Publicado en Voces

Terminar con la pobreza y generar una prosperidad compartida: ¡Manos a la obra!

#Senecesita mejorar las habilidades profesionales para acabar con pobreza
Hace apenas una semana, líderes de todo el mundo se comprometieron con el objetivo de acabar con la pobreza extrema para 2030. También respaldaron una segunda meta que no recibió la misma atención, y a la que hemos denominado “promover una prosperidad compartida”. (i)

En el Grupo del Banco Mundial, sabemos que la reducción de la pobreza extrema a un nivel mínimo no será suficiente para crear un mundo donde todos puedan compartir los beneficios del desarrollo.

Al trabajar con los Gobiernos y nuestros asociados de la comunidad del desarrollo, también nos esforzaremos por maximizar el aumento de los ingresos del 40% de la población más pobre de cada país. Para lograr este objetivo,  será fundamental un sólido crecimiento económico, junto con estabilidad macroeconómica y capacidad de resistir las crisis financieras. Estos son los elementos que pueden estimular la creación de empleo y el incremento de los ingresos.

Pero el crecimiento y la estabilidad no son suficientes. Algunas de las economías de más rápido crecimiento del mundo están experimentando una agudización de los niveles de desigualdad. (i) En estos lugares, la situación de los pobres en realidad podría empeorar si las disparidades de ingresos conducen a polarización política, luchas sociales, o conflictos.

Incluso si alcanzamos nuestro objetivo de ayudar a poner fin a la pobreza extrema para 2030, los índices podrían mantenerse altos en varios países. Nuestras investigaciones muestran que es posible reducir la tasa mundial de pobreza extrema a un nivel muy bajo y tener, no obstante, 17 países más pequeños donde más del 30% de la población subsiste con menos de US$1,25 al día.

Esto es simplemente inaceptable.

Los países deben reforzar las inversiones en salud y educación. Cuando las personas se ven privadas de la posibilidad de ir a la escuela o recibir servicios sanitarios básicos, los países pierden la oportunidad de crear el capital humano que puede hacerlos más competitivos en la economía mundial. Invertir en las personas, sobre todo en salud y educación, es lo correcto tanto desde un punto de vista moral como estratégico.

La inversión en infraestructura también es fundamental. Sin energía, buenas carreteras, puentes, puertos y ferrocarriles, los países no lograrán atraer la inversión privada que se necesita para un sólido crecimiento inclusivo. Las autoridades de India, por ejemplo, me dijeron que necesitan US$1 billón en los próximos cinco años para satisfacer las necesidades del país en este sector. ¿De dónde provendrá ese dinero? Estiman que un 53% será aportado por el sector público y un 47% por el sector privado.

Estamos tomando medidas concretas para ayudar a los Gobiernos asociados a alcanzar sus objetivos.

El primer paso consiste en alinear nuestra forma de trabajar con los objetivos de acabar con la pobreza y promover la prosperidad compartida. El segundo es analizar cada año si los países están logrando avances en estos dos objetivos, y destacar las áreas donde se necesita más atención. Y en tercer lugar, vamos a trabajar sin descanso para ayudar a nuestros asociados a prestar servicios a los pobres de manera más eficaz, con un renovado enfoque en el uso de pruebas para entender cómo mejorar la entrega de estos mismos.

Pero cuando pensamos acerca de la prosperidad compartida, debemos centrarnos no solo en la generación actual, sino también en las generaciones futuras. Prosperidad compartida significa dejar un mundo mejor a nuestros hijos y nietos. Esto quiere decir que debemos enfrentar con urgencia el cambio climático y hacer todo lo posible para evitar un catastrófico calentamiento del planeta.

Los líderes mundiales se han comprometido ahora a poner fin a la pobreza para 2030 y promover la prosperidad compartida. Pero nuestro trabajo acaba de comenzar. Debe haber también una responsabilidad mutua respecto  del cumplimiento de estos ambiciosos objetivos: terminar con la pobreza y generar una prosperidad compartida. ¡Manos a la obra!

 
 

Autores

Jim Yong Kim

Ex Presidente del Grupo del Banco Mundial

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