Históricamente, los mercados mundiales de productos básicos han sido el principal vínculo entre América Latina y el resto del mundo. La conquista del Nuevo Mundo a manos de los europeos y la migración que ésta trajo consigo fue impulsada en gran medida por la búsqueda de recursos naturales.
Por ejemplo, el viaje de Colón no fue más que un intento por encontrar una ruta más corta hacia los mercados de especias de las Indias orientales. Después de probar una especia autóctona (llamada ají en la lengua local y chili en nahuatl), Colón creyó que había encontrado una de los productos que andaba buscando.
En realidad, lo que “descubrió” no estaba para nada emparentado con la pimienta de las Indias orientales, pero la ambigüedad conceptual de esta confusión inicial perdura hasta nuestros días en la lengua inglesa, en la que el chile o ají es denominado “chili pepper” tal como se afirma en el estudio De la plata a la cocaína: las cadenas de recursos naturales de América Latina y la construcción de la economía mundial, 1500–2000.
Con el tiempo quedó más que claro que Colón no había dado con el atajo a las Islas de las Especias y si bien el ají nunca se convirtió en un producto de exportación relevante para la economía de la región, otros sí. La búsqueda de oro y plata se transformó en el principal aliciente de gran parte de la exploración de América Latina.
Si bien El Dorado nunca dejó de ser sólo una leyenda, entre los siglos XVI a IXX, América Latina produjo más del 80% de la plata del mundo, producción que alimentó los sistemas monetarios de Europa, China e India.
A lo largo de la historia de la región, las economías han sufrido altos y bajos debido a las fortalezas y debilidades de los mercados que comercian productos básicos.
El auge del precio de las exportaciones de los productos básicos, que viene desde 2002, ha despertado enorme interés entre académicos y medios de comunicación en torno a si la concentración de la economía de América Latina y el Caribe en estos productos es un mal precedente para las perspectivas de desarrollo de la región.
Por ello, desde hace dos años, la oficina del Banco Mundial en la región ha estado trabajando en un programa de investigación diseñado precisamente para abordar esta materia. Los resultados se publicaron en el último estudio regional “Los recursos Naturales en América Latina y el Caribe: ¿más allá de bonanzas y crisis?”. El Banco lanzará el estudio el 13 de septiembre en Miami, en el marco de la Conferencia de las Américas, y en Sao Paulo, Brasil.
El informe es un esfuerzo colectivo sobre la base de una importante colección de artículos y documentos elaborados por economistas y cientistas políticos del Banco Mundial y otras instituciones.
El informe aborda tres importantes cuestiones:
1. Explora si la dependencia en los productos básicos, al frenar la innovación y debilitar las instituciones públicas, afecta las perspectivas de desarrollo de largo plazo. En ese sentido, el documento analiza si los posibles efectos negativos son inmutables y qué políticas o reformas institucionales podrían mitigar las consecuencias perjudiciales.
2. Otra arista que se estudia es si esta dependencia realmente induce volatilidad en la macroeconomía y ralentiza el crecimiento; y si es así, qué reformas de políticas podrían reducir dicha volatilidad.
3. Por último, el estudio indaga en las circunstancias en las que esta dependencia podría generar impactos sociales y ambientales adversos y, nuevamente, qué tipo de reformas podrían impulsar prácticas de explotación más sostenibles.
Los documentos y artículos en los que se basa el estudio, así como los datos utilizados en los análisis, estarán disponibles en este sitio web. Desde ya, agradecemos no sólo sus comentarios sobre la publicación sino también cualquier aporte en torno el tema de los productos básicos y el desarrollo en la región.
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