Regular el consumo de tabaco usando impuestos específicos , restricciones para fumar en lugares públicos y limitaciones al acceso y la venta de productos de tabaco a los jóvenes son ahora iniciativas vinculadas con políticas ampliamente aceptadas para prevenir sus efectos perjudiciales sobre la salud. La resolución de un Tribunal Federal de Estados Unidos ordenó a los cuatro principales fabricantes de cigarrillos del país hacer “declaraciones rectificativas” para informar al público sobre los daños que causan los cigarrillos, incluidos aquellos con bajo contenido de alquitrán. De acuerdo a este dictamen, que entró en vigor el 26 de noviembre de 2017 y dura un año, se difunden anuncios de TV en horario estelar y avisos de una página completa en periódicos. La resolución confirma lo que ya se sabe sobre la base de los datos recopilados en el último medio siglo: (PDF, en inglés) la manipulación del diseño y la composición del cigarrillo para asegurar la entrega óptima de nicotina ha llevado a la adicción, la mala salud, y la mortalidad y la discapacidad prematuras entre los fumadores y los fumadores pasivos. Además, la reciente decisión del Vaticano de prohibir la venta de cigarrillos libre de impuestos es un buen ejemplo de cómo ha cambiado la actitud de la sociedad hacia el consumo de tabaco: un Estado soberano está dispuesto a renunciar a los ingresos de productos que claramente perjudican la salud de las personas.
En los últimos años, los debates de políticas a nivel mundial sobre si los cigarrillos electrónicos y otros sistemas de suministro de nicotina libres de humo deberían clasificarse como productos de tabaco y, por lo tanto, ser regulados de la misma manera que los cigarrillos, han adquirido gran importancia porque su producción está en el centro de los nuevos planes comerciales de las compañías tabacaleras junto con la producción y comercialización de cigarrillos. Aunque el cigarrillo electrónico —un dispositivo a batería que calienta una solución líquida que contiene nicotina y la transforma en vapor, el cual se inhala como el humo del cigarrillo—, se promociona como una innovación tecnológica que reduce el daño para proteger a los fumadores de los efectos nocivos de los cigarrillos, debemos preguntarnos: ¿hay pruebas científicas concluyentes que justifiquen esta afirmación y eximan a los cigarrillos electrónicos de las regulaciones aplicadas a otros productos de tabaco?
Un análisis publicado en New England Journal of Medicine (i) sostuvo que: “En la actualidad, no es posible llegar a un consenso sobre la seguridad de los cigarrillos electrónicos , excepto tal vez decir que pueden ser más seguros que los cigarrillos convencionales, pero que también es probable que presenten riesgos para la salud que no existen cuando no se usa ninguno de estos productos”. Las conclusiones de un examen integral (PDF, en inglés) de la evidencia disponible, realizado por la Oficina del Cirujano General de Estados Unidos en 2016, fueron más allá al concluir que el consumo de tabaco entre los jóvenes y adultos jóvenes en cualquier forma, incluidos los cigarrillos electrónicos, no es seguro , y que en los últimos años el uso de cigarrillos electrónicos por parte de los jóvenes y adultos jóvenes aumentó a un ritmo alarmante , convirtiéndose en el producto de tabaco más común usado entre la juventud de Estados Unidos. En el informe también se advirtió que debido a que los cigarrillos electrónicos son productos de tabaco que suministran nicotina, una sustancia altamente adictiva y tóxica, pueden aumentar el riesgo de que muchos de los jóvenes que usan cigarrillos electrónicos en la actualidad se conviertan en fumadores de cigarrillos en el futuro para seguir alimentando su adicción a la nicotina. Además, la exposición a la nicotina puede dañar el desarrollo cerebral de muchas maneras que pueden afectar el desarrollo neurológico y la salud mental de los niños y adolescentes.
La respuesta regulatoria a los cigarrillos electrónicos en Estados Unidos y la Unión Europea (UE) es clara al señalar los posibles riesgos para la salud de estos productos. Los cigarrillos electrónicos, como otros productos de tabaco, ahora se encuentran bajo la jurisdicción normativa de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA). Esto está en consonancia con las recomendaciones del Informe de la Oficina del Cirujano General de Estados Unidos de que las estrategias integrales de control y prevención del tabaco para los jóvenes y adultos jóvenes deben abordar todos los productos de tabaco, incluidos los cigarrillos electrónicos, y que se pueden lograr reducciones adicionales en el consumo y la iniciación del tabaquismo en los jóvenes y adultos jóvenes regulando la fabricación, distribución, comercialización y venta de todos los productos de tabaco, incluidos los cigarrillos electrónicos. En mayo de 2017, el Tribunal de Justicia de la UE aprobó una nueva legislación que también aplica a los cigarrillos electrónicos presiones reglamentarias similares a las de los cigarrillos tradicionales, incluida una prohibición general de avisos publicitarios y otras actividades promocionales. La nueva Directiva sobre productos del tabaco de la UE, que incluye por primera vez a los cigarrillos electrónicos en este estricto marco reglamentario, fue redactada hace un par de años, pero fue cuestionada por varios actores importantes de la industria tabacalera.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Secretaría del Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) han sido claras al recomendar que los países traten y regulen los cigarrillos electrónicos de igual manera que otros productos de tabaco. Desde la década de 1990, el Grupo Banco Mundial (GBM) ha mantenido una política mundial inequívoca con respecto al tabaco, que excluye préstamos, donaciones, o garantías para inversiones, préstamos o créditos para la producción, el procesamiento y la comercialización del tabaco. En su calidad de defensor original del CMCT, el GBM brinda también asistencia técnica a los Gobiernos para aumentar los impuestos a los productos de tabaco como una medida normativa beneficiosa tanto para la salud pública como para la movilización de recursos nacionales.
Creo que ninguno de los que trabajamos en favor de la gran causa de la salud mundial debe renunciar al compromiso de apoyar el desarrollo de sociedades saludables. Al hacerlo, debemos tener en cuenta que el consumo de tabaco es la principal causa de muerte prevenible en el mundo y que mata a 7 millones de personas al año. De cara al futuro, deberíamos guiarnos por las lecciones de la historia y la evidencia científica disponible, y redoblar nuestros esfuerzos dirigidos a respaldar en todo el mundo la implementación plena de las medidas de reducción de la demanda y la oferta impulsadas por el CMCT para controlar el consumo de tabaco en todas sus formas, incluidos los cigarrillos electrónicos.
Enlaces relacionados:
Infografía : Deje de fumar: El tabaco es perjudicial para su salud y la economía
Sitio web: Programa Mundial de Lucha contra el Tabaco del GBM
Pacto Mundial de las Naciones Unidas (i)
“Por qué las compañías de tabaco pagan para decirle que fumar mata” (i)
Informe de la Oficina del Cirujano General de Estados Unidos de 1964: “El tabaquismo y la salud” (PDF, en inglés)
Informe de la Oficina del Cirujano General de Estados Unidos de 2014: “Las consecuencias del tabaquismo en la salud — 50 años de progreso” (PDF, en inglés)
La economía de la manipulación: Cómo caemos como incautos en las trampas del mercado (i)
“El holocausto dorado: Orígenes de la catástrofe del cigarro y argumentos para abolirlo” (i)
“El siglo del cigarrillo: El ascenso, la caída y la persistencia mortal del producto que definió a Estados Unidos” (i)
Humo sagrado: el Vaticano prohíbe la venta de cigarrillos libre de impuestos (i)
Los efectos de los cigarrillos electrónicos sobre la salud (i)
El uso de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes y adultos jóvenes: Un informe de la Oficina del Cirujano General de Estados Unidos de 2017 (PDF, en inglés)
El máximo tribunal de la UE confirma una nueva ley restrictiva sobre los cigarrillos (i)
Reforma al impuesto sobre el tabaco: En la encrucijada de la salud y el desarrollo (i)
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