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Presentan nuevo conjunto de datos mundiales más amplio sobre calidad de la educación

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El mundo enfrenta una crisis del aprendizaje, particularmente los países de ingreso mediano e ingreso bajo , y aunque abundan las teorías sobre cómo abordarla, una cosa queda clara: los encargados de formular políticas y los especialistas necesitan más y mejor información para responder adecuadamente a los desafíos que se avecinan.​

Varios exámenes de rendimiento escolar estandarizados internacionales, como PISA y TIMSS, proporcionan datos clave, pero estos son limitados porque suelen excluir a los países en desarrollo y solo se remontan a mediados de la década de 1990.

Nuestro nuevo documento de trabajo, A Global Dataset on Education Quality (1965-2015) (Conjunto de datos mundiales sobre calidad de la educación), (PDF, en inglés) aborda ese vacío de información. En el documento presentamos datos más nuevos y completos comparables a nivel mundial sobre la calidad de la educación, con puntajes de aprendizaje armonizados para 163 países y regiones que cubren más del 90 % de la población mundial. Este nuevo conjunto de datos del Banco Mundial abarca un periodo de tiempo más extenso e incluye más países, en particular de ingreso bajo, que cualquier otro esfuerzo anterior de recopilación de información educacional a un nivel tan detallado.

Países/zonas cubiertas por el conjunto de datos

Países/zonas cubiertas por el conjunto de datos.
Países/zonas cubiertas por el conjunto de datos.

Tal como pone de relieve el Informe sobre el desarrollo mundial (WDR) 2018 sobre educación, no existe un nivel suficiente de aprendizaje en muchos países del mundo , a pesar de la importancia de la educación para el éxito económico de un país. Durante muchos años, las publicaciones se centraron en los efectos positivos de la cantidad de educación, medida por las tasas de matrícula o el número de años que se pasan en el aula. Sin embargo, un creciente acervo de pruebas, entre ellas el mencionado informe, indica que la calidad de la educación, como se observa en los exámenes de rendimiento de los alumnos, es igualmente trascendental para el crecimiento económico.  No basta con asistir a la escuela: los estudiantes necesitan también aprender. 


La solidez del nuevo conjunto de datos es crucial para profundizar esta conversación y ayuda a cambiar el enfoque desde la cantidad a la calidad de la educación. La riqueza de esta nueva información permite analizar mejor la relación entre el desempeño estudiantil, los años de escolaridad y el crecimiento de un país.

Como se observa en el gráfico siguiente, la distribución ampliada de los puntajes proporciona incluso más pruebas de la existencia de una crisis del aprendizaje en los países en desarrollo, y se basa en gran medida en las lecciones extraídas del WDR. Las pruebas de rendimiento regionales e internacionales armonizadas nos permitieron incluir más países, y en particular países en desarrollo. Al usar esta distribución mundial de los puntajes de las pruebas, podemos documentar con mayor precisión la relación entre la calidad de la escuela y el crecimiento económico, lo que tiene una correlación más fuerte cuando se incluyen los países de ingreso bajo. Específicamente, concluimos que el efecto de la educación de calidad es tres veces mayor para los países en desarrollo que para los países desarrollados.  Esto se basa en los resultados (i) de investigaciones previas llevadas a cabo por Eric Hanushek y Ludger Woessmann, que indican que el aprendizaje se relaciona estrechamente con el crecimiento.

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Rendimiento escolar y crecimiento económico (1965-2015). Fuente: Conjunto de datos mundiales.


Nuestro análisis de los datos proporciona una visión en profundidad de cuán extensa es realmente la crisis del aprendizaje. Los resultados del aprendizaje en los países en desarrollo suelen ser los más bajos a escala mundial.  Los datos más amplios indican que menos del 50 % de los estudiantes en los países en desarrollo alcanza el nivel mínimo mundial de competencia , en comparación con el 86 % en los países desarrollados. En otras palabras, solo la mitad de los alumnos en los países en desarrollo adquiere las habilidades básicas (leer, escribir y contar) necesarias para desenvolverse en el mercado laboral. Sorprendentemente, también encontramos que las brechas de género son relativamente pequeñas y varían de manera importante según la región.

Unir los puntos: aplicaciones para el nuevo conjunto de datos

Los datos longitudinales han servido también para comprender mejor cuándo se produce el aprendizaje y cuánto tiempo lleva transformar un sistema, proporcionando a los investigadores la oportunidad de analizar las razones subyacentes del éxito o el fracaso de reformas normativas específicas.
 
En Finlandia, por ejemplo, el progreso se produjo más rápidamente durante las décadas de 1980 y 1990, posiblemente debido a la reforma escolar integral (i) llevada a cabo entre 1972 y 1977 que abolió el sistema educativo dual. Este es un dato relevante porque subraya la importancia de examinar tendencias históricas más largas, y no solo los resultados de los exámenes PISA más recientes, para entender mejor la historia completa detrás de la transformación finlandesa. También proporciona un recordatorio valioso acerca de cuánto tiempo se necesita para reformar y transformar los sistemas educativos.

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Cálculo propio de los investigadores


Con el nuevo conjunto de datos más amplio, también podemos observar los resultados de reformas de políticas educacionales exitosas y no tan exitosas en otros países. Una de las mejoras más rápidas en las pruebas internacionales de desempeño proviene de la Región Administrativa Especial de Hong Kong (China). Si se compara después de 1990, cuando se dispuso de la ISAT (la prueba de ingreso de estudiantes internacionales), queda claro que Hong Kong y Tailandia fueron en diferentes direcciones. Sin embargo, al usar nuestros datos, que vinculan los datos de aprendizaje a lo largo del tiempo, surge una imagen más clara: vemos que tenían tendencias educativas y niveles de calidad de la educación similares entre 1980 y 1985, pero que sus resultados educacionales fueron distintos poco después. De hecho, nuestros datos longitudinales revelan el punto exacto de divergencia, que proporciona información importante para comprender las reformas exitosas en Hong Kong y, por el contrario, dos décadas de reformas fallidas en Tailandia.
 

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Cálculo propio de los investigadores


En efecto, disponer de datos tan amplios durante un largo período de tiempo nos permite analizar y comprender mejor las diferencias sutiles que se desprenden de diversas historias de éxitos y fracasos en materia de educación.

Invertir en la educación de las personas y en otras formas para fortalecer el capital humano es esencial para el desarrollo.  Este conjunto de datos, tanto en su forma actual como futura (planeamos extenderlo a más países), permitirá una comprensión más profunda de los mecanismos que impulsan la formación del capital humano y su relación con el desarrollo. Básicamente, podría facilitar un diálogo normativo mejor fundamentado y más fructífero para ayudarnos a abordar mejor la crisis del aprendizaje.
 


Autores

Harry A. Patrinos

Gerente de prácticas, Educación, Banco Mundial

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