¿Qué pasaría si no tuviera ninguna manera segura y asequible de ahorrar dinero, pagar cuentas u obtener un préstamo para iniciar una empresa?
Cuando era un doctor que trabajaba con Partners In Health (Socios en Salud), en Haití y Perú, no pensaba mucho acerca de estas preguntas. Estábamos más preocupados de ayudar a la gente a recibir tratamiento para enfermedades como la tuberculosis multirresistente y el VIH. Y aunque también ayudábamos a los pacientes a tener acceso a educación y capacitación y a conseguir buenos empleos —de hecho, muchos comenzaron a trabajar con nosotros— nunca discutimos realmente sobre cómo el acceso a los servicios financieros podría servir como un puente para salir de la pobreza.
Estoy convencido ahora de que debemos prestar más atención a este frente crucial en la lucha contra la pobreza.
Cuando vine al Grupo Banco Mundial, nuestros expertos me dijeron que se calculaba que 2500 millones de personas no tenían acceso a estos tipos de servicios financieros, incluyendo al 80 % de aquellos que viven con menos de US$2 al día y cerca de 200 millones de pequeñas empresas. Estos son números sorprendentes, que reflejan oportunidades perdidas en una escala que es masiva.
Las personas carentes de servicios bancarios luchan por ahorrar, planificar para el futuro, comenzar una empresa o recuperarse de pérdidas inesperadas. Las pequeñas empresas que no tienen acceso a servicios financieros asequibles o al crédito no pueden adquirir el capital para invertir, crecer y crear empleos.
Reducir el déficit de acceso financiero nos exige adoptar nuevas tecnologías y trabajar de maneras innovadoras, como la creación de sistemas de pago electrónico en vez de continuar utilizando efectivo.
Los pagos digitales reducen los costos y aumentan la seguridad al enviar, pagar y recibir dinero. El Banco Mundial ayudó al Banco Central do Brasil (i) a desarrollar una estrategia para que fuera más sencillo realizar pagos a las personas de bajos ingresos y que viven en áreas rurales. En 2013, los brasileños realizaron más de 24 7000 millones de pagos electrónicos —más que China e India combinadas— y, hoy en día, Brasil tiene aproximadamente 343 000 puntos de acceso a servicios financieros, incluyendo por lo menos uno en cada municipio del país.
A menudo los bancos y cajeros automáticos son escasos en las zonas rurales de los países en desarrollo, lo que obstaculiza el acceso a los servicios financieros de las personas que viven en estas áreas. Una empresa de servicios financieros móviles de Bangladesh, bKash, (i) ha abordado este desafío, transformando a los celulares en dispositivos que permiten enviar y recibir dinero. A fines de 2013, solamente dos años después de que se lanzara bKash, se registraron 11 millones de cuentas, en un país en donde —más del 22 % de la población adulta— usaba los servicios financieros móviles de la empresa. Calculamos que bKash fue la compañía de servicios financieros móviles que creció más rápido en el mundo durante 2013.
Los Gobiernos también pueden impulsar el acceso a los servicios financieros mediante la entrega de las prestaciones sociales por vía electrónica. Hacer esto posibilita que las personas puedan obtener la asistencia social de manera más rápida, y que se reduzcan las oportunidades de corrupción. Los sistemas de transferencias digitales también ayudan a que disminuyan los gastos administrativos de los programas de prestaciones, permitiendo a los recipientes recibir la mayor cantidad posible de sus pagos.
Las medidas innovadoras tendrán un papel clave en el fomento del acceso a los servicios financieros en todo el mundo en desarrollo. Este acceso proporciona los elementos básicos que las personas y las empresas necesitan para manejar su bienestar económico y estimulan el ahorro, las inversiones, la creación de empleos y el crecimiento. Contar con servicios financieros también empodera a las mujeres al hacer que sea más fácil para ellas generar riqueza y crear pequeñas empresas.
Asegurar que todas las personas tengan acceso a servicios financieros será esencial para cumplir el objetivo del Grupo Banco Mundial de poner fin a la pobreza extrema a más tardar en 2030. Es por esto que hemos realizado una alianza con Ajay Banga, director ejecutivo de MasterCard, y con la enviada especial para el desarrollo inclusivo de finanzas de la Organización de Naciones Unidas, la reina Máxima de los Países Bajos, entre otros, para alcanzar el objetivo del acceso universal a servicios financieros en 2020. Nosotros tres fuimos anfitriones de un evento con autoridades gubernamentales y ejecutivos del sector privado en el marco de la reunión anual (i) del Foro Económico Mundial el mes pasado, y nos encontraremos de nuevo en abril en las Reuniones de Primavera del Grupo Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI) en la ciudad de Washington. Entonces, anunciaremos nuevos pasos dirigidos a alcanzar el acceso universal a servicios financieros para 2020.
Actualmente, más de 1 de cada 3 habitantes en el mundo no tiene acceso a abrir una cuenta bancaria básica o a cualquier tipo de crédito. Nuestro objetivo es llevar ese número a cero en solo cinco años. Hacer esto será un desafío increíble, pero la recompensa nos pondrá en la senda para poner fin a la pobreza extrema a más tardar en 2030.
Este blog fue publicado primero en LinkedIn.
Si desea saber más sobre este tema, consulte el webcast interactivo sobre servicios financieros para los pobres.(i)
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