El Banco Mundial tiene una visión clara: Un mundo sin pobreza. Cuando la integridad prevalece, los proyectos se realizan y los pobres se benefician. Cuando esto no ocurre, se produce un retroceso en el desarrollo y los pobres sufren. Por esto es que en el Banco Mundial sostenemos que el imperio de la ley es igual a desarrollo. El Banco en su búsqueda de resultados, apertura y rendición de cuentas, asegura la integridad en sus operaciones sin reparos. En el centro de nuestra estrategia está el compromiso de eliminar las condiciones que afecten la seguridad internacional y que permitan que la corrupción aumente.
Y así lo muestran nuestros resultados. Finalizamos 117 investigaciones en el ejercicio de 2010, con el resultado de 45 inhabilitaciones de empresas y particulares por participar en actos ilícitos. Los hallazgos de nuestra labor investigativa han sido entregados a las autoridades correspondientes, incluidos gobiernos, para corregir, perseguir, investigar y realizar informes. Cientos de solicitudes de sanciones han sido presentadas ante nuestra Junta de Sanciones.
Las empresas temen a las inhabilitaciones porque estas empañan su reputación y las priva de hacer negocios. Nosotros también nos reunimos con aquellos acusados que están dispuestos a participar en nuestro Programa de revelación voluntaria de información, siempre y cuando ellos sean honestos y el resultado sea equitativo para ambas partes.
El Banco Mundial, además, está cambiando la temperatura corporativa a través de acuerdos con empresas que adoptan un enfoque pragmático al admitir la participación en actos ilícitos, aceptar los castigos y garantizar que actuarán de manera debida en el futuro. Los convenios con Siemens, Macmillian Ltd.y Lotti hablan por sí mismos: todos ellos incluyeron un significativo periodo de inhabilitación y uno incluyó un importante pago de una restitución.
La sanción pública es una herramienta clave para disuadir la corrupción. El Banco ha sido un líder en este ámbito al promover la adopción de un Acuerdo de inhabilitación cruzada e instar a otras instituciones financieras internacionales a ampliar y aunar los esfuerzos para combatir este problema. Con nuestro trabajo en los últimos dos años, hemos ayudado al Banco a conservar cientos de miles de dólares mediante la suspensión de desembolsos y significativas restituciones, además del acuerdo de US$100 millones alcanzado con Siemens y el pago de una restitución de US$350.000 por parte de Lotti.
De interés para esta materia es que los luchadores contra la corrupción, que se han comprometido a buscar y multar a quienes se beneficien de lo que pertenece a toda la gente, tendrán un gran aliado en la Iniciativa para la Recuperación de Activos Robados (StAR) del Banco Mundial. Como su nombre lo sugiere, StAR se focaliza en la recuperación de activos robados mediante el congelamiento, la preservación y el retorno de ganancias obtenidas ilícitamente. El dinero es un gran factor de igualación. Si aquellos que se han enriquecido ilegítimamente son privados de sus botines, nuestro mundo sería un lugar más justo.
En la tradición popular de África existe esta máxima: “No sigas el camino. Ve donde no hay huellas; para empezar el sendero”. Por esta razón el presidente del Banco, Robert B. Zoellick, convocó a una alianza de 286 autoridades del orden público durante diciembre pasado. Y por esta razón también es que hoy, como parte de las Reuniones de Primavera del Banco y del FMI, hablaremos con seis de los oficiales de más alto rango a nivel mundial en este ámbito sobre cómo cambiar a las sociedades mediante investigaciones y acciones judiciales más severas. Lo hacemos porque para nosotros una aplicación efectiva de la ley es clave para el desarrollo.
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