un estipendio mensual en efectivo de USD 15, y un subsidio básico de salud de hasta USD 30 que cubría un botiquín de higiene básico y el reembolso de gastos médicos. Para promover la inclusión financiera, se alentó a las familias a ahorrar y se les puso en contacto con instituciones microfinancieras locales para ayudarlas a abrir cuentas de ahorro.
La evaluación de impacto del programa, finalizada recientemente en Balkh, hizo un seguimiento de las familias desde antes del inicio de las intervenciones hasta un año después del término del programa. La evaluación encontró resultados inspiradores en numerosos frentes cruciales: la pobreza, el empoderamiento de las mujeres, el acceso al financiamiento y el desarrollo humano (educación, salud infantil y salud mental).
El programa TUP condujo a una reducción significativa de la incidencia de pobreza extrema, aumentó el consumo y mejoró la seguridad alimentaria entre los beneficiarios, de los cuales más del 90 % eran mujeres. Una quinta parte de las familias participantes de Balkh lograron superar la línea nacional de pobreza (aproximadamente el equivalente a USD 1 por persona al día). El consumo mensual per cápita aumentó en casi un tercio. El estudio también encontró marcadas disminuciones en el número de comidas omitidas o reducidas entre adultos y niños.
Del mismo modo son dignos de mención los efectos positivos sobre el empoderamiento de las mujeres. El programa aumentó la participación laboral de las mujeres proporcionando oportunidades económicas a aquellas que antes estaban subempleadas. También mejoró el acceso de las mujeres a recursos como teléfonos móviles y cuentas bancarias, las ayudó a obtener documentos de identificación nacional y fomentó su participación social y política.
Además, mejoró el acceso al financiamiento de las familias del TUP, aunque desde un nivel muy bajo. Un año después del término del programa, no solo era menos probable que los beneficiarios del TUP pidieran prestado para fines de consumo, sino que tenían más posibilidades de ahorrar. Mientras que solo el 2 % de los hogares que no participaron en el TUP informó que pudo ahorrar (con un saldo promedio de ahorro de solo USD 1), el 28 % de los hogares del TUP estaba ahorrando, ¡con un balance promedio de ahorro de USD 32!
Otros beneficios adicionales fueron el bienestar psicológico de hombres y mujeres, evaluados en términos de autoestima, satisfacción con la vida y nivel de estrés. Además, los niños en edad escolar tuvieron más probabilidades de ser matriculados y perdieron menos días de escuela, y la salud de los niños menores de 5 años también mejoró considerablemente.
La evaluación de impacto proporciona pruebas sólidas de que los programas TUP tienen el potencial de reducir la pobreza entre los más pobres, en particular las mujeres, que viven en entornos extremadamente frágiles y afectados por conflictos. Se llevará a cabo una encuesta de seguimiento a finales de este año en Balkh para determinar si los resultados de la primera evaluación de impacto son sostenibles.
Debido a los resultados exitosos logrados hasta ahora, el programa se está ampliando a 3000 familias adicionales en Parwan y Nangarhar, dos provincias que albergan a desplazados internos y retornados.
Los resultados de Afganistán son inspiradores y estimulantes, y muestran que es posible lograr cambios significativos para los más necesitados. Seguiremos esforzándonos por lograr nuestra misión de poner fin a la pobreza extrema donde sea que exista y medir nuestro impacto en todos los casos en que sea posible. (i)
Nota: El programa TUP en Afganistán está a cargo del Departamento de Prácticas Mundiales de Finanzas, Competitividad e Innovación del Banco Mundial y es implementado por el Mecanismo de Fomento a la Inversión en Microfinanzas para Afganistán. (i) Se realizó de manera experimental en Bamyan en 2010, y luego se amplió para incluir seis provincias adicionales (entre ellas, Balkh) con financiamiento de la Asociación Internacional de Fomento (AIF)
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