- Son sociedades y comunidades culturalmente distintas: la tierra en la que viven y los recursos naturales de los que dependen están inextricablemente ligados a sus identidades, culturas y economías;
- Están entre las poblaciones más desfavorecidas del mundo y representan aproximadamente el 4,5 % de la población mundial, pero más del 10 % de los pobres, e
- Incluso dentro de sus propios territorios tradicionales –que contienen el 80 % de la biodiversidad del planeta– poseen legalmente menos del 11 % de las tierras.
Debe reconocerse, sin embargo, que mejorar las condiciones de los pueblos indígenas no es una tarea fácil. Estos pueblos se encuentran a menudo en regiones remotas y aisladas con escaso acceso a servicios sociales e infraestructura económica. Ellos, también, con frecuencia sufren distintos tipos de exclusión. Además, los proyectos de desarrollo estándar han puesto de manifiesto limitaciones en zonas donde viven pueblos indígenas, en particular si no son diseñados e implementados con la participación activa de las comunidades indígenas.
Intensificar nuestra interacción con los pueblos indígenas
Continuamos fortaleciendo y ampliando nuestro apoyo al desarrollo sostenible de los pueblos indígenas haciéndolos partícipes en la fase del diseño de los proyectos, a través de procesos de consultas y mecanismos de participación; continuando el diálogo permanente con los líderes indígenas y sus organizaciones representativas, y realizando estudios analíticos.
En un informe titulado Indigenous Peoples Development in World Bank-Financed Projects: Our People, Our Resources: Striving for a Peaceful and Plentiful Planet (PDF, en inglés), el Banco Mundial presenta ocho estudios de casos que han producido beneficios tangibles para los pueblos indígenas y sus comunidades.
Próximamente, el Banco dará a conocer el informe Indigenous Latin America in the XXI Century, un importante examen sobre la situación de los pueblos indígenas en la región de América Latina y los desafíos futuros para el programa de desarrollo posterior a 2015. En el informe se subraya que los pueblos indígenas deben participar en la identificación de los indicadores culturalmente apropiados, los métodos de recopilación de datos y los análisis de las políticas. Esto les dará la capacidad de decidir qué objetivos de desarrollo son relevantes para ellos y cómo deberían implementarse las medidas para reducir la pobreza.
El Banco Mundial está trabajando para desarrollar la capacidad de las organizaciones de los pueblos indígenas y fortalecer la capacidad de participación de los países.
En marzo de 2013, el Grupo Banco Mundial inició el diálogo más amplio de su historia con los pueblos indígenas para reunirse y elaborar juntos una agenda de desarrollo compartida.
Dos años más tarde, entre el 13 y el 15 de abril de 2015, 30 líderes de pueblos indígenas de todo el mundo celebraron reuniones de alto nivel con el Banco Mundial, como parte del proceso de participación. El Diálogo Global con los Pueblos Indígenas puso de manifiesto los avances realizados y brindó a los representantes de dichos grupos una plataforma para ayudar a trazar la hoja de ruta del Banco acerca de una futura asociación con los pueblos indígenas.
Durante el evento de tres días previo a las Reuniones de Primavera del Grupo Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional en la ciudad de Washington, el grupo se reunió con el Directorio Ejecutivo del Grupo Banco Mundial, los directores ejecutivos y el presidente, Jim Yong Kim. En la ocasión, Kim reiteró que: “Compartimos sus visiones de un mundo socialmente inclusivo y ambientalmente sostenible. Sus voces han sido oídas y continuarán siéndolo, a medida que profundicemos y ampliemos nuestra interacción en el futuro”.
El presidente Kim confirmó el compromiso del Banco Mundial de colaborar con los pueblos indígenas, haciendo hincapié en que “un desarrollo eficaz significa respetar la identidad cultural, las tradiciones y los intereses de los grupos que han sido insuficientemente atendidos y marginados durante muchos años, y que tienen mucho que ofrecer en nuestro mundo moderno”.
Los líderes de las comunidades indígenas, las organizaciones de la sociedad civil (OSC) y otros organismos de desarrollo estuvieron de acuerdo en que el proceso de diálogo y participación global del Banco Mundial, de dos años de duración, había dado excelentes resultados en términos del comienzo de una relación renovada y más sólida entre el Banco Mundial y los pueblos indígenas del mundo. El debate giró en torno a cuestiones críticas para las poblaciones indígenas, entre ellas la protección social y ambiental, el cambio climático, la inclusión, la autodeterminación, los derechos humanos, la educación y la atención de salud.
¿Cómo mejoramos la vida de los pueblos indígenas sobre el terreno?
El apoyo del Banco Mundial incluye un mecanismo de donaciones específico para pueblos indígenas y comunidades locales dentro del marco del Programa de Inversión Forestal, (i) y un Programa para el Desarrollo de Capacidades para los Pueblos Indígenas Dependientes de los Bosques del Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques, (i)que respalda las consultas mundiales, regionales y locales en el contexto de la asociación.
A pesar de los desafíos de la labor para mejorar los medios de subsistencia de los pueblos indígenas, los proyectos del Banco Mundial han dado resultados positivos y tangibles para estos pueblos. Algunos ejemplos son:
- A través del Proyecto de Administración de Tierras de Nicaragua, (i) las comunidades indígenas pobres y marginadas de la región del Caribe recibieron títulos de propiedad colectivos de 15 territorios ancestrales.
- En América Central, más de 4000 indígenas y 357 organizaciones aprendieron a combinar el conocimiento tradicional con la gestión integrada de los ecosistemas, y usaron este conocimiento para preparar planes de uso del suelo a través del Proyecto de Gestión Integrada de los Ecosistemas en Comunidades Indígenas.
- En Indonesia, a través del Fondo japonés de desarrollo social, el Banco Mundial está colaborando con AMAN, la mayor organización de pueblos indígenas, para mejorar la gestión de los medios de subsistencia de la comunidad en las zonas forestales.
Ede Ijjasz-Vasquez es director superior del Departamento de Prácticas Mundiales de Desarrollo Social, Urbano y Rural, y Resiliencia del Grupo Banco Mundial.
Maninder S. Gill es director del Departamento de Prácticas Mundiales de Desarrollo Social, Urbano y Rural, y Resiliencia del Grupo Banco Mundial y lidera la participación de este departamento en los temas relacionados con el desarrollo social.
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