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Presidente Kim y Kaushik Basu analizan inclinación del arco de la pobreza

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Presidente Kim y Kaushik Basu analizan inclinación del arco de la pobreza¿Qué se necesita para acabar con la pobreza? Una audiencia mundial tuvo la oportunidad de saber más sobre el plan del Grupo del Banco Mundial para poner fin a la pobreza extrema durante un amplio y animado debate entre el presidente del Banco,  Jim Yong Kim, y el primer economista de la institución, Kaushik Basu.

Si bien la eliminación de la pobreza ha sido durante mucho tiempo el objetivo del Banco Mundial, el rápido crecimiento y la reducción de la pobreza en los países en desarrollo en las últimas décadas hacen que este momento sea el adecuado para “que ocurra, y que podamos hacerlo en el curso de una generación”, dijo Kim, durante el evento Inclinar el arco de la pobreza, transmitido en directo en árabe, español, francés e inglés, y seguido vía Twitter con #wblive y #ittakes.

El número de personas que subsistía con menos de US$1,25 al día  bajó de 1.900 millones hace tres décadas a 1.200 millones en 2010, a pesar de un aumento del 59% de la población del mundo en desarrollo, según The State of the Poor: Where are the Poor and Where are the Poorest  (La situación de los pobres: ¿Dónde se encuentran los pobres y dónde los más pobres?). Sin embargo, el cambio climático y otros factores podrían poner en peligro este avance.

“Creo que es muy claro que si no hacemos nada, la reducción de la pobreza comenzará a desacelerarse”, señaló Kim. “Así que el título de esta serie, Inclinar el arco de la pobreza, es realmente lo que estamos tratando de hacer: a medida que la curva empiece a aplanarse porque muchos de los frutos maduros ya se han recogido, queremos volver a inclinar la curva, de modo que siga bajando. Esa es la idea”.

En su discurso del 2 de abril, Kim mencionó dos objetivos que deben cumplirse para 2030: reducir el número de personas que vive con US$1,25 al día –en la actualidad son 1.200 millones, o un quinto de la población mundial– al 3% o menos, y lograr una “prosperidad compartida” para el 40% más pobre de la población de cada país, una meta que supondrá un crecimiento más rápido, mayor desarrollo humano, menor desigualdad, y un mayor acceso a la energía eléctrica y otros servicios para esos habitantes.

“Todavía queda mucho camino por recorrer”, dijo Basu, quien agregó que “será muy difícil reducir a menos del 3% de la población mundial el número de habitantes que esté por debajo de la línea de pobreza antes de fines de 2030, pero eso es lo que vamos a tratar de hacer”.

El plan requiere que la comunidad internacional llegue “a las personas pobres y relativamente pobres, dondequiera que estén”, señaló Basu. “Para que seamos eficaces en los países más pobres, tenemos que tomar medidas incluso en los países en mejor situación, y este concepto de prosperidad compartida nos lleva por ese camino”.

La conversación de una hora de duración, moderada por la corresponsal de Thomson-Reuters, Lesley Wroughton, abarcó temas como desigualdad de ingresos en todo el mundo, equidad de género, cambio climático, problemas especiales de los Estados frágiles y afectados por conflictos, necesidad de infraestructura y desarrollo sostenible.

Kim dijo que el establecimiento de objetivos claros infunde un mayor sentido de urgencia y cambia la forma en que el Grupo del Banco y otros enfocan el desarrollo. “En todos los países en los que trabajamos, queremos que nuestros equipos tengan claro de qué manera su labor en ese país se ajusta con esos dos objetivos”, que afirmó han sido “revisados en profundidad” y cuentan con un fuerte respaldo de los países miembros del Grupo del Banco.

Sin embargo, acabar con la pobreza requerirá más financiamiento del que puede proporcionar la asistencia oficial para el desarrollo. Solamente India tiene un déficit de infraestructura de US$1 billón. “No vamos a alcanzar la meta a menos que usemos todas las fuentes que nos pueden ayudar en esta senda”, incluidos el sector privado y otros mecanismos de financiamiento.

A menudo, los países saben lo que deben hacer para mejorar los resultados y servicios del desarrollo humano, como la educación, pero no pueden ofrecerlos, dijo Kim.

“No puedo contar cuántas veces me han dicho: tenemos grandes ideas, nos han dado grandes ideas, incluso tenemos algunos recursos, pero simplemente no podemos lograrlo. Queremos ser la organización que realmente ayude a los países a conseguirlo”.

 

 


Autores

Donna Barne

Escritora del departamento de Comunicación Corporativa, Banco Mundial

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