En la actualidad, 4000 millones de personas viven en zonas con escasez de agua, y una de cada cuatro ciudades enfrenta inseguridad hídrica.
El crecimiento demográfico también implica una mayor demanda de agua para producir más alimentos. Pero una de cada 10 personas se va a dormir con hambre cada noche.
Un niño menor de 5 años muere aproximadamente cada 100 segundos debido a enfermedades diarreicas causadas por servicios deficientes de agua y saneamiento. Eso significa 273 000 muertes infantiles anuales que se pueden prevenir.
Estas dificultades y pérdidas devastadoras que enfrentan tantas familias se derivan del hecho de que vivimos en un mundo con inseguridad hídrica. Y, a menos que la comunidad mundial intensifique sus esfuerzos, es probable que el cambio climático exacerbe estos desafíos.
Además, estamos muy lejos de alcanzar las aspiraciones mundiales de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados con una gestión segura de los servicios de agua potable, saneamiento e higiene para todos de aquí a 2030. Hoy en día, casi 2200 millones de personas —más de una de cada cuatro— aún carecen de acceso a servicios de agua gestionados de manera segura, mientras que otros 3500 millones de habitantes viven sin servicios de saneamiento seguros.
Hoy en día, casi 2200 millones de personas —más de una de cada cuatro— aún carecen de acceso a servicios de agua gestionados de manera segura, mientras que otros 3500 millones de habitantes viven sin servicios de saneamiento seguros.
Este lento avance hacia los ODS pone de relieve la urgente necesidad de aumentar las inversiones en el sector hídrico. En un nuevo informe del Banco Mundial titulado “Funding a Water Secure Future: A Global Assessment of Public Spending” (Financiar un futuro con seguridad hídrica: Una evaluación mundial del gasto público) se calcula por primera vez cuánto gastan los Gobiernos en agua y el volumen de financiamiento y los déficits de recursos que deben subsanarse para atender las necesidades de la población y alcanzar los ODS. En el documento se proporcionan medidas prácticas para que el gasto de los países sea más eficaz de manera que los Gobiernos puedan destinar más recursos al sector del agua.
Nuestras conclusiones revelan que el gasto anual en varios subsectores hídricos —como abastecimiento de agua y saneamiento, riego, transporte de agua y energía hidroeléctrica— asciende a aproximadamente USD 164 600 millones (en precios de 2017). Si bien esta cifra puede parecer considerable, es solo una fracción del gasto mundial en educación y salud. Además, mientras que alrededor del 91 % del gasto anual en agua proviene del sector público, incluido el gasto público del Gobierno y las empresas públicas, menos del 2 % procede del sector privado.
Más de la mitad de este monto se asigna al abastecimiento de agua y saneamiento. Para alcanzar las metas de los ODS, estimamos que los 113 países en desarrollo incluidos en nuestro análisis necesitan aumentar su gasto en abastecimiento de agua y saneamiento entre USD 131 400 millones y USD 140 800 millones anuales, casi el triple de los actuales niveles de gasto.
Sin embargo, este promedio mundial no muestra la gran heterogeneidad existente entre los diferentes países y regiones. Asia meridional y África subsahariana deben aumentar los niveles de gastos actuales en nueve veces y 17 veces, respectivamente.
El desafío es aún más difícil para los países de ingreso bajo y los que se encuentran en contextos frágiles, ya que deben incrementar el gasto en casi 30 veces y 40 veces, respectivamente, para alcanzar los ODS sobre el agua y el saneamiento. Siendo realistas, es poco probable que se logren estas metas si no aumentan de manera drástica la ayuda internacional y la asistencia para el desarrollo.
El informe también revela varios tipos de “filtraciones”, que a menudo se pasan por alto, en el sector.
Se concluye que, a pesar de los considerables déficits de gasto, en el sector del agua no se gastan todos los fondos asignados: en promedio, un sorprendente 28 % de los recursos no se gasta cada año. Al reducir a la mitad la brecha en la ejecución presupuestaria en el subsector de abastecimiento de agua y saneamiento, el déficit anual de gasto podría disminuirse en USD 13 000 millones, casi el 10 % del aumento requerido.
Otra preocupación es la prevalencia de ineficiencias generalizadas. Aunque a menudo se pasan por alto, las faltas de eficiencia de los proveedores de servicios de agua conducen a pérdidas ocultas considerables. En promedio, una empresa de agua típica experimenta pérdidas de eficiencia por un total de aproximadamente USD 21 millones al año, lo que representa alrededor del 16 % de sus costos operativos. Teniendo en cuenta que hay miles de proveedores de servicios de agua en todo el mundo, los costos acumulados de estas pérdidas ascenderían a varios cientos de miles de millones de dólares.
En promedio, una empresa de agua típica experimenta pérdidas de eficiencia por un total de aproximadamente USD 21 millones al año, lo que representa alrededor del 16 % de sus costos operativos.
Dado que el financiamiento público predomina en el sector hídrico, las preocupaciones acerca de la igualdad y la equidad ocupan legítimamente un lugar importante en los debates sobre políticas. Nuestro análisis muestra que los subsidios al consumo para servicios de agua y saneamiento gestionados de manera segura son desproporcionadamente más altos en las comunidades urbanas y más adineradas, y esta desigualdad es particularmente marcada en África subsahariana. Por lo tanto, es importante garantizar una distribución equitativa del gasto junto con un aumento de los recursos financieros. Abordar estas disparidades será crucial para hacer realidad la visión y las metas de los ODS sobre el agua y el saneamiento.
El informe “Financiar un futuro con seguridad hídrica” (i) presenta un conjunto de reformas integrales y de amplio alcance para abordar los desafíos. Se insta a los Gobiernos, por ejemplo, a aumentar las tasas de ejecución presupuestaria reformando la gestión de la inversión pública y de las finanzas públicas, y a reducir la ineficacia de los proveedores de servicios de agua priorizando las operaciones de los servicios públicos eficaces en función de los costos y mejorando la planificación de las inversiones. También proporciona ideas clave sobre cómo catalizar un mayor financiamiento a largo plazo en el sector.
Estas y otras medidas descritas en el informe contribuirán en gran medida a lograr el futuro con mayor seguridad hídrica que el mundo tanto necesita.
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