El nuevo presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, llamó la atención de muchas personas al convertirse en el primer titular de esta institución de desarrollo que habla en la apertura de una conferencia mundial sobre el VIH/sida, en la que pidió aprovechar la autoridad moral y las enseñanzas prácticas del movimiento contra esta enfermedad para la lucha internacional contra la pobreza. Ayer regresó a la XIX Conferencia Internacional sobre el Sida que ya está en marcha en el Centro de Convenciones de la ciudad de Washington para participar junto a Bill Gates; Eric Goosby, coordinador mundial de Estados Unidos para el sida, y Mphu Ramatlapeng, ex ministra de Salud de Lesotho, en un panel en el cual se debatió cómo los países en desarrollo pueden lograr una mayor eficacia y eficiencia en el combate contra este mal.
A nivel mundial, se ha invertido mucho más dinero que nunca en esta lucha durante la última década. Como resultado directo, se han salvado miles de vidas y evitado nuevas infecciones, en particular entre los recién nacidos cuyas madres recibieron tratamiento. Pero en el difícil entorno actual de financiamiento, se necesita una respuesta cada vez más eficaz y eficiente al VIH/sida para ayudar a los países a sostener sus logros, prevenir nuevos contagios, y continuar proporcionando tratamiento a las personas que ya viven con el virus.
El presidente Jim Yong Kim manifestó que las principales fortalezas del Banco son su amplia participación en muchos sectores —incluidos la salud, la educación, las redes de protección social, y otros— y su estrecho compromiso con los encargados de formular políticas nacionales en los países en desarrollo, así como con inversionistas del sector privado. Esta amplitud de las operaciones coloca al Banco, como dijo el Presidente, en la posición de “un muy buen aliado” para mejorar los sistemas de prestación de salud que se ocupan no solo de enfermedades como el VIH/sida, sino también de otras necesidades sanitarias urgentes como una buena atención médica para las madres y los niños.
En África, que lleva la mayor parte de la carga mundial de VIH/sida, Rwanda es un ejemplo notable donde ha habido beneficios secundarios (i) de la respuesta a esta enfermedad para mejorar la salud pública y hacer frente a la vulnerabilidad dado que el país obtuvo grandes beneficios de sus inversiones. El presidente Jim Yong Kim dijo que es hora de pronunciarse a favor de la eficiencia y la eficacia en todas partes. “En el Banco Mundial, vamos a trabajar con gran energía en la ciencia de los sistemas”, señaló enfáticamente.
Bill Gates afirmó que el hecho de que 8 millones de personas estén recibiendo tratamiento es una “historia muy positiva”. Pero también subrayó la necesidad de reducir los costos e invertir más dinero para atender a nuevos pacientes. Haciendo notar que la Fundación Bill y Melinda Gates había hecho una contribución adicional al Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y el Paludismo, con lo que su inversión total ascendió a US$1.400 millones, Gates añadió que se necesitan más herramientas en la lucha contra el VIH/sida. Incluso si se desarrolla una vacuna en los próximos 10 años, todavía puede llevar hasta 18 años reducir el número de personas en tratamiento, dijo, ofreciendo una perspectiva que da que pensar acerca de las dilaciones en la lucha contra la enfermedad.
El protagonismo de los países surgió como otro aspecto importante para impulsar una mayor eficiencia y eficacia en la lucha contra el mortal virus. El presidente Jim Yong Kim mencionó a Tailandia como ejemplo de un país con un programa de costo relativamente bajo, que se adaptó muy bien a sus otras prioridades de desarrollo. Mphu Ramatlapeng dijo que los países deben trabajar efectivamente hacia una mayor identificación con los programas contra el VIH, pero que también era importante que continuaran buscando la ayuda de los donantes, ya que había muchas prioridades compitiendo por los fondos en países como el de ella.
El embajador Goosby habló de los beneficios que se obtendrían si se adecuara la labor del Plan Presidencial de Emergencia para el Alivio del Sida (PEPFAR, por sus siglas en inglés), el Fondo Mundial, el Banco Mundial y otros a los objetivos de cada país. Tanto el embajador Goosby como el presidente Jim Yong Kim destacaron la importancia de la rendición de cuentas a los ciudadanos de las naciones en desarrollo, así como a los contribuyentes de los países donantes.
El moderador Michael Gerson, del periódico The Washington Post, preguntó qué se consideraría un éxito dentro de cinco años. Una de las respuestas más emotivas de la sesión fue la de Mphu Ramatlapeng, quien se refirió a una reciente columna publicada en The New York Times titulada “The Coffin-maker Benchmark” (i) (El punto de referencia del fabricante de ataúdes) por Nicholas Kristof. En este artículo, el autor escribe sobre un fabricante de ataúdes de Lesotho, que dice que la actividad comercial ha disminuido debido a que menos personas están muriendo de sida.
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El Banco Mundial: VIH/sida (i)
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