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Remesas después de la crisis: Cinco preguntas al economista Dilip Ratha

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¿Cómo afectó la crisis económica mundial de 2008 a los 215 millones de personas que trabajan en el extranjero? La respuesta breve es que continuaron enviando una gran cantidad de dinero a casa. Un panorama más complejo presenta el nuevo libro Migration and Remittances during the Global Financial Crisis and Beyond (Migración y remesas durante y después de la crisis financiera mundial), editado por Dilip Ratha, economista del Banco Mundial; Jeffrey H. Cohen, profesor de Antropología de la Universidad Estatal de Ohio, e Ibrahim Sirkeci, profesor de Estudios Transnacionales y Marketing en Regent’s College (Londres). Los 32 capítulos de la publicación fueron seleccionados de entre 300 propuestas provenientes de todo el mundo en respuesta a una convocatoria del blog del Banco People Move. Estos destacan modelos económicos y estadísticas, y también las regiones, los pueblos, y el lado humanitario de la migración. Dilip Ratha, quien dirige la Unidad de Migración y Remesas del Banco, da su perspectiva sobre el tema.

1) ¿Qué sucedió con las remesas durante la crisis?
Había una preocupación generalizada en 2008-09 de que las remesas cayeran. Sin embargo, solo disminuyeron un 5% en 2009 —la única baja mundial conocida— y en 2010 se recuperaron por encima de los niveles de 2008. En el pasado, hemos visto aumentar las remesas en respuesta a una crisis en el país de origen. Lo que no se documentó fue cómo se comportarían las remesas si la crisis afectaba al país de destino. El hallazgo sorprendente fue que las remesas disminuyen durante una crisis en el país de destino, pero las afecta mucho menos que las reducciones simultáneas de la inversión extranjera directa o los flujos de capitales privados. Incluso los flujos de ayuda son más susceptibles a las crisis y el ajuste fiscal en los países desarrollados que las remesas.

2) ¿A qué se debe esta capacidad de resistencia?
Estamos hablando de migrantes que están muy conectados con sus familias. De hecho, la razón por la cual estas personas emigraron, en primer lugar, fue para enviar dinero a casa. Los lazos son tan fuertes que hacen todo lo posible para continuar incluso cuando se enfrentan a dificultades en el país de destino. Esa disposición se corresponde también con la capacidad de remitir frente a la caída de los ingresos, porque las remesas suelen ser solo una pequeña parte de los ingresos de los migrantes. Por eso, se podría amortiguar la caída mediante la reducción del consumo y compartiendo el alojamiento con otros con el fin de enviar dinero a casa.

Cuanto mayor sea la diversificación de los destinos geográficos de los migrantes de un país, más capacidad de resistencia tendrán los flujos de las remesas. Los migrantes de países de Asia meridional —India, Pakistán, Bangladesh y Filipinas— están en todas partes en grandes cantidades: Estados Unidos, Europa, países del Golfo y Oriente Medio. Y como los ciclos económicos de estas naciones no están sincronizados, la diversificación de los destinos migratorios ayudó a proteger el flujo de remesas. A pesar de la crisis, las remesas a Bangladesh y Pakistán crecieron a tasas de 2 dígitos. Eso fue notable.

Por último, cuando hay una pequeña depreciación de la moneda —porque la crisis va acompañada a menudo de variaciones en las tasas de cambio—, se podrá mantener la misma cantidad de remesas en términos de moneda local con menos remesas de dólares. Hemos constatado, sin embargo, que cuando la depreciación de la moneda alcanza los 2 dígitos, aumentan las remesas. Esto se debe a que los bienes y activos —especialmente los bienes inmuebles— del país de origen de pronto son un 20% o 30% más baratos en términos de moneda extranjera. De modo que aumentan las remesas, pero esta vez con fines de inversión.

3) ¿Qué significan los informes sobre el descenso de la migración, en particular de México a Estados Unidos?
Los controles de inmigración se hicieron más estrictos en Estados Unidos y Europa, de hecho en todo el mundo, para proteger el empleo de los nativos, o más bien para que se vea como la protección de los puestos de trabajo para estos. Es cierto que el endurecimiento de los controles de inmigración ha significado un menor flujo de nuevos trabajadores migrantes. En el caso de México, se supone que la nueva migración se redujo significativamente. Inicialmente se trataba de una caída del 40%, luego fue del 60%, y más recientemente hemos escuchado que casi no hay nuevos flujos migratorios de México a Estados Unidos. Sin embargo, la migración neta nunca llegó a ser negativa, porque las personas que ya estaban en el país de destino no volvieron al de origen, como solían hacerlo antes de la crisis, por temor a no poder regresar. Este fue un hallazgo inesperado de la experiencia de la crisis.

4) ¿Qué significa la migración dentro de los países?
Se estima que la migración interna es de aproximadamente 700 millones de personas, en comparación con 215 millones de migrantes internacionales. Por lo tanto, la migración interna es un fenómeno mucho más grande, y su impacto en la verdadera pobreza extrema es probablemente mucho mayor. Esto se debe a que los más pobres entre los pobres solo pueden moverse dentro del país; migran de las zonas rurales a las ciudades para encontrar empleo. Es lo que se espera a medida que los países crecen y la agricultura se vuelve menos dominante en la economía. El desarrollo económico y la urbanización van de la mano y eso conduce inevitablemente al desplazamiento desde las zonas rurales hacia las áreas urbanas.

5) ¿Qué está sucediendo ahora?
Se espera que las remesas internacionales alcancen este año US$400.000 millones, en comparación con US$372.000 millones en 2011. 

Uno de los hallazgos más sorprendentes de los últimos meses es la duplicación de las remesas a Egipto en los dos últimos años. Con anterioridad, las mismas superaban apenas los ingresos del Canal de Suez. Ahora son casi el doble. Y esto sucede en un momento de crisis en el país. Una parte de la historia es el deseo de ayudar a la familia que quedó en el hogar, pero ese deseo ya estaba allí antes y no hemos oído hablar de una gran emigración desde Egipto. Parece probable que ingrese más dinero a Egipto en concepto de remesas porque los precios de los activos disminuyeron significativamente.

Se espera que Pakistán reciba más de US$14.000 millones en remesas este año, aproximadamente la misma cantidad que las reservas de divisas del país. Sin embargo, las remesas suelen ser muy inexactas en Pakistán. Una estimación más reciente es de US$20.000 millones.

Las remesas a India fueron de unos US$64.000 millones el año pasado. Más recientemente, hay una reversión de los flujos de capital a India: las reservas internacionales disminuyeron más de US$20.000 millones en los últimos meses. En este momento, llegan muchas remesas al país debido al debilitamiento de la rupia, que vuelve muy atractivos los activos de India para los no residentes. Se espera que las remesas aumenten aún más en 2012.
Tayikistán es un caso especial. Según cálculos oficiales, tiene la tasa más alta de remesas en relación con el producto interno bruto (PIB): cerca del 35%. Estimaciones extraoficiales sugieren que el índice es más bien del 50%. La mayor parte de las remesas proviene de Rusia y claramente representa un medio de supervivencia para esa economía.

Existen ejemplos similares en todo el mundo. Incluso en países como México, donde las remesas son del orden de los US$25.000 millones, superando a la inversión extranjera directa (IED).


Autores

Donna Barne

Escritora del departamento de Comunicación Corporativa, Banco Mundial

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