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Tres amenazas para el futuro de Afganistán: aumento de la pobreza, inseguridad y crecimiento lento

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La semana pasada, uno de los tantos camiones cisternas que recorren las calles de Kabul se desplazó pese a la congestión vehicular, pasó por edificios del Gobierno y embajadas, y llegó hasta la plaza Zanbaq. Cuando se tuvo que detener en un puesto de control, el chofer del camión hizo explotar 1500 kilos de explosivos que estaban ocultos en el tanque. Eran las 8.22 de la mañana y muchos afganos iban camino al trabajo y muchos niños se dirigían a la escuela. La explosión causó la muerte de 150 viajeros y transeúntes y otros cientos de personas resultaron heridas. Este es apenas uno de los numerosos hechos que afectan las vidas y los medios de subsistencia de los afganos.

En los últimos años, el conflicto ha aumentado de manera constante, extendiéndose a una gran parte de Afganistán; el número de incidentes de seguridad y bajas civiles llegaron a niveles récord en 2016. Según el índice de paz mundial, Afganistán era el cuarto país menos pacífico de la tierra en 2016, después de Siria, Sudán del Sur e Iraq. La intensificación y el alcance geográfico del conflicto ha aumentado la cifra de desplazados internos. De acuerdo a los últimos datos de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) de las Naciones Unidas, más de 670 000 personas fueron desplazadas dentro del país solo en 2016.

En este contexto, nuestro informe del Banco Mundial titulado “Afghanistan Poverty Status Update: Progress at Risk” (Actualización del estado de la pobreza en Afganistán: avances en riesgo) (i) muestra que no es sorprendente que la violencia y la inseguridad planteen riesgos cada vez mayores para el bienestar de los hogares afganos. Aproximadamente el 17 % de los hogares informó haber estado expuesto a crisis relacionadas con la seguridad en 2013-14 en comparación con el 15 % en 2011-12,  de acuerdo a datos de la “Encuesta sobre las condiciones de vida en Afganistán”. Esto coincide en gran medida con la frecuencia actual de hechos de esta naturaleza, tal como lo informó el Departamento de Seguridad de las Naciones Unidas.

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El conflicto exacerba la vulnerabilidad y, lo que es peor, los hogares en los distritos afectados por mayores conflictos se encuentran expuestos a una cantidad más alta de crisis no relacionadas con la seguridad. Por ejemplo, es más probable que los hogares en zonas con un alto nivel de conflictos se encuentren expuestos a riesgos agrícolas, naturales y brotes epidémicos, además de los riesgos relacionados con la seguridad. Aproximadamente el 53 % de los hogares en dichos distritos informaron tres o más crisis no relacionadas con la seguridad en comparación con el 43 % en los distritos con pocos conflictos en el periodo 2013-14. Además, la exposición a una mayor cantidad de conflictos se asocia con una mayor dependencia de estrategias para encarar los daños y un menor nivel de inversiones en capital humano —que proporcionan nutrición y educación adecuadas a los niños— en particular en los pobres.

Si bien el aumento de los conflictos ha hecho a los afganos más vulnerables a las crisis, el periodo entre 2012 y 2014 —denominado “período de transición” y que condujo a las elecciones de 2014 y al traspaso de la responsabilidad en materia de seguridad a las fuerzas afganas— se caracterizó por una severa desaceleración en el crecimiento económico causada por la reducción de la asistencia, el retiro de las fuerzas militares internacionales y la inestabilidad política.
 

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El informe muestra que esto condujo a una dinámica socioeconómica problemática, aumentando las numerosas desigualdades —entre ricos y pobres; entre ciudades y zonas rurales; entre hombres y mujeres, y entre niñas y niños— que dividen a la sociedad afgana. Los segmentos más pobres y más vulnerables de la población fueron los que más sufrieron. Un crecimiento lento y mayores conflictos sumieron a 1,3 millones más de afganos en la pobreza desde 2011-12, lo que aumentó la tasa de pobreza del 35,8 % (en 2011-12) al 39,1 % (en 2013-14). Esta tendencia confirma una vez más que los hogares afganos son altamente vulnerables a caer en la pobreza cuando son afectados por una crisis. En el periodo 2011-12 y el periodo 2013-14, el consumo per cápita promedio disminuyó a una tasa anual de 1,7 %, pero la baja fue particularmente grave en la parte inferior de la distribución del ingreso. Mientras el 20 % más pobre de la población se vio afectado por una caída del 4,2 % en el gasto real per cápita durante el periodo, esta disminución fue solo del 2,8 % para el 20 % más rico de la población.

Los afganos más pobres tuvieron más dificultades para sortear la crisis, porque carecían de medios para enfrentar los impactos y porque la crisis fue particularmente grave en las zonas rurales, donde vive la gran mayoría de la población de menos recursos. La pobreza en las zonas rurales aumentó en 14 % entre los periodos de 2011-12 y 2013-14, subiendo del 38,3 % al 43,6 %, respectivamente. Por otra parte, la pobreza en las zonas urbanas no varió en este periodo pese a los importantes flujos migratorios desde las zonas rurales hacia las zonas urbanas.

Nuestro informe muestra que los hogares afganos han sido afectados negativamente por la crisis provocada por los problemas de seguridad y la transición política . Como es poco probable que el crecimiento alcance los niveles previos a la transición y es muy probable que persista el conflicto y la fragilidad, el desarrollo de Afganistán y la reducción de la pobreza se verán limitados en el futuro . Si no se presta atención a las tendencias en materia de pobreza y desigualdad, estas podrían socavar aún más la cohesión social y poner en peligro el progreso. Para abordar la pobreza y la desigualdad, es importante lograr mejoras en los ámbitos de la seguridad y el desempeño económico  en general, lo cual es difícil de conseguir en las condiciones actuales. Sin embargo, como se discutió en Bruselas durante la última conferencia de donantes sobre Afganistán en 2016 —en que los donantes comprometieron más de USD 15 000 millones para los próximos cuatro años— para reducir la pobreza en el país será necesario un crecimiento mucho más inclusivo y más amplio que en el pasado.
 
[1] Organización Central de Estadística de Afganistán (2015), Encuesta sobre las condiciones de vida en Afganistán (2013-14).


Autores

Silvia Redaelli

Senior Economist, Poverty Global Practice, The World Bank

Christina Wieser

Senior Economist, Poverty and Equity Global Practice, World Bank

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