La actual crisis económica mundial ha seguido dos patrones de recuperación claramente diferenciados: mientras el crecimiento del producto interno bruto (PIB) de las economías de Asia oriental disminuyó en casi 4 puntos porcentuales a 8,5% en 2008, cayó aún más hasta 7,5% en 2009 y luego repuntó rápidamente a 9,7% en 2010, el crecimiento de las economías de ingreso alto se desplomó 6,6 puntos porcentuales en 2008-09, de 2,7% en 2007 a 3,9% en 2009.Además, estas economías todavía no están a salvo debido a la crisis de la deuda soberana que afecta a los países de la zona del euro. Este es uno de los muchos y fascinantes patrones que revela la última versión en línea de los Indicadores del desarrollo mundial (i) (WDI, por sus siglas en inglés).
Una de las conclusiones más sorprendentes es que los países de ingreso bajo han resistido las diversas crisis con mucha más solidez que en el pasado.
La tasa de crecimiento del PIB anual de este grupo de naciones disminuyó en menos de 1 punto porcentual en 2008, se mantuvo en 4,7% en 2009 y se recuperó rápidamente a 5,9% en 2010. En particular, Etiopía, Mozambique, Tanzanía y Zambia registraron un firme crecimiento de entre 6% y 11% durante todo este período.
El trabajo de Didier, Hevia y Schmukler,(i) de abril de 2011, presenta resultados similares.
Crecimiento del PIB, Asia oriental, países de ingreso alto y países de ingreso bajo
Datos de El Banco Mundial
Crecimiento real del PIB en países de ingreso bajo, escenario real y alternativo
Datos de El Banco Mundial
Una de las razones podría ser que los países de ingreso bajo se han contagiado de la influencia positiva de las economías emergentes y en desarrollo, en particular de los países que forman el grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
Si bien algunos autores han señalado que la crisis mundial ha afectado menos a las naciones de ingreso mediano debido a su menor integración a la economía global, es importante tener presente que ello no impidió que sufrieran graves caídas en su actividad económica en el pasado.
Es evidente que los avances en la gestión macroeconómica alcanzados en los últimos años y el firme apoyo internacional ayudaron a mitigar el impacto de la crisis, pero al parecer también está bastante claro que los vínculos entre los países de ingreso bajo y las economías del grupo BRIC, cada vez más sólidos y numerosos, sirvieron de apoyo al crecimiento durante la crisis.
El documento de trabajo (i) del Fondo Monetario Internacional (FMI), escrito por Samake y Yang, presenta pruebas empíricas del efecto beneficioso de los países BRIC en las naciones de ingreso bajo.
En este trabajo, los autores concluyen que si se compara con un escenario alternativo en el cual el PIB del grupo BRIC hubiera disminuido al mismo ritmo que el de las economías avanzadas, la resistencia de estas economías durante la crisis financiera podría haber agregado entre 0,3 y 1,1 puntos porcentuales al crecimiento de los países de ingreso bajo (gráfico 1).
El estudio aplica diversos métodos para investigar el grado de transmisión de ciclos de negocios desde los países del grupo BRIC a los de ingreso bajo, por medio de canales directos e indirectos. Se aplicó un modelo de autorregresión vectorial global (GVAR, por sus siglas en inglés) para cuantificar el impacto directo del comercio bilateral, la inversión extranjera directa (IED), la productividad y los tipos de cambio en los ciclos de crecimiento de los países de ingreso bajo.
Además, por medio de un modelo de autorregresión vectorial (VAR, por sus siglas en inglés) se estimaron los efectos de la demanda y el cambio tecnológico de las economías BRIC en el precio de los productos básicos, la demanda y los tipos de interés, los cuales a su vez inciden en el crecimiento de las naciones de ingreso bajo.
Los resultados demuestran que las economías BRIC han tenido efectos directos significativos en los países de ingreso bajo.
El canal de transmisión directo más importante ha sido el comercio, si bien el aumento de la productividad en los países BRIC y los flujos de IED desde este grupo a las economías de ingreso bajo también juegan un papel importante.
El comercio representa el 60% del impacto en el crecimiento de este grupo de países y se convierte de esa manera en el canal de transmisión más significativo y persistente de los efectos de las crisis en todas las regiones.
La reacción de las naciones de ingreso bajo de África es especialmente firme, en fiel reflejo del aumento de sus vínculos comerciales con las economías BRIC en los últimos años.Por su parte, el impacto directo de las mejoras en la productividad en estas economías es responsable del 13% del efecto total. Los países de ingreso bajo de Asia han sido los más beneficiados de las mejoras en la productividad en las economías BRIC.
Probablemente esto se debe a la mayor integración de este grupo de naciones a las cadenas mundiales de abastecimiento de la industria fabril, donde el grupo BRIC (especialmente India y China) juega un papel crucial.
La IED también cumple un rol en este fenómeno pero, si se le compara con otras vías de transmisión de estos efectos positivos, su impacto en el crecimiento de los países de ingreso bajo es más bien modesto.
Por otro lado, la influencia de las economías BRIC en las naciones de ingreso bajo transmitida a través de los precios y la demanda mundial, es decir, los efectos indirectos, también es significativa, aunque en general menor que la de los efectos directos.
El aumento de la demanda y de la productividad de los BRIC ha traído consecuencias sustanciales en diversas variables globales.
El efecto de los precios mundiales de los productos básicos ha sido el más importante a corto plazo: casi una tercera parte de la variación del precio mundial del petróleo se debe a crisis surgidas en las economías BRIC.
El impacto indirecto de la demanda y la productividad de los BRIC en los mercados mundiales representa casi el 30% del impacto total de estos países en el crecimiento de las naciones de ingreso bajo.
Por consiguiente, el impacto (directo e indirecto) de los países BRIC en el crecimiento de las naciones de ingreso bajo es sustantivo y sigue en aumento.
Un punto porcentual de incremento en la demanda y la productividad de los BRIC se traduce en un aumento de 0,7 puntos porcentuales en la producción de los países de ingreso bajo en un período de tres años y de 1,2 puntos porcentuales en cinco años.
Este efecto es bastante similar al impacto directo de los aumentos de la demanda y la productividad en economías avanzadas. El impacto ha aumentado desde el período anterior a 2007.
Estos resultados tienen importantes implicancias desde el punto de vista de las políticas públicas, ya que apuntan a que el aumento de los vínculos con las economías BRIC tiene el potencial de reducir la volatilidad del crecimiento de los países de ingreso bajo a corto plazo y mantener tasas sostenibles de crecimiento a largo plazo.
En particular, el aumento del comercio y los lazos comerciales entre estos dos grupos de países se traducirá, con el tiempo, en el fortalecimiento de la sincronización de sus ciclos comerciales.
Sin embargo, mientras los ciclos comerciales de los países BRIC no estén plenamente sincronizados con aquellos de las economías avanzadas, el aumento de los vínculos podría perjudicar el crecimiento de las naciones de ingreso bajo.
Como señalé en mi charla en el Instituto WIDER, en un mundo cada vez más globalizado, las oportunidades de transformación económica abundan.
Por ejemplo, China y otros polos de crecimiento de ingreso mediano están próximos a dejar atrás sus respectivas industrias con mano de obra no calificada, lo que presenta una enorme oportunidad para los países de ingreso bajo que deseen crear millones de puestos de trabajo gracias al desarrollo de sectores que requieren mucha mano de obra.
Recientemente, un informe del FMI llegó a la misma conclusión: “Dada la enorme participación de China en el mercado laboral de industrias que requieren mucha mano de obra, su nuevo enfoque hacia productos de mayor valor agregado deja espacio suficiente para los países de ingreso bajo u otras economías, incluso para India”.
El surgimiento de una economía mundial multipolar es claramente una bendición para los países de ingreso bajo, porque plantea la oportunidad de reducir la volatilidad y entrar en una nueva era de industrialización y transformación estructural. Mientras más abiertos estén estos países al comercio, la inversión y la transferencia de tecnología, más grandes serán los efectos directos e indirectos que reciban.
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El autor desea agradecer a Issouf Samake, Yan Wang y Yongzheng Yang por sus contribuciones a este blog. El documento de trabajo del FMI citado más arriba forma parte de un informe de un equipo del FMI titulado New Growth Drivers for Low-Income Countries: The Role of BRICs (i)(Nuevos motores de crecimiento para los países de ingreso bajo: La función del grupo BRIC) elaborado por el Departamento de Estrategia, Políticas y Revisión en colaboración con el Departamento de la Región de África, 2011.
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