Esta página en: English | Français | العربية
Paul Farmer escribió recientemente en este espacio (i) sobre el libro "Essential Surgery", el primero de nueve volúmenes que se esperan de la tercera edición de la serie "Disease Control Priorities (DCP3)". En la ocasión, destacó que dicho libro arroja luz sobre un tema largamente descuidado en la salud mundial y dio las siguientes razones para ello: "el saber prevaleciente dictaba que la incidencia de enfermedades quirúrgicas era demasiado baja, los gastos quirúrgicos demasiado altos y la entrega de atención demasiado complicada".
Sustituyamos "cáncer" por "cirugía" y tendremos el tema y el desafío del segundo volumen publicado de DCP3. (i) El cáncer compite con la cirugía en su grado de descuido mundial y en la publicación "Cáncer", se argumenta de manera igualmente convincente a favor de intensificar los esfuerzos de control —incluyendo el tratamiento y los cuidados paliativos además de la prevención— incluso en los países más pobres. Y, por supuesto, la cirugía es un componente central del tratamiento del cáncer: se han curado más casos de cáncer usando la cirugía solamente que por cualquier otros medios.
Comencemos por la incidencia del cáncer. A medida que nos acercamos al plazo de los objetivos de desarrollo del milenio 2015 sobre supervivencia infantil, y la esperanza de vida sigue aumentando en la mayoría de los países, la población en riesgo de contraer cáncer se incrementa. De los 8 millones de muertes por cáncer anuales en todo el mundo, 5 millones ya se producen en los países de ingreso bajo y mediano (la gran mayoría en estos últimos). Esa proporción está creciendo a medida que aumenta la proporción del total de muertes causadas por el cáncer. No se aprecia a menudo que las tasas de mortalidad por cáncer normalizadas según la edad estén disminuyendo en la mayoría de los países, pero las otras causas principales de muerte, tanto de enfermedades infecciosas como no transmisibles, están descendiendo más rápidamente.
La porción de más rápido crecimiento en los países de ingreso bajo y mediano son los tipos de cáncer causados por el tabaco, y que podría decirse que son los cánceres comunes más fáciles de prevenir. Luego se encuentran dos tipos de cáncer que se pueden prevenir mediante la vacunación: el cáncer de hígado causado por el virus de la hepatitis B y el cáncer de cuello de útero provocado por el virus del papiloma humano. Más allá de eso, sin embargo, las clases de cáncer que se están volviendo más habituales y que, por lo general, no se pueden prevenir con los conocimientos y las intervenciones actuales son los cánceres de mama, colon y páncreas; la mayoría de las leucemias y los linfomas, y otros cánceres mucho menos frecuentes. No obstante, muchos de ellos se consideran altamente curables, en especial cuando se diagnostican a tiempo (etapas 1 y 2). Sin tratamiento, la mayoría son inevitablemente fatales.
La gama completa de intervenciones —cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia endocrina— es necesaria para muchos cánceres comunes (el cáncer de mama es un buen ejemplo). Si bien muchos tipos de cáncer en etapa temprana se pueden curar con cirugía solamente, en otros casos, la curación es posible solo cuando se añaden algunas otras modalidades. Cuando esa es la situación, iniciar el tratamiento con menos de una modalidad completa puede significar infligir daños sin muchos beneficios.
Un obstáculo importante en el control del cáncer es la gran proporción de cánceres diagnosticados en etapas tardías en los países de ingreso bajo y mediano, cuando la cura es imposible, incluso con los tratamientos más modernos. ¿Cómo se puede modificar la curva? Vemos esto como un circuito de información: a medida que las personas comienzan a curarse, las actitudes de la sociedad hacia el cáncer comienzan a cambiar y la gente está más dispuesta a realizarse exámenes cuando detecta algo fuera de lugar, incluso sin programas formales de diagnóstico a gran escala. Puede ser un proceso gradual, pero crear la infraestructura y sobre todo la base de recursos humanos para el control del cáncer también puede resultar ser una tarea lenta. Sin embargo, cuanto antes se inicie el proceso, más pronto adquirirá fuerza entre la población.
Entre los cánceres más curables, aunque no sean los más numerosos, están algunos de los cánceres infantiles más comunes, en particular las leucemias y los linfomas, el retinoblastoma, el tumor de Wilms y algunos otros. Curar a los niños —de manera asequible y eficaz en función del costo— es claramente algo positivo y también envía un mensaje poderoso para ese circuito de información que se necesita para cambiar las actitudes del público acerca de la enfermedad.
Incluso en el más largo plazo, una vez que el tratamiento esté ampliamente disponible, el cáncer será una causa frecuente de muerte —común y a menudo dolorosa— en los países ricos y pobres. El volumen DCP3 defiende —una vez más— una rápida expansión de los métodos de control del dolor, entre ellos los fármacos opioides, incluso en los países más pobres. Un programa modelo en Uganda que se inició hace más de dos décadas, y una pequeña cantidad de otras iniciativas, demuestran inequívocamente que es posible proporcionar ayuda para controlar el dolor a pacientes terminales de cáncer en sus domicilios, hasta en zonas rurales de África y Asia.
El prólogo del libro "DCP3 Cancer" fue escrito por el profesor Amartya Sen, quien sobrevivió al cáncer cuando era joven y se considera a sí mismo uno de los pocos afortunados en su época. Él concluye con lo siguiente:
La lección que se desprende de los análisis empíricos certeros presentados en este volumen no es solo que se puede lograr una diferencia importante en la incidencia, el tratamiento y la eliminación del cáncer, incluso en los países más pobres del mundo, sino que esto se puede hacer de una manera más asequible y eficaz en función del costo. Las deficiencias que más se necesitan cambiar son la falta de comprensión y de determinación.
Se trata, en definitiva, de un libro alentador sobre un tema muy sombrío. También es una invitación muy importante a actuar.
Únase a la conversación