Nick Kristof, columnista del New York Times, escribió en un reciente artículo titulado A Free Miracle Food! (i) (¡Un alimento milagroso gratuito!): “...si queremos salvar cientos de miles de vidas, tal vez un paso adelante es ofrecer un mayor respaldo a las madres de países pobres que intentan amamantar a sus bebés. Dar pecho a un bebé puede parecer algo instintivo, pero en muchos casos sale mal. En algunas partes del mundo, el problema ha sido el agresivo marketing de los fabricantes de leche de fórmula, pero la principal preocupación en los países más pobres es que las madres empiezan la lactancia uno o dos días después del nacimiento y luego dan agua o alimentos a los bebés en los primeros seis meses”.
Kristof tiene razón. La lactancia materna no se produce automáticamente y no siempre es fácil ni intuitiva. Tanto la madre como el bebé están aprendiendo nuevas habilidades y comportamientos, y con frecuencia hay que superar desafíos, que van desde lo físico -como un deficiente reflejo de succión del bebé o infecciones en el pecho-, hasta lo cultural como tradiciones peligrosas, entre ellas la alimentación de los recién nacidos con miel y té en lugar de calostro. Pero como subraya una reciente serie sobre nutrición (i) en la revista The Lancet, los riesgos de no amamantar están bien documentados y son convincentes.
Más de 800.000 niños murieron en 2011 debido a insuficiente lactancia materna. Esto significa casi 2.200 infantes cada día.
Parte de la respuesta para un inicio exitoso seguido de un amamantamiento sostenido es la asistencia de los pares. Realmente se necesita todo un pueblo para criar a un niño sano. El tema de este año de la Semana Mundial de Lactancia Materna (i) (1 al 7 de agosto), “Apoyo a las madres que amamantan: ¡cercano, continuo y oportuno!”, pone de relieve, el papel decisivo de los pares y los contactos comunitarios en el apoyo de las madres y las familias. Estos semejantes que apoyan la lactancia alientan a las mamás para que comiencen a dar pecho desde la primera hora de vida del bebé y continúen aunque el malestar, la vergüenza, el consejo de los mayores de la familia, o el pronto regreso al trabajo dificulten esta práctica. Además, proporcionan soluciones en caso de presentarse problemas tanto para la madre como el bebé.
¿Está probado el impacto del apoyo de los pares en la lactancia materna? The Cochrane Collaboration publicó en 2007 un estudio sistemático (i) de ensayos controlados aleatorios o cuasialeatorios que compararon la ayuda adicional para las madres que amamantan con la atención de maternidad habitual. La investigación analizó el efecto del apoyo a las madres por parte de profesionales, personas no profesionales, y ambos. El análisis de 34 estudios de 14 países, que incluyeron a casi 30.000 mujeres, encontró que este tipo de asistencia fue eficaz en áreas donde las prácticas óptimas de lactancia materna, como la iniciación temprana y la lactancia materna exclusiva durante seis meses, son escasas.
Los proyectos de salud y nutrición respaldados por el Banco Mundial se centran en la promoción y el apoyo a las madres que amamantan mediante varios canales de prestación de servicios, que incluyen trabajadores de salud comunitarios y grupos de apoyo de pares. La Feria del Desarrollo de Asia meridional sobre enfoques familiares y comunitarios de mejora de la nutrición de los lactantes y niños pequeños (i) (2009) financió innovaciones para mejorar el impacto y la calidad de la asistencia a la lactancia materna en la región.
El enfoque “Pueblos favorables a los bebés”, puesto a prueba en la provincia de Takhar (Afganistán) por la organización no gubernamental Care of Afghan Families, abordó la dimensión de género de las barreras a la lactancia materna mediante la participación de los hombres. Se crearon 40 grupos de apoyo a la lactancia en las aldeas seleccionadas, integrados por trabajadores de salud comunitarios, abuelas, abuelos, miembros del comité de salud del pueblo, parteras tradicionales, mujeres en edad reproductiva, líderes religiosos locales y curanderos tradicionales.
El proyecto demostró cambios notables en los datos finales en comparación con los datos de inicio en todos los indicadores. Aunque no sea significativo desde el punto de vista estadístico debido al tamaño de la muestra, casi la mayoría de los indicadores mejoraron un 100% con respecto al punto de partida. Por ejemplo, el comienzo temprano de la lactancia materna aumentó del 42% al 86%, y el amamantamiento exclusivo hasta los seis meses subió del 47% al 79% entre el principio y el término del estudio.
Esta semana en que se celebra el “alimento milagroso gratuito” que puede salvar vidas y asegurar un comienzo saludable para todos los niños, piense acerca de modos de apoyar a las madres que amamantan en sus propias familias y comunidades.
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Enlace relacionado
El Banco Mundial: Nutrición (i)
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