Más de 700 millones de personas viven en la pobreza extrema en todo el mundo. Si esa cifra le parece desalentadora, piense en esto: 1100 millones de habitantes –más del triple de la población de Estados Unidos– no tienen acceso a electricidad.
Así que no hace falta decir que acabar con la pobreza relacionada con la falta de energía es un paso fundamental para poner fin a la pobreza en sí misma. Y los líderes del mundo están de acuerdo: un objetivo de desarrollo sostenible exclusivamente relativo a la energía fue aprobado el mes pasado. En dicho objetivo se hace hincapié en el papel de las energías renovables para que lleguemos a la meta de alcanzar la energía sostenible para todos en 2030. ¿Qué nos dará un gran impulso en esta carrera? El financiamiento privado.
En un debate realizado el 9 de octubre en el marco de las Reuniones Anuales del Grupo Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional en Lima, Perú, siete expertos de los sectores público y privado se reunieron para analizar el tema de las energías renovables y el papel fundamental que puede desempeñar el financiamiento privado. La sesión fue moderada por Angus McCrone, editor jefe de Bloomberg New Energy Finance.
Al inicio del evento, Jin-Yong Cai, vicepresidente ejecutivo y director general de la Corporación Financiera Internacional, y Rune Bjerke, director ejecutivo del Grupo DNB, el mayor grupo de servicios financieros de Noruega, se refirieron a la situación de las energías renovables. Hay dinero disponible para las inversiones en energías renovables, dijo Bjerke, pero también hizo hincapié en que no existe infraestructura. “Creo que deberíamos estudiar más los sistemas de distribución: cómo hacer que las redes sean más accesibles, cómo invertir en nuevas tecnologías relacionadas con el almacenamiento, cómo aprovechar la revolución tecnológica para poner más énfasis en las nuevas fuentes de energía ecológica”, señaló.
Un ejemplo es Senegal, que ha logrado grandes avances en materia de energías renovables, especialmente en la generación de energía hidroeléctrica, pero enfrenta dificultades con la distribución. “Los pueblos africanos están bastante aislados. Tal vez se cuente con una importante central eléctrica, pero eso no significa que se tenga acceso”, indicó Thierno Alassane Sall, ministro de Energía y Fomento de la Energía Renovable de la República de Senegal. “No podemos resolverlo si no encontramos soluciones para financiar los problemas del transporte y la distribución. Allí es donde necesitamos a los inversores y el apoyo de la comunidad internacional”.
Pero si bien se necesitan inversiones para construir la infraestructura, los inversores quieren ver la infraestructura ya existente. “Para que un proyecto de energía tenga éxito en una mayor escala, es necesario tener redes de transmisión y distribución sólidas. Deben existir regulaciones razonables y claras para que las personas sepan en qué se están involucrando”, dijo Cai. “Hemos sido mucho más audaces y estuvimos dispuestos a tomar riesgos a través de nuestras inversiones. Tratamos de demostrar que las energías renovables son parte de la solución”.
Jordania pudo transformar una crisis en una oportunidad. “Nuestra historia es de resiliencia y de convertir los desafíos en oportunidades. Sinceramente, se trató de una cuestión de supervivencia, casi de vida o muerte”, dijo Imad Najib Fakhoury, ministro de Planificación y Cooperación Internacional de Jordania. “Somos uno de los pocos países de Oriente Medio que no tiene petróleo. Importamos el 96 % de nuestra energía. Así que comenzamos una estrategia de diversificación en 2008. En 2010, adoptamos una ley de eficiencia energética de manera que establecimos el marco para implementar la estrategia. En 2011 estalló la primavera árabe y Siria se tornó extremadamente violenta. Entonces los sirios se trasladaron a Jordania, conformando alrededor del 20 % de nuestra población. También perdimos nuestro suministro de gas (proveniente de Egipto) para nuestros servicios de electricidad”.
El Gobierno de Jordania tuvo que reemplazar el gas por diésel a un costo cinco veces superior. Enfrentar esa crisis puso al país a toda marcha. “El Gobierno implementó de inmediato un programa de estabilidad macroeconómica y llegó a un acuerdo con el FMI para comenzar un programa de reformas en el sector energético. [...] Hemos eliminado todos los subsidios a los combustibles, hemos ofrecido incentivos para tecnologías híbridas y hemos alentado decididamente la diversificación [de las fuentes de energía]”.
También participó en el debate Maja Wessels en representación de First Solar, una de las mayores empresas de desarrollo de energía solar en el mundo. Si bien la energía solar no va a alimentar inmediatamente a países enteros, dijo, la rápida evolución de la tecnología –especialmente en materia de almacenamiento– podría producir este cambio mucho antes de 2040.
Por su parte, Rosa María Ortiz Ríos, ministra de Energía y Minas del Perú, señaló que las energías renovables desempeñarán un papel importante en la diversificación de las fuentes de generación de energía del país.
El panel estuvo de acuerdo en un punto: sin energías renovables, no podremos poner fin a la pobreza antes de fines de 2030.
“Las energías renovables son la base de una economía moderna”, concluyó Cai.
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