Durante las últimas dos semanas, el mundo ha seguido atentamente el trágico impacto del tsunami en Sulawesi, un fuerte recordatorio de los riesgos para los que muchas comunidades y países deben estar preparados cada día. La escala de este desastre es evidente y pone de relieve la necesidad de brindar ayuda inmediata a las personas afectadas, de coordinar las acciones internacionales y de invertir constantemente en medidas para aumentar la resiliencia ante desastres naturales con el objeto de proteger la vida de las personas y los medios de subsistencia.
Ante la devastación, Indonesia se movilizó rápidamente en una clara demostración de la experiencia del país en medidas de respuesta ante desastres. En un gran número de países, sin embargo, el impacto de los desastres naturales puede ser mucho más devastador. A fin de que las estrategias para gestionar las perturbaciones causadas por el clima y los desastres naturales sean eficaces, se requiere resiliencia, instrumentos de financiamiento de riesgos y la capacidad institucional necesaria para adoptar medidas de respuesta temprana y ejecutar planes de recuperación y reconstrucción.
Gracias a los conocimientos, la difusión de las experiencias y la resiliencia financiera, los países pueden gestionar el impacto de los desastres con mucha más eficacia que en el pasado. Esta agenda es prioritaria para Indonesia y también para todos los países que están expuestos a desastres naturales. Por esa razón, en la reunión del Grupo de los Veinte (G-20), los líderes mundiales se comprometieron a lograr que el sistema financiero mundial funcione para todos. La movilización de recursos privados a través de servicios de financiamiento público para contingencias e instrumentos de seguros que abarcan todo el sistema es una de las áreas en las que el Grupo Banco Mundial está realizando avances para cumplir con este compromiso. Asimismo, el Banco Mundial es miembro de la Asociación Mundial InsuResilience, (i) una alianza mundial que se creó en 2017 por mandato del G-20. Con el liderazgo de Alemania y el grupo de países denominado los Vulnerables Veinte (V-20), la alianza ha creado un foro para el intercambio de los conocimientos sobre el financiamiento de riesgos derivados del clima y de los desastres naturales.
El Programa de Financiamiento y Seguro de Riesgos de Desastres (i) del Banco Mundial ha crecido rápidamente con el apoyo de numerosos donantes. El programa se puso en marcha en asociación con Suiza y se centra en países de ingreso mediano en los que se registra un rápido crecimiento, como Indonesia, con el objeto de integrar los riesgos de desastres en la gestión del riesgo fiscal global. Hoy, los donantes que financian el programa incluyen, entre otros, a Estados Unidos, Alemania, Japón y el Reino Unido. Asimismo, estamos brindando servicios de asesoría técnica para la formulación e implementación de estrategias integrales de protección financiera en más de 60 países.
Asimismo, el Banco Mundial está ampliando la gama de servicios financieros que ofrece a sus países clientes para la gestión de riesgos de desastres. (i) Esto se ha traducido en acceso a líneas de crédito contingentes por valor de USD 2500 millones para proporcionar liquidez en forma rápida con el objeto de suplementar los presupuestos nacionales cuando se produce un desastre. Además, en el curso de los últimos 10 años se concertaron transacciones por un valor aproximado de USD 3900 millones para brindar protección a los Gobiernos contra riesgos catastróficos y climáticos mediante la movilización de los mercados financieros.
Cada desastre es diferente y cada país deberá encarar desafíos singulares al gestionar su respuesta. No obstante, una característica común en todos los casos es que el futuro de las trayectorias de recuperación dependerá de cuatro elementos clave:
- Mercados estables e instituciones sólidas en los que los riesgos se distribuyan entre las partes interesadas públicas y las privadas. En los casos en que el grado de vulnerabilidad es elevado, la inclusión de previsiones para perturbaciones causadas por el clima y los desastres naturales en la planificación presupuestaria y en la gestión de riesgos ha dejado de ser una medida opcional. Además de seguros, se necesitan sólidos sistemas de pagos para garantizar que el financiamiento llegue de manera eficiente a los beneficiarios previstos.
- Inversiones en sistemas que permitan proporcionar medidas eficaces de respuesta y recuperación. Una vez que se ha producido un desastre, es prioritario brindar asistencia a los hogares pobres y vulnerables. El restablecimiento del acceso a los servicios de salud, las escuelas y la actividad económica abarca un espectro más amplio que la atención de las necesidades básicas para la supervivencia. Esta es una de las áreas en las que el Grupo Banco Mundial trabaja con otros asociados en el desarrollo en los países afectados por desastres naturales.
- Innovación y tecnología para aumentar la resiliencia financiera. El Grupo Banco Mundial, en asociación con Japón y el Reino Unido, el Centro para la Protección Mundial contra los Riesgos de Desastres, (i) e importantes empresas de seguros están poniendo en marcha una nueva iniciativa para promover el uso de tecnologías con el objeto de mejorar la gestión del riesgo financiero de los activos públicos. Esta iniciativa forma parte de la colaboración constante con el sector privado a través del Foro para el Desarrollo de los Seguros.
- Colaboración internacional. Ningún país puede acrecentar la resiliencia financiera por sí solo . El Fondo de Seguro contra Riesgos de Desastres para Asia sudoriental (SEADRIF) (i) es un ejemplo del esfuerzo colectivo para alcanzar ese fin en la región de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN). En virtud del mandato de los ministros de Finanzas de la ASEAN+3 y en asociación con Japón, el Grupo Banco Mundial brinda apoyo al SEADRIF en la elaboración de instrumentos financieros, incluidos seguros; la promoción del intercambio de conocimientos; la movilización de inversiones para desarrollar bienes públicos, y la prestación de asistencia técnica.
Los desastres naturales graves, como el que se produjo en Sulawesi, ponen en peligro los esfuerzos para poner fin a la pobreza y promover la prosperidad compartida. La respuesta de Indonesia aporta muchas enseñanzas. Juntos, seguiremos impulsando los avances y desarrollando tecnologías e instrumentos de seguros innovadores para la prevención, la resiliencia y la recuperación.
Vea la repetición del Diálogo de Alto Nivel sobre Seguro y Financiamiento de Riesgos de Desastres en Indonesia (i) que se llevó a cabo el 10 de octubre de 2018 en Bali, en el marco de las Reuniones Anuales del Grupo Banco Mundial y el FMI.
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