Al observar el calendario de feriados en Estados Unidos, a lo largo del año se encuentran varias fechas designadas como “Día de la Igualdad Salarial”. (i) En estos días simbólicos se intenta concienciar a la población acerca de las persistentes brechas salariales por motivos raciales y de género existentes en el país. Pese a los importantes avances logrados en lo que respecta al grado de instrucción de las mujeres y al aumento de las tasas de participación de las mujeres en la fuerza de trabajo en muchos países, (i) el progreso en cerrar la brecha salarial de género, que considera la mediana de ingresos de todas las mujeres en relación de la de todos los hombres, ha sido lento. Si bien existen muchos elementos en juego en la brecha salarial de género en el medio empresarial, se ha podido establecer que la segregación sectorial es un factor importante . Las mujeres suelen incursionar en sectores distintos de los que eligen los hombres, y los sectores tradicionalmente femeninos se caracterizan por tener una baja rentabilidad. Entonces, ¿las mujeres obtienen mayores ganancias en sectores tradicionalmente considerados como masculinos? ¿Podemos aprender algo de las empresarias que han sorteado con éxito algunos de los desafíos y logrado ingresar en sectores de alta rentabilidad dominados por los hombres? ¿Cuán grandes son las brechas de ingresos al tener en cuenta las diferencias entre sectores de actividad empresarial en todo el mundo?
En un nuevo documento titulado ”Tackling the Global Profitarchy: Gender and the Choice of Business Sector” (Estudio de la jerarquía de ingresos a nivel mundial: el género y la elección de sectores de actividad empresarial), (i) nos propusimos responder estas preguntas a un nivel global. En el trabajo se utilizan datos de la encuesta sobre el futuro de los negocios realizada por Facebook, (i) que abarcó 97 países y 55 932 empresas de propiedad tanto de hombres como de mujeres en sectores tradicionalmente dominados por el mismo sexo o por el sexo opuesto.
Observamos que, en efecto, las mujeres que incursionan en sectores dominados por los hombres obtienen utilidades 66 % superiores que las mujeres que permanecen en sectores tradicionalmente con mayor concentración de mujeres . Se genera, entonces, una “jerarquía de ingresos”, en la que los hombres que emprenden en sectores dominados por los hombres obtienen los mayores ingresos, las mujeres que emprenden en sectores en los que dominan los hombres y los hombres que emprenden en sectores con mayor concentración de mujeres perciben salarios intermedios, y las mujeres que emprenden en sectores con mayor concentración de mujeres obtienen los ingresos más bajos. A nivel mundial, en promedio, las empresas de propiedad de hombres en sectores dominados por los hombres generan utilidades que alcanzan algo más del doble (+116 %) de las utilidades de las empresas de propiedad de mujeres en sectores con mayor concentración de mujeres.
¿Cómo estudiamos este tema?
Facebook, el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) diseñaron y realizaron la encuesta bienal titulada Future of Business (El futuro de los negocios) (i) entre microempresas y pymes de todo el mundo que poseen una página activa en Facebook. En el trabajo se utilizan los datos más recientes (diciembre de 2018) de la encuesta, proporcionados por dueños, gerentes y empleados de empresas de 97 países en cuatro continentes, con una amplia cobertura geográfica. Este importante conjunto de datos brinda una oportunidad incomparable para estudiar la brecha salarial de género a escala mundial.
En primer lugar, clasificamos los sectores dominados por los hombres desde la perspectiva de las mujeres que, según los datos, eran propietarias de empresas. A ellas se les preguntó lo siguiente: “¿La mayoría de las empresas de su sector son de propiedad de hombres o de mujeres?”. Si más del 70 % de las mujeres declaran que la mayoría de las empresas de su sector son de propiedad de hombres, definimos ese sector como un sector dominado por los hombres. De los 42 sectores, 18 se clasifican como dominados por los hombres conforme a esta definición (véanse esos sectores en el gráfico); el resto de los sectores se clasifica como de mayor concentración de mujeres.
En muchos países, las empresas de propiedad de mujeres se concentran en el comercio minorista y los sectores de servicios (principalmente, salud, educación y servicios sociales), que se caracterizan por un bajo nivel de inversión y de crecimiento, en comparación con los sectores de manufacturas, construcción y minería (Rosa y Sylla, 2016). La revolución digital puede agrandar esta distancia y, en lo que respecta a la participación, la brecha de género es más pronunciada en el sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones (Kelley y otros, 2016).
Luego, utilizando las definiciones de sectores dominados por los hombres y sectores con mayor concentración de mujeres, comparamos las diferencias de género en el desempeño de las empresas (utilidades y empleados), teniendo en cuenta las diferencias regionales. Los datos muestran que gran parte de la brecha de ingresos entre hombres y mujeres puede explicarse, efectivamente, por sectores: las empresas de mujeres que incursionan en sectores dominados por los hombres generan 66 % más utilidades que las de los sectores tradicionalmente femeninos. Las empresas de hombres en sectores dominados por los hombres generan más utilidades que todas las demás empresas. En otro plano, sin embargo, la jerarquía de ingresos es diferente en los países desarrollados y los países en desarrollo. En los primeros, las empresas de propiedad de hombres —independientemente de que pertenezcan a sectores dominados por los hombres o a sectores con mayor concentración de mujeres— generan más utilidades que las empresas de propiedad de mujeres en cualquier sector. En los países en desarrollo, las empresas de propiedad de hombres en sectores con mayor concentración de mujeres y las mujeres que incursionan en sectores dominados por los hombres generan aproximadamente las mismas utilidades. En ambos grupos de países, las empresas de propiedad de mujeres en sectores con mayor concentración de mujeres son las que generan menos utilidades.
¿Quiénes incursionan en los sectores dominados por los hombres?
Las propietarias de empresas en sectores dominados por los hombres son mujeres más jóvenes, casadas y con mayores probabilidades de haber heredado el negocio que las mujeres que emprenden en sectores con mayor concentración de mujeres . Poseen el mismo nivel de instrucción que las mujeres de estos últimos sectores y exhiben un mayor nivel de eficacia personal, un grado importante de aptitudes socioemocionales, pero una menor identidad emprendedora y un menor compromiso con el sector.
Las redes de apoyo masculino parecen ser fundamentales para las empresas de propiedad de mujeres; los modelos masculinos para imitar y la propiedad compartida con los cónyuges son factores que influyen en la decisión de las mujeres de incursionar en esos sectores. El apoyo de los cónyuges ayudó a las mujeres a emprender en estos sectores dominados por los hombres si dicho apoyo era multidimensional (por ejemplo, respaldo financiero, apoyo moral y ayuda en el trámite de registro de las empresas). Al parecer, las mujeres que emprenden en sectores dominados por los hombres trabajan más horas por semana y tienen una menor proporción de empleadas en comparación con las empresas de propiedad de mujeres en sectores con mayor concentración de mujeres.
Identificar las características de las mujeres que han ingresado con éxito en los sectores de alta rentabilidad dominados por los hombres nos ayudará a elaborar intervenciones de política que permitan a las mujeres crear empresas que podrían contribuir positivamente al crecimiento y, al mismo tiempo, reducir las brechas salariales de género. En efecto, en trabajos realizados en Estados Unidos se ha demostrado que la reducción de la segregación ocupacional por motivos raciales y de género en ese país dio cuenta del 40 % del crecimiento del PIB per cápita a precios de mercado entre 1960 y 2010 (Hsieh y otros, 2019).
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