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Un movimiento mundial contra la corrupción ¡está ocurriendo ahora!

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Si se presta atención a los titulares de las últimas semanas, no se puede ignorar que los esfuerzos por combatir la corrupción están teniendo buenos resultados. Hace una década, el éxito era un privilegio de las sociedades que —en virtud de los logros democráticos— podían reclamar el derecho de pedir que los funcionarios públicos rindieran cuentas de sus actos. Hoy en día, no es fácil salirse con la suya cuando se cometen actos de corrupción. Ni siquiera cuando el autor es una gran multinacional, un alto funcionario gubernamental o una institución con millones de seguidores en todo el mundo.

Dentro de nuestra red —la Alianza Mundial de Enemigos de la Corrupción creada por el Banco Mundial— (i) nos sentimos optimistas respecto de todo lo que está sucediendo para apoyar nuestra misión, que es garantizar que cada dólar destinado al desarrollo se gaste con integridad. Cuando vamos al trabajo cada día, la prioridad es cómo prevenimos que sucedan cosas indebidas. Para lograr esto, en el Grupo Banco Mundial estamos actualizando continuamente nuestras técnicas de investigación, (i) nuestro asesoramiento en materia de prevención; (i) estamos haciendo seguimiento a los estándares de cumplimiento (PDF, en inglés) de las entidades inhabilitadas, (i) y colaborando con asociados, como los bancos multilaterales de desarrollo, (i) los organismos nacionales encargados de hacer cumplir la ley y las organizaciones de la sociedad civil (OSC) (i) para fortalecer este nuevo movimiento mundial contra la corrupción. Es fundamental que este impulso continúe para apoyar el cambio a una escala mundial.

Sin duda, enfrentamos algunos desafíos en el camino, unos más complejos que otros, pero ninguno que no se pueda superar. En el ejercicio del año pasado, (i) el Grupo Banco Mundial evitó que se otorgaran aproximadamente US$138 millones, en 20 contratos, a empresas (PDF, en inglés) que habían intentado incurrir en conductas indebidas. Este es un avance que no se podría haber logrado sin años de experiencia en investigación, (i) invertidos en la recopilación de pruebas y patrones de conductas indebidas, y en el proceso de documentación de las enseñanzas aprendidas.

Hoy en día, estamos en condiciones de apoyar a los equipos de proyectos para que hagan intervenciones más inteligentes basadas en el riesgo. Ya sea en el diseño, la supervisión y/o la evaluación de un proyecto, nuestro equipo heterogéneo de investigadores y especialistas forenses o en prevención ofrece una interpretación sólida de las señales de alarma, las conductas inusuales o extrañas de los contratistas, además de una respuesta eficaz a las denuncias de conductas indebidas que puedan afectar a los proyectos financiados por el Banco Mundial.

Durante este ejercicio, nuestras investigaciones dieron lugar a la inhabilitación de 71 entidades. (i) Nuestra respuesta a los riesgos de fraude y corrupción cubrió 61 proyectos y 93 contratos por un monto de alrededor de US$523 millones. Este enfoque integrado es el resultado de una colaboración más estrecha con jefes de proyecto de primera línea, ciudadanos valientes que ya no pueden tolerar la corrupción como una norma, entidades privadas que son excluidas de las licitaciones vinculadas con el desarrollo y los que sufrieron las consecuencias de la falta de juicio, así como organismos nacionales que buscan normas más estrictas para aplicar en sus esfuerzos contra la corrupción.

A la hora de los desafíos, me gustaría destacar algunos de ellos, que son persistentes y que exigen una mayor coordinación a nivel mundial. Los flujos financieros ilícitos, la evasión fiscal, la administración de las empresas públicas con integridad, los intermediarios financieros, el papel de los agentes en el desarrollo y la corrupción en los Estados frágiles representan una lista de alta prioridad que puede beneficiarse de actividades más enérgicas de promoción, una acción colectiva y una mayor inversión en herramientas forenses y técnicas de extracción de datos (i) para apoyar los esfuerzos transfronterizos y superar las barreras jurisdiccionales.

Nuestra cooperación cada vez mayor en la Vicepresidencia de Integridad Institucional del Banco Mundial (INT), (i) en el marco de acuerdos de resolución negociada, ha proporcionado información en tiempo real que es fundamental para abordar algunos de estos desafíos. Ciertamente no es lo único. Nuestro contexto donde se desarrollan las operaciones ofrece especial exposición a una amplia gama de buenas prácticas (i) y, del mismo modo, a riesgos y conductas indebidas en todas las regiones. Y como una institución de desarrollo, no hay duda de que la corrupción es un obstáculo importante para nuestro objetivo de poner fin a la pobreza. Nuestro presidente, el Dr. Jim Yong Kim, lo expresó muy bien cuando dijo: “El dinero que se pierde a través de flujos ilícitos a menudo logra cruzar las fronteras para financiar delitos de gran envergadura, como el tráfico de drogas y de personas. Nuestros objetivos están inextricablemente enlazados con la lucha contra la corrupción, y esto constituye un desafío que demanda atención constante”.

Entonces, ¿qué sigue? En lo que respecta a INT, seguiremos reivindicando nuestra misión de prevenir, desalentar e investigar el fraude y la corrupción que puedan afectar a los proyectos financiados por el Banco Mundial. Nuestra meta para el nuevo ejercicio es fortalecer nuestra interacción con los líderes mundiales al abordar los desafíos en materia de fraude y corrupción que afectan de manera directa los esfuerzos de desarrollo más allá de nuestros proyectos. Mi visión es contribuir con un movimiento mundial cada vez mayor contra la corrupción. Esto es posible gracias a una base internacional poderosa y en crecimiento de OSC, líderes juveniles, un sector privado más responsable y líderes de opinión comprometidos.

Cuando asumí la gestión de la Vicepresidencia de Integridad Institucional del Grupo Banco Mundial en 2008, le expliqué a mi hijo que nuestra labor consiste en hacer que su mundo sea un lugar mejor. Siete años después, creo que estamos más cerca de un mundo mejor de lo que estábamos antes.

Sigo siendo optimista.

 

Autores

Leonard McCarthy

Former Integrity Vice President

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