En Papua Nueva Guinea, la empresa de gestión logística Oilmin Holdings, que proporciona servicios a la industria del petróleo, el gas, y la minería, no contrataba a muchas mujeres, pero tenía a una empleada estrella, llamada Rose.
Rose había ascendido de auxiliar administrativa a encargada de la oficina en la sede de la empresa en Port Moresby. Su jefe en Oilmin quería que subiera más en la escala profesional, pero en su industria, el siguiente paso lógico —y uno exigido para los cargos en la administración de alto nivel— era dirigir una planta en terreno. Esto requería largas horas de trabajo e inteligencia. Rose estaba dispuesta y capacitada, pero implicaba trasladarse a un lugar muy remoto. Sus supervisores decidieron que era demasiado riesgoso; no sabían cómo garantizar su seguridad. Llegaron a la conclusión que enviar guardias de seguridad adicionales —todos varones— solo aumentaría el riesgo y ella no tendría protección.
Una historia como esta es muy común en este país frágil y rico en recursos. También es uno de los factores que impulsa a la Coalición Empresarial para las Mujeres de Papua Nueva Guinea (PNG). La alianza fue convocada por la Corporación Financiera Internacional (IFC), una entidad perteneciente al Grupo Banco Mundial, y cuenta con financiamiento inicial del Gobierno de Australia. La coalición tiene una visión única: ser un factor innovador, relevante e inclusivo que fomente el crecimiento empresarial a través de un cambio positivo entre las mujeres de PNG.
Las 17 empresas fundadoras de la coalición, incluida Oilmin, reconocen que la desigualdad de género es tanto un problema para su empresa como para el desarrollo humano, social y económico del país. El aspecto distintivo del grupo es que se trata de una alianza para las mujeres, no de las mujeres. Ahora, con alrededor de 60 miembros, en su mayoría empresas de propiedad de hombres y dirigidas por varones, la coalición gana impulso rápidamente y brinda soluciones prácticas a las empresas.
Por ejemplo, los índices extremadamente altos de violencia contra las mujeres en PNG, que se estima afectan de manera directa al 70 % o más de las mujeres del país durante su vida, son una presión evidente sobre los sistemas de salud, y representan una trágica pérdida de capital humano y una violación generalizada de los derechos humanos. Pero nuevos datos de tres empresas miembros de la coalición indican también que dichas tasas provocan altos costos directos a las empresas.
Los empleados pierden en promedio 11 días de trabajo anuales debido a la violencia, tiempo que es usado para enfrentar la peligrosa situación o apoyar a colegas. El tiempo de trabajo perdido puede costar hasta un 10 % del gasto salarial anual de una empresa, lo que para una compañía equivalía a 3 millones de kina de PNG (cerca de USD 1 millón) en 2015.
En su labor conjunta con integrantes de la coalición, IFC estudió las mejores prácticas mundiales del sector privado para abordar la violencia de género, incluida la violencia doméstica. El equipo, que incluyó a consultores de la Red de Investigación de la Violencia de Género de la Universidad de Nueva Gales del Sur, llevó a cabo una investigación en que participaron empresas con sede en PNG y sus empleados.
Se desarrolló un proyecto de modelo de política de recursos humanos sobre la violencia familiar y sexual, como se conoce a la violencia de género en PNG, con la participación de más de dos docenas de representantes de empresas de diversas industrias y disciplinas, entre ellas recursos humanos, salud y seguridad ocupacional y administración general.
Una historia como esta es muy común en este país frágil y rico en recursos. También es uno de los factores que impulsa a la Coalición Empresarial para las Mujeres de Papua Nueva Guinea (PNG). La alianza fue convocada por la Corporación Financiera Internacional (IFC), una entidad perteneciente al Grupo Banco Mundial, y cuenta con financiamiento inicial del Gobierno de Australia. La coalición tiene una visión única: ser un factor innovador, relevante e inclusivo que fomente el crecimiento empresarial a través de un cambio positivo entre las mujeres de PNG.
Las 17 empresas fundadoras de la coalición, incluida Oilmin, reconocen que la desigualdad de género es tanto un problema para su empresa como para el desarrollo humano, social y económico del país. El aspecto distintivo del grupo es que se trata de una alianza para las mujeres, no de las mujeres. Ahora, con alrededor de 60 miembros, en su mayoría empresas de propiedad de hombres y dirigidas por varones, la coalición gana impulso rápidamente y brinda soluciones prácticas a las empresas.
Por ejemplo, los índices extremadamente altos de violencia contra las mujeres en PNG, que se estima afectan de manera directa al 70 % o más de las mujeres del país durante su vida, son una presión evidente sobre los sistemas de salud, y representan una trágica pérdida de capital humano y una violación generalizada de los derechos humanos. Pero nuevos datos de tres empresas miembros de la coalición indican también que dichas tasas provocan altos costos directos a las empresas.
Los empleados pierden en promedio 11 días de trabajo anuales debido a la violencia, tiempo que es usado para enfrentar la peligrosa situación o apoyar a colegas. El tiempo de trabajo perdido puede costar hasta un 10 % del gasto salarial anual de una empresa, lo que para una compañía equivalía a 3 millones de kina de PNG (cerca de USD 1 millón) en 2015.
En su labor conjunta con integrantes de la coalición, IFC estudió las mejores prácticas mundiales del sector privado para abordar la violencia de género, incluida la violencia doméstica. El equipo, que incluyó a consultores de la Red de Investigación de la Violencia de Género de la Universidad de Nueva Gales del Sur, llevó a cabo una investigación en que participaron empresas con sede en PNG y sus empleados.
Se desarrolló un proyecto de modelo de política de recursos humanos sobre la violencia familiar y sexual, como se conoce a la violencia de género en PNG, con la participación de más de dos docenas de representantes de empresas de diversas industrias y disciplinas, entre ellas recursos humanos, salud y seguridad ocupacional y administración general.
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