El pronóstico para el cambio climático (i) ha cambiado sin lugar a dudas de la noche a la mañana, con ciertas noticias positivas para el planeta y para el crecimiento económico.
Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de China, Xi Jinping, demostraron que, en conjunto, están impulsando la lucha mundial contra el cambio climático. Sus países son las dos economías más grandes del mundo y las mayores emisoras de contaminantes atmosféricos.
Los compromisos de ellos son un primer paso absolutamente esencial para mantener el calentamiento del planeta por debajo de los 2 grados centígrados, y evitar las desastrosas consecuencias de un mundo aún más incierto. China se comprometió a no superar una cifra máxima de emisiones para 2030 y a que el 20 % de su energía provenga de fuentes renovables, y Estados Unidos estuvo de acuerdo en reducir sus emisiones un 26 % a un 28 % por debajo de los niveles de 2005 antes de fines de 2025. Lo que es más importante, ambos acordaron aumentar su colaboración conjunta en programas de investigación y desarrollo relativos a la energía limpia.
Las perspectivas económicas de las generaciones actuales y futuras están en juego. Los costos para las ciudades, las zonas costeras y los cultivos están aumentando, así como los gastos en salud y de los medios de subsistencia de miles de personas. Pero más que reaccionar ante esta realidad, lo que China (i) y Estados Unidos (i) hicieron fue mostrar la determinación necesaria para crear un futuro basado en bajas emisiones mediante soluciones de energía limpia y ciudades habitables porque tiene sentido para el medio ambiente y las economías.
Hoy en día tenemos oportunidades de inversión en soluciones innovadoras en el área de energía limpia que crearán puestos de trabajo e impulsarán economías más fuertes, saludables y resilientes. Nuestra investigación muestra que invertir en soluciones inteligentes en relación con el clima, como sistemas de transporte limpio, puede reducir la contaminación del aire y aumentar el empleo. Y, en la actualidad, vemos que hay líderes dispuestos a conducirnos por ese camino.
El acuerdo de los presidentes Xi y Obama podría llevar a una transformación económica y energética mundial. Ambos se comprometieron a fortalecer la cooperación en el desarrollo y ampliar el uso de la energía y las tecnologías limpias, incluyendo mecanismos de captura y almacenamiento del carbono.
Aplaudo su osadía y la elección del momento oportuno para su declaración. Al anunciarlo de manera temprana y mantenerse unidos, están dando impulso a este tema en momentos en que los países comienzan a desarrollar sus planes de reducción de emisiones con miras a un acuerdo climático internacional en París en 2015.
Aún así, si bien el anuncio es extraordinario, no es suficiente. Necesitamos que todas las principales economías del mundo den un paso adelante. Debemos empezar a tener metas más altas de energía renovable y eficiencia energética a nivel nacional. Los Gobiernos deben enviar señales normativas que estimulen la inversión privada en energía limpia, como soluciones en el campo de la energía renovable, la eficiencia energética, y la captura y el almacenamiento del carbono. Eso incluye la fijación del precio del carbono y la eliminación gradual de los nocivos subsidios a los combustibles fósiles. (i)
Ambos presidentes colocaron el pilar fundamental para la acción mundial hacia un acuerdo internacional en París el próximo año. Ahora, instamos a otros a asumir sus compromisos.
Jim Yong Kim es el presidente del Grupo Banco Mundial.
Publicado por primera vez en: El Huffington Post.
Únase a la conversación