¿Cuáles son las maneras más promisorias de mejorar el acceso y el uso de productos financieros adecuados entre las comunidades desatendidas? Esta es una pregunta crucial a la cual nos enfrentamos a diario quienes nos dedicamos al tema de la inclusión financiera en el Banco Mundial. Una de nuestras tareas más importantes es monitorear las diversas experiencias y lecciones provenientes de todo el mundo e incorporarlas en nuestra labor, prestando asesoría a las autoridades normativas y reguladoras. Creemos que sería útil compartir nuestras ideas al respecto, las que hemos condensado en una lista de ocho enfoques principales para acelerar la inclusión financiera. Este listado se creó desde la perspectiva de un responsable de formular políticas, y en él se toma en consideración el hecho que las autoridades normativas desempeñan una función multifacética en el ámbito de la inclusión financiera, equilibrando el fomento, la protección y la estabilidad.
En primer lugar, necesitamos hacer dos advertencias. Esta es una lista subjetiva, preparada a partir de nuestras experiencias. Esperamos que algunas personas no estén de acuerdo con algunas de nuestras opciones y eso nos parece bien, porque de hecho el debate es bienvenido.
En segundo lugar, hay que considerar que el contexto del país es fundamental cuando se formulan enfoques adecuados para promover la inclusión financiera. Este listado pretende ser una guía general acerca de lo que tiene impacto en la mayoría de los países la mayor parte del tiempo.
- Fomentar la diversidad de las instituciones financieras. Los sectores financieros inclusivos tienen varios tipos de instituciones financieras distintos a los bancos comerciales —cajas postales, instituciones microfinancieras, cooperativas de crédito— que aplican diversos modelos de negocios y operan en diferentes regiones geográficas para servir a distintos segmentos de clientes. Para llegar a los clientes que no son completamente atendidos por los bancos comerciales es fundamental disponer de un marco legal y regulatorio que permita el ingreso de diversas instituciones y mediante el cual se apliquen reglamentos y controles proporcionados y adaptados a sus respectivos niveles de riesgo. También son necesarias políticas que promuevan un entorno saludable y competitivo y condiciones de igualdad entre todos los proveedores.
- Facilitar el uso de tecnologías innovadoras y el ingreso de instituciones no tradicionales basadas en la tecnología. Los dos hemos pasado bastante tiempo en China recientemente, y ningún país ilustra mejor lo que se puede lograr mediante enfoques innovadores impulsados por actores no tradicionales como Alibaba (una empresa de comercio electrónico) y Tencent (una plataforma de redes sociales). En muchos países, los proveedores innovadores aprovechan la tecnología, las redes de clientes existentes, la infraestructura y la inteligencia de datos para reducir los costos de transacción y ofrecer productos financieros adecuados a las necesidades de los consumidores de ingreso bajo. Como se señala en los Principios de Alto Nivel sobre la Inclusión Financiera Digital del Grupo de los Veinte (G-20), (i) es necesario tener un marco legal y regulatorio claro para permitir el ingreso de nuevas tecnologías y actores y, al mismo tiempo, enfrentar los riesgos derivados de la innovación. Para abordar esta preocupación, se puede seguir de cerca la evolución del mercado mediante un enfoque reglamentario de “prueba y aprendizaje”.
- Ampliar las actividades bancarias basadas en agentes y otros mecanismos de prestación de servicios eficaces en función de los costos. Se ha reconocido durante mucho tiempo que basarse únicamente en sucursales físicas constituye un obstáculo fundamental para la inclusión financiera. Los enfoques reglamentarios pueden ayudar a superar este obstáculo permitiendo el uso de canales de prestación de bajo costo, como tiendas minoristas locales que actúan como agentes de los proveedores de servicios financieros y las sucursales “lite”. Tales enfoques pueden ampliar de manera eficiente en función de los costos la presencia física de los proveedores de servicios financieros proporcionando, al mismo tiempo, beneficios significativos a los consumidores.
- Invertir en supervisión y aprovechar la tecnología para optimizar los recursos limitados. Es poco probable que sea inclusivo un sector financiero que no está bien supervisado desde el punto de vista de la prudencia o de la conducta del mercado. De hecho, implementar muchos elementos de esta lista requiere una supervisión eficaz. Sin embargo, rara vez nos encontramos con un país en el que las limitaciones de capacidad no sean una cuestión permanente, lo que significa que suele ser necesario un enfoque de supervisión que se base en el riesgo. Los supervisores de Austria, Rwanda y otros lugares también recurren a la tecnología para ayudar a automatizar la presentación de informes y realizar análisis de la supervisión, un enfoque denominado a menudo “Regtech”.
- Implementar requisitos graduales y basados en el riesgo en materia de lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo. Según Global Findex (i) del Banco Mundial, más de 300 millones de adultos en todo el mundo mencionan el exceso de documentación como un obstáculo importante para abrir una cuenta. Para superar este impedimento es fundamental tener un régimen de lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo flexible y basado en el riesgo, que se combine con un plan de identificación nacional completo y accesible (que permita, por ejemplo, la identificación digital o el uso de datos biométricos). Simplificar los requisitos de documentación o agregar excepciones para ciertos solicitantes (por ejemplo, de ingresos bajos) o productos (por ejemplo, transacciones de bajo valor y bajo riesgo) puede ayudar a que los “buenos” mantengan alejados a los “malos”.
- Incentivar el desarrollo de productos financieros innovadores de bajo costo. Las personas desatendidas enfrentan obstáculos y necesidades financieras singulares. Los responsables de formular políticas deberían establecer marcos regulatorios que fomenten el desarrollo de productos financieros adecuados, como cuentas bancarias básicas y microseguros, y que respondan a las necesidades de los clientes de bajos recursos y desatendidos. Se debería también promover el diseño de productos centrados en los clientes que ayude a superar los impedimentos conductuales y aumente la utilidad de los servicios.
- Fortalecer la infraestructura financiera. Las asimetrías de información y la falta de garantías suelen ser obstáculos que impiden el acceso de las comunidades desatendidas a los servicios financieros. Entre algunas medidas que pueden aumentar este acceso, podemos mencionar la ampliación de los sistemas de información crediticia y los registros de garantías (incluidos los bienes muebles) y el aumento de la eficiencia y la accesibilidad de los sistemas de pago minorista. El Gobierno desempeña un papel crítico en el fortalecimiento de la infraestructura financiera, que constituye el fundamento de la inclusión financiera, tal como se enfatizó en el informe (i) “Cuestiones relativas a los pagos en la inclusión financiera (PAFI)” del Banco Mundial y el Comité de Pagos e Infraestructura de Mercados (CPMI).
- Proteger a los consumidores estableciendo normas en materia de divulgación, trato justo y vías de recurso. Es fundamental que los consumidores estén protegidos contra posibles abusos y sean tratados de manera justa por los proveedores. En las buenas prácticas para la protección del consumidor financiero (i) del Banco Mundial se pone énfasis en la necesidad de que los proveedores entreguen a los clientes información clara sobre los términos y condiciones de los productos a través de un formulario estandarizado para facilitar la comparación de las condiciones de los préstamos, ayudar a los consumidores a tomar decisiones financieras informadas y evitar riesgos como el sobreendeudamiento. Las autoridades también deberían poner en vigor reglamentos que restrinjan las prácticas comerciales abusivas y faciliten el acceso a los mecanismos de recurso.
Por lo tanto, es alentador que hasta la fecha más de 40 países —incluidos muchos para los cuales es crucial el logro del acceso universal a los servicios financieros— (i) hayan desarrollado estrategias nacionales de inclusión financiera (ENIF) (i) para identificar reformas relacionadas con objetivos de políticas, y cuya puesta en práctica es apoyada por estructuras de coordinación de múltiples partes interesadas y sólidos sistemas de seguimiento y evaluación.
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