Aleem Walji, director de Laboratorios de Innovación (i) del Banco Mundial, fue entrevistado recientemente por Forbes (i) y Skoll World Forum (i) sobre la innovación y el desarrollo. Este blog destaca algunos de los puntos clave de dicho encuentro.
Cuando ingresé al Banco Mundial a fines de 2009, me preguntaron cómo podíamos respaldar la innovación de manera más sistemática. Comenzamos basándonos en la Política de acceso a la información del propio Banco, que fue fundamental para nuestra iniciativa de Datos de libre acceso. Cuando pusimos nuestros datos a disposición del mundo en un formato legible por máquina, aptos para realizar búsquedas y posibles de reutilizar, en abril de 2010, los usuarios acudieron en masa. En cuestión de meses, teníamos más tráfico en nuestro catálogo de datos que la página de inicio del Banco Mundial.
Otra idea interesante que teníamos era vincular mapas a través de “Mapping for Results” (i) con datos sobre la pobreza y resultados de proyectos para mostrar la relación entre el lugar donde otorgamos préstamos, donde viven los pobres y los resultados de nuestro trabajo. Aunque puede sonar simple u obvio, incluso hoy en día los asociados en el desarrollo tienen dificultades para trazar mapas del nexo entre los proyectos que financian y los indicadores de pobreza en un determinado país. Rápidamente nos dimos cuenta del valor de “mapear la ayuda” y hacer que los datos sobre este tema sean transparentes y comparables. La Alianza para la Ayuda Abierta (i) surgió de ese empeño.
Pero el verdadero factor de cambio es nuestra capacidad para usar tecnologías simples, como los teléfonos móviles, para “escuchar a escala”. (i) ¿Cómo aprovechamos plataformas mundiales, tales como los celulares, la banda ancha móvil, los medios sociales o la energía sin conexión a la red para poner fin a la pobreza con mayor rapidez?
Ese es uno de los desafíos que el Grupo del Banco Mundial tiene ante sí. ¿Cómo alcanzamos nuestros dos nuevos objetivos de terminar con la pobreza extrema antes de fines de 2030 y promover la prosperidad compartida mejorando los ingresos del 40% más pobre de la población de cada país en desarrollo? ¡Y eso es lo que me entusiasma cada mañana!
¿Cómo podemos usar los vastos recursos que la conectividad global pone a nuestro alcance y aprovechar la inteligencia colectiva para resolver los problemas más difíciles de la actualidad? ¿Podemos considerar el conocimiento mundial como un recurso distribuido e invitar a los interesados en desarrollar soluciones de todas partes para que resuelvan problemas en cualquier lugar? Los días en que se pensaba que el Banco Mundial o cualquier universidad eran el repositorio mundial del conocimiento y la experiencia se han acabado. La “persona” más inteligente en la sala es la propia sala. ¿Cómo la usamos y “hackeamos” para beneficio de la humanidad?
Tenemos que colaborar y experimentar activamente de un modo sin precedentes. Es por esto que pusimos en marcha los laboratorios de innovación. (i) Necesitamos un nuevo modelo, y no sabemos de antemano cómo será, pero debido a la urgencia del desafío es que hacemos nuestro llamado a la acción.
El Grupo del Banco Mundial puede desempeñar múltiples funciones en esta cadena de creación de valor público. Mediante el uso del “foco de atención y el megáfono” del Banco, podemos atraer el interés hacia un conjunto de experimentos prometedores y captar lo que parece que funciona, dónde, por qué y bajo qué condiciones. Este es el cambio desde un banco de “conocimientos” a un banco de “soluciones” mundiales.
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