Publicado en Voces

Teoría y evidencias sobre el impacto de los refugiados en las comunidades receptoras

Students at the Second Bourj Hammoud Public School listen to their teacher while in class, in Beirut, Lebanon on March 23, 2016. Two-thirds of the students at the school are Lebanese and one-third of the students are Syrian. Students at the Second Bourj Hammoud Public School listen to their teacher while in class, in Beirut, Lebanon on March 23, 2016. Two-thirds of the students at the school are Lebanese and one-third of the students are Syrian.

Imaginemos un escenario en el que un país enfrenta repentinamente una llegada masiva de refugiados procedentes de una nación vecina. El país anfitrión aloja a algunos de estos refugiados en campamentos construidos en tierras poco pobladas, mientras que otros se establecen en la periferia de las zonas urbanas, un escenario común para los refugiados. Según la teoría económica, ¿qué deberíamos esperar que suceda en esta situación? Además, ¿las evidencias existentes respaldan las expectativas teóricas? En este blog, abordaremos estas preguntas haciendo un análisis de los efectos económicos y distributivos de una crisis de refugiados.

Desde una perspectiva económica, deberíamos esperar que el producto interno bruto (PIB) y los ingresos de los hogares del país anfitrión aumenten debido a la afluencia de refugiados.  En el corto plazo, las zonas inhabitadas que repentinamente acogen a refugiados, tales como campamentos, experimentan un crecimiento del PIB debido a que los refugiados obtienen ayuda y compran bienes y reciben servicios en un lugar que antes no tenía ingresos ni consumo. En los sitios ya poblados, como las zonas urbanas, el PIB también crecerá a medida que los ingresos y el consumo aumenten con la llegada de la nueva población. Este es simplemente un resultado estadístico producto de que hay más personas (refugiados y trabajadores de asistencia humanitaria) y más dinero (ayuda internacional y gasto público) en un área geográfica determinada.

En el mediano plazo, deberíamos ver también un incremento de los ingresos de los hogares locales. Con el aumento de la población y de la ayuda y el gasto público, subirá el consumo local, y esto impulsará la producción y las ventas de bienes y la prestación de servicios. La presencia de refugiados en el mercado de trabajo podría reducir los costos laborales para los empleadores, especialmente si los refugiados trabajan en el sector informal. Como resultado, es probable que aumenten los ingresos de los propietarios, empresarios, productores y proveedores de bienes y servicios locales, y ello puede conllevar una expansión de sus negocios y un incremento general de los ingresos de los hogares. En términos económicos, estos se denominan “efectos expansivos” de la economía.

Además, cabe esperar que estos efectos positivos estén acompañados de externalidades negativas y efectos distributivos que afectarán adversamente a los grupos más vulnerables de los refugiados. En el corto plazo, las zonas que de pronto se convierten en hogar para los refugiados pueden experimentar limitación de recursos y degradación ambiental, lo que puede malograr el desarrollo local. En las zonas urbanas, la afluencia de refugiados puede conllevar falta de agua y electricidad, provocando un aumento de los costos tanto para los refugiados como para la comunidad de acogida, la saturación de servicios como la salud y la educación, un incremento del tráfico y la contaminación, y una mayor competencia por los puestos de trabajo y las viviendas. Estos factores pueden generar desempleo, aumentar la inflación, crear tensiones y ampliar las disparidades sociales y económicas.

En el mediano plazo, los efectos distributivos negativos pueden hacerse evidentes. Si bien algunos habitantes locales pueden conseguir avances económicos, otros pueden verse desplazados o perder sus empleos debido al aumento de la competencia.  Es probable que estos impactos negativos afecten a los miembros más vulnerables de la comunidad, como las mujeres, los jóvenes, los trabajadores poco calificados e informales, y quienes viven en zonas marginales y degradadas.

¿Las evidencias que surgen de la bibliografía económica respaldan estas expectativas teóricas?

Las últimas investigaciones en que se examina el impacto económico de los refugiados en las comunidades de acogida coinciden en gran medida con las expectativas teóricas. Un examen exhaustivo (i) y metaanálisis de las publicaciones existentes sobre el impacto de los refugiados en las comunidades de acogida, del cual soy coautor con Kirsten Schuettler, revela que el efecto general en el bienestar de los hogares en las comunidades receptoras es predominantemente positivo, y muy pocos estudios han encontrado un impacto negativo. 

En el examen también se concluye que la mayoría de los estudios indican que no hay efectos visibles del desplazamiento forzado en el empleo ni en los salarios de las comunidades de acogida . Sin embargo, los estudios que identifican un efecto importante y negativo muestran que es más probable que el empleo y los salarios disminuyan en ciertos grupos, en particular las mujeres, los jóvenes, los trabajadores no calificados, los trabajadores informales y las personas con menor nivel de educación. Los trabajadores más vulnerables son aquellos que se ven más afectados por una crisis de refugiados.

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Un gráfico de barras con una barra sobre empleo y otra sobre bienestar para mostrar el impacto positivo o negativo de los refugiados en las comunidades receptoras.
Impacto de los refugiados en el empleo y el bienestar de las comunidades receptoras

En resumen, tanto la teoría económica como las evidencias empíricas sugieren que una crisis de refugiados puede tener impactos tanto positivos como negativos en las comunidades de acogida . Si bien ciertos grupos, como los propietarios, los empresarios y los proveedores de bienes y servicios pueden observar un aumento de los ingresos, los trabajadores vulnerables —como las mujeres, los jóvenes, los trabajadores poco calificados y los trabajadores informales—, pueden enfrentar efectos negativos en sus empleos y salarios.

En última instancia, las organizaciones humanitarias y de desarrollo deben priorizar la protección y la asistencia a los grupos vulnerables y apoyar a los Gobiernos anfitriones a la hora de gestionar una trayectoria sostenible de desarrollo económico. Según el documento de examen, los impactos más importantes en las comunidades de acogida se producen en el corto plazo y se limitan en su mayoría a zonas que reciben refugiados. Por lo tanto, es crucial que la comunidad internacional tome medidas rápidas y localizadas y se focalice en los más vulnerables para prevenir que las crisis humanitarias de corto plazo se conviertan en desafíos de desarrollo a largo plazo.


Autores

Paolo Verme

Economista principal, gerente de programas de investigación sobre desplazamiento forzado y jefe de investigaciones y evaluaciones de impacto del Grupo de Fragilidad, Conflicto y Violencia del Banco Mundial

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