Luego de trabajar 27 años en el Banco Mundial, me retiré a fines de enero. Al momento de finalizar mi carrera, ocupaba el cargo de directora superior del Departamento de Prácticas Mundiales de Finanzas y Mercados. Durante mis años en el Banco, desempeñé una amplia gama de funciones: fui economista financiera y economista de países; gerenta de cartera de inversiones en capital accionario en la Tesorería del Banco Mundial; asesora superior de la Oficina del Director Ejecutivo de Italia; gerenta y posteriormente directora a cargo de las innovaciones en materia de productos financieros del BIRF; asesora del primer oficial financiero principal (CFO) y de un director superior, y directora a cargo de países.
Mediante este blog quiero reflexionar acerca de mi carrera y plantear por qué sigue siendo importante que los jóvenes tengan entusiasmo por el desarrollo internacional.
¿Por qué el desarrollo internacional?
Desde muy pequeña, cuando me preguntaban qué quería hacer cuando fuera adulta, sabía que me gustaría realizar algo relacionado con el desarrollo, aunque al principio no sabía qué significaba el término “desarrollo internacional”.
Me crié entre Roma en Italia y Tegucigalpa en Honduras, que sigue siendo uno de los países más pobres del mundo. Vivir parte de mi infancia en Honduras con mi abuela tuvo un enorme impacto en mí; entendí qué era la pobreza y la desigualdad a un nivel muy personal, y supe que quería dedicar mi carrera profesional a encontrar maneras de tender un puente entre esas dos sociedades.
En la universidad, primero estudié ciencias políticas y luego economía, y obtuve un doctorado en economía internacional. Hice una pasantía de verano en el Banco mientras realizaba mi maestría y me encantó. En 1990, entré a trabajar como parte del programa para jóvenes profesionales (i) y nunca me arrepentí de mi decisión.
El mundo ha logrado avances considerables en los últimos 30 años en materia de reducción de la pobreza (i) extrema −el número de personas que viven por debajo de la línea de pobreza se redujo del 35 % en 1990 al 10 % en 2013− pero las necesidades en el ámbito del desarrollo internacional siguen siendo importantes, como se describe en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. A nivel mundial, es necesario también abordar desafíos sin precedentes, como el cambio climático, la gestión del riesgo de desastres y el asentamiento de las personas desplazadas y los refugiados, por nombrar solo algunos.
Y se necesitan jóvenes entusiastas con experiencia en diferentes campos, no solo en economía, que dediquen sus carreras profesionales al tema del desarrollo internacional.
La experiencia más gratificante
El trabajo con los países –que permite mantenerse cerca de los clientes, trabajar con contrapartes gubernamentales y con el sector privado y aprender de los beneficiarios de los proyectos− es muy gratificante. Es una sensación increíble saber que, con la labor que realizas a diario, estás apoyando realmente a personas de todo el mundo para que tengan mejores condiciones de vida.
En algunos momentos, hubiera sido fácil desanimarse debido a la burocracia, sin embargo eso es solo un aspecto del trabajo en una organización internacional grande.
Pero incluso las organizaciones grandes, como el Banco Mundial, atraviesan por cambios y fomentan la innovación para responder mejor a las necesidades de desarrollo más urgentes y en constante evolución.
Al fin y al cabo, detrás de las burocracias simplemente hay personas, por lo cual es fundamental ser capaces de innovar y tener entusiasmo.
Pasé los últimos dos años y medio ayudando a establecer las Prácticas Mundiales de Finanzas y Mercados, un nuevo departamento del Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional (IFC) conformado por 500 empleados en todo el mundo, cuyo objetivo es ayudar a los países y la comunidad internacional a desarrollar sectores financieros estables, eficientes, con capacidad de adaptación e inclusivos.
Estoy orgullosa también del trabajo que realicé en los últimos 15 a 20 años en el campo de la innovación financiera, estando a cargo del equipo de la Tesorería (i) del Banco Mundial. Ampliamos los productos financieros del Banco pasando de los préstamos y garantías clásicos a una gama completa y flexible de nuevas soluciones financieras, mediante las cuales los países pueden ahora gestionar mejor los riesgos financieros. En particular, desarrollamos herramientas para ayudar a los países a abordar los riesgos de desastres catastróficos.
Asimismo me enorgullece haber formado parte de un pequeño equipo que, en las Reuniones Anuales de 2006 realizadas en Singapur, ayudó al Banco Mundial a posicionarse como el principal asociado que ofrece soluciones de desarrollo mundiales, tales como incorporar productos financieros flexibles y novedosos y brindar servicios de conocimientos, asesoría y convocatoria adaptados a las circunstancias de cada país. Como institución, hemos recorrido un extenso camino desde el tiempo en que solo se otorgaban préstamos y se redactaban informes.
Sin embargo, ninguna de estas innovaciones hubiera sido posible sin la labor de los colegas con los que trabajé a lo largo de los años. Y sin los colegas más jóvenes a los que espero haber realmente orientado a través de mi carrera.
Para quienes están considerando una carrera en el ámbito del desarrollo internacional
Sigan su pasión. Hay numerosas vías para avanzar en la carrera profesional. Seguir una trayectoria no lineal, en que el foco de atención deje de ser siempre el próximo ascenso y concentrarse en las oportunidades que aparecen en el camino, puede resultar beneficioso. Tener una variada experiencia a nivel nacional e internacional realmente ayuda a conformar la visión en torno al desarrollo que les ayudará a ser más eficaces.
En definitiva, tener esa visión amplia y tener entusiasmo son los aspectos más importantes para trabajar en el campo del desarrollo internacional.
Este blog se publicó originalmente en The Huffington Post. (i)
Foto: © Dominic Chavez/BancoMundial.
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