Hoy en Tokio, en el marco de nuestras Reuniones Anuales, donde la seguridad alimentaria es uno de los temas principales de discusión, estuve presente unos minutos en la sesión de Oxfam acerca de las adquisiciones de tierras a gran escala en los países en desarrollo.
Reiteré que la mejor manera de detener este problema es a través de la presencia activa y comprometida del Grupo del Banco en la agricultura, asegurando que los altos estándares se cumplan. Oxfam y nosotros estamos de acuerdo que ese tipo de compras de tierras es inapropiado. Por esta razón el Banco Mundial debe seguir estando involucrado y activo en el sector.
Fue tranquilizador escuchar directamente de Oxfam que el Banco no es el blanco principal de sus acciones. Esto es bueno porque la gran mayoría de nuestras inversiones agrícolas ayuda a los agricultores pobres a cultivar alimentos y no involucra la compra de tierras.
Durante el año financiero pasado, el Banco Mundial invirtió más de US$5.000 millones en agricultura en los países en desarrollo y de ingreso mediano. Esos fondos ayudaron a pequeños agricultores a tener recursos para irrigación y a colocar sus productos en el mercado, al tiempo que apoyaron a las comunidades para que tuvieran acceso a sus derechos sobre las tierras.
De los US$4.200 millones que la Corporación Financiera Internacional (IFC) -la institución del Grupo del Banco que se ocupa del sector privado-, invirtió en agroindustria y silvicultura durante el mismo periodo, solamente tres inversiones – o el 2%– están relacionadas con la adquisición de tierras. Estas inversiones están dirigidas a mejorar la producción de alimentos y a cumplir con los estándares de desempeño de IFC, considerados entre los mejores en el mundo.
Para alimentar a 9.000 millones de personas en 2050 se necesitará una mayor inversión en la agricultura. El Grupo del Banco Mundial está a la vanguardia de este esfuerzo tan primordial.
El Banco Mundial trabaja para mejorar las normas sobre la adquisición de tierras. Incluso Oxfam lo califica como el “organismo líder a nivel mundial en la fijación de estándares”.
Una moratoria a los préstamos agrícolas del Banco Mundial afectaría a Gobiernos progresistas e inversionistas responsables que aplican nuestros altos estándares. Es por eso que no coincidimos con Oxfam en esta materia. Espero que continuemos trabajando con Oxfam en los puntos de coincidencia. Pero la mejor manera de hacerlo es seguir estando involucrados.
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