Publicado en Voces

El poder de la fe ayuda a poner fin a la pobreza: Cinco conclusiones principales

Comprender y aprovechar mejor el rol de la fe en el desarrollo se está convirtiendo en un área de creciente interés y de compromiso dentro del Grupo Banco Mundial. Cinco dirigentes de importantes organizaciones confesionales y religiosas participaron en nuestra sede en la ciudad de Washington el mes pasado en una dinámica mesa redonda con el presidente Jim Yong Kim acerca del papel fundamental que estas organizaciones y sus líderes pueden desempeñar para ayudar a poner fin a la pobreza extrema a más tardar en 2030. A continuación, presentamos cinco conclusiones principales de dicho debate que esperamos evolucionen gracias al compromiso permanente del Grupo Banco Mundial en esta materia.

1. Terminar con la pobreza es una responsabilidad moral.
Los panelistas destacaron enfáticamente la idea de que poner fin a la pobreza no solo es lo correcto: es nuestra responsabilidad moral como seres humanos. Este concepto está profundamente arraigado en muchas tradiciones religiosas; en el debate se planteó que existe lugar para este tipo de pensamiento en un discurso más amplio sobre el desarrollo. “Hoy, 22 000 niños morirán simplemente porque viven en la pobreza”, dijo Pujya Swami, cofundador de Global Interfaith WASH Alliance. “Cuando aceptamos a estos 22 000 niños como si fueran nuestros propios hijos, nos damos cuenta de que no solo debemos orar por ellos, sino que también debemos encargarnos de ellos”.

2. El alivio de la pobreza requiere un enfoque multifacético. Left to right, Sarvodaya Shramadana Movement General Secretary Vinya S. Ariyarante; Interfaith WASH Alliance Co-Founder Pujya Swami Chidanand Saraswati; World Bank Group President Jim Yong Kim; Voice of America Religion Correspondent Jerome Socolovsky; Islamic Relief Worldwide CEO Mohamed Ashmawey; American Jewish World Service President Ruth Messinger; Carolyn Woo, President and CEO, Catholic Relief Services. © Simone D. McCourtie/World Bank
Muchos temas se combinan —desde la corrupción hasta el cambio climático, el consumismo y el extremismo—, creando las condiciones para que la pobreza extrema siga siendo un flagelo en nuestra conciencia colectiva. En el debate se destacó la enorme complejidad de la pobreza y la necesidad de trabajar en varios sectores para abordarla con eficacia. “Tenemos que mirar el problema de manera holística”, señaló Mohamed Ashmawey, presidente de Islamic Relief Worldwide, agregando que “de otra manera, no lo vamos a solucionar”.

3. Para terminar con la pobreza extrema, también debemos abordar la riqueza extrema.
“No podemos centrarnos solo en la pobreza para eliminar la pobreza”, dijo Vinya S. Ariyaratne, secretario general del movimiento Sarvodaya Shramadana. “También debemos abordar la opulencia y el consumismo extremo”. La idea de que “el Señor ha creado el mundo con lo suficiente para cada uno de nosotros”, como lo manifestó Ashwamey, es un hilo común a través de muchas enseñanzas y textos religiosos; la consecuencia es que —tal como lo demuestran los datos del Banco Mundial— es preciso cambiar la relación entre el crecimiento y el alivio de la pobreza con el fin de crear sociedades más equitativas.

4. Las organizaciones y los líderes confesionales tienen habilidades y activos específicos que son decisivos para enfrentar los desafíos del desarrollo.
Como lo plantearon varios panelistas, los líderes confesionales poseen un don para entregar mensajes simples y conmovedores: tienen el poder de impulsar el cambio hacia comportamientos positivos. Kim habló sobre los vínculos inextricables entre la pobreza y el conflicto, y del potencial increíble de los líderes confesionales y religiosos de tener una influencia positiva en sus comunidades, ayudando a las personas a optar por rechazar el extremismo y la violencia.

5. La colaboración es esencial para terminar con la pobreza extrema.
Durante todo el debate un tema dominante fue la necesidad urgente de que organizaciones como el Grupo Banco Mundial se unan a líderes confesionales, Gobiernos y otras entidades para terminar con la pobreza extrema a más tardar en 2030. “Es el momento de colaborar”, dijo Carolyn Woo, presidenta y directora ejecutiva de Catholic Relief Services. Añadió que “no podremos conseguir nada significativo si no colaboramos”. Ruth Messinger, presidenta del American Jewish World Service, respaldó dichas palabras, diciendo que “esto se trata de avanzar, de avanzar juntos y construir movimientos en favor de la justicia social que pongan fin a la pobreza extrema”.  


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