Cuando un vendedor de frutas marroquí cierra su puesto cada noche en el mercado Porta Palazzo (en italiano) en Turín, Italia, piensa en cuánto dinero ganó ese día; qué monto puede enviar a su familia en Marruecos esa semana; cuánto costará mandar ese dinero, y qué cantidad de dirhams recibirán sus familiares.
Este vendedor de frutas es uno de los cerca de 250 millones de migrantes internacionales que envían dinero a casa para sus familias. Para muchas personas de los países en desarrollo, las remesas del extranjero son una fuente confiable y estable de ingresos que les ayudan a llegar a fin de mes.
La cantidad de dinero que los migrantes mandan cada año ha aumentado de manera constante en la última década. Las remesas internacionales llegaron a US$583 000 millones en 2014. Según estimaciones del Grupo Banco Mundial, unos US$436 000 millones de esa cantidad fueron enviados de países desarrollados a países en desarrollo.
Sin embargo, mandar dinero no es barato.
Cuando comenzamos a monitorear el precio de los servicios de remesas internacionales en 2008, el costo de la transacción representaba más del 10 % del monto enviado. Este hecho significaba que los migrantes gastaban US$30 000 millones por cargos para enviar el dinero, en lugar de que ese dinero llegara a sus familias. Esa cantidad es equivalente a la ayuda oficial para el desarrollo (AOD) otorgada cada año por Estados Unidos a los países en desarrollo.
En 2009, el Grupo de los Ocho (G-8) estableció el objetivo, adoptado más tarde por el Grupo de los Veinte (G-20), de reducir el costo de las remesas internacionales del 10 % al 5 % en cinco años. Este fue llamado “Objetivo 5x5”.
Se ha logrado un avance significativo y el costo de enviar remesas se ha reducido de hecho considerablemente desde entonces. Hoy en día, el costo medio mundial es de 7,68 %. (i) Según nuestras estimaciones, la reducción de los costos ha permitido que los migrantes y sus familias ahorren más de US$60 000 millones.
Esta caída de los precios se ha logrado a pesar de las recientes condiciones adversas en los mercados, como el aumento del costo de observancia y el avance de los bancos en la mitigación de los riesgos (i) de sus operaciones, lo que limita el acceso de los proveedores de servicios de remesas a cuentas bancarias.
El Grupo Banco Mundial ha encabezado los esfuerzos mundiales por reducir el costo de enviar dinero a casa y mejorar los mercados de remesas mediante el Grupo de trabajo sobre remesas mundiales y ha ayudado a establecer estándares mundiales y sistematizar las mejores prácticas. (i) Hemos colaborado con los Gobiernos para mejorar los mercados de remesas en más de 30 países. Con las partes interesadas locales, hemos puesto en marcha proyectos innovadores, como el Proyecto Greenback 2.0 (i) sobre ciudades que abogan por las remesas, para entender mejor cómo los migrantes usan los servicios de remesas y de qué manera hacerlos más eficientes. Nuestra base de datos sobre los precios de las remesas en el mundo (i) monitorea el costo del envío de remesas desde los 32 países de origen principales a los 89 países receptores principales, analizando un total de 227 corredores nacionales.
Asumimos el compromiso de lograr el “Objetivo 5x5” y continuar trabajando en la reducción del costo mundial de los servicios de remesas a 5 %.
Pero también estamos mirando aún más hacia adelante. En el próximo Foro Mundial sobre Remesas y Desarrollo en Milán, (i) presentaremos un nuevo objetivo, que hemos llamado el objetivo del remitente inteligente (SmarRT), a través del cual se supervisarán las transacciones de remesas a un nivel más granular.
El propósito es garantizar que en cada corredor nacional haya por lo menos tres proveedores de servicios de remesas que cobren un 3 % o menos por enviar dinero.
Para ser incluidos en el Índice SmarRT, los servicios de remesas deberán ser accesibles tanto en el lugar de envío como de recepción, y el dinero deberá estar disponible para los receptores dentro de cinco días.
También propondremos que al menos un servicio en cada corredor ofrezca un precio significativamente más bajo que el promedio en ese corredor. Eso marcaría una gran diferencia para muchos de los remitentes más pobres y sus beneficiarios.
Hacer que los servicios de remesas funcionen para los migrantes respalda el objetivo del Grupo Banco Mundial de lograr el acceso universal a servicios financieros (i) para 2020. Este objetivo prevé que 2000 millones de personas en todo el mundo, que están actualmente excluidas por completo del sistema financiero, puedan tener acceso a una cuenta de transacciones que les permita enviar y recibir pagos, y guardar dinero. El acceso a una cuenta de transacciones es un paso hacia la inclusión financiera y puede ayudar a que las personas mejoren su calidad de vida.
Las remesas son a menudo el primer servicio financiero que usan los migrantes y sus familias. Un flujo seguro y asequible de las remesas es crucial para empoderar a las familias trabajadoras y ampliar el acceso a los servicios financieros.
Una vez logrado, SmarRT hará que sea más fácil para el vendedor de frutas marroquí encontrar un proveedor de servicios de remesas que le cobre un 3 % o menos por enviar dinero a su familia en Marruecos. También sabrá que su familia tendrá un lugar de fácil acceso donde retirar el dinero, el cual recibirá en cinco días o menos.
Todos estos esfuerzos son una parte fundamental del programa de la comunidad internacional del desarrollo relacionado con la reducción de la pobreza y el fomento de la prosperidad compartida en los próximos 10 años.
Corrección, 17 de junio: Una versión anterior de la infografía "Remesas Familiares" tenía por error US$523 000 millones en vez de US$583 000 millones.
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