Queridas mujeres:
Acabamos de celebrar el Día Internacional de las Mujeres de las Zonas Rurales, que es una ocasión para que el mundo reconozca el papel fundamental que ustedes desempeñan en el fomento del desarrollo agrícola y rural, el mejoramiento de la seguridad alimentaria y el fin de la pobreza en el campo.
Pero comprendemos que tal vez no hayan tenido tiempo para celebrar. Siempre están ocupadas con tareas que no terminan nunca, preparando la comida para sus hijos, cuidando a las personas mayores, buscando agua y recolectando leña para hacer fuego. También se preocupan de que muchas de las granjas de las que dependemos para alimentarnos se mantengan productivas, ya sea ordeñando las vacas y plantando y cosechando los cultivos.
En los países en desarrollo, casi la mitad de ustedes (el 43 %) trabaja en la agricultura. En América Latina, una quinta parte de todas las mujeres son agricultoras. En África al sur del Sahara y Asia oriental, cerca del 50 % de las mujeres laboran en granjas.
Son uno de los actores más importantes en la promoción de la seguridad alimentaria mundial. Su trabajo en las granjas es una contribución enorme a los desafíos de alimentar a los habitantes del planeta y sacar a los más pobres de la trampa del hambre.
Sin embargo, sus aportes a menudo no son valorados. Y no tienen los recursos que necesitan para alcanzar su pleno potencial. Todavía no tienen el mismo acceso a bienes productivos como la tierra, el ganado, y los servicios de extensión, y otras oportunidades, como el acceso a servicios financieros, educación y tecnologías de la información y las comunicaciones que podrían ayudarlas a desarrollar todas sus capacidades. Es ampliamente sabido que si pudieran poseer más tierras, teléfonos móviles o vacas; usar su tiempo de manera diferente; conseguir un préstamo; comprar nuevas herramientas y obtener mejor asesoramiento sobre técnicas de cultivo más eficientes, la producción agrícola de sus países podría aumentar hasta en un 4 %. Este incremento en la producción de alimentos podría reducir el número de personas que pasan hambre hasta en un 17 %.
Es por esto que en el Banco Mundial estamos dedicando recursos para ayudar a asegurar un futuro mejor para ustedes, sus familias y las comunidades en las que viven. Nos enorgullece financiar proyectos que las apoyan. En Tayikistán, por ejemplo, más mujeres son propietarias de tierras: el 23 % (22 603) de los 99 002 títulos de propiedad emitidos fue otorgado a agricultoras. En Viet Nam, cerca de 50 400 mujeres han podido obtener un préstamo (el 42 % de los 120 000 prestatarios eran mujeres). Por último, en Zambia, las emprendedoras agrícolas reciben nuestro apoyo para establecer empresas en el sector de la agricultura, mientras que en Perú, se han creado grupos de usuarios de agua en las comisiones respectivas conformados por mujeres para que ellas puedan expresar sus inquietudes.
El Banco Mundial se ha comprometido a poner fin a la pobreza extrema a más tardar en 2030 e impulsar la prosperidad compartida. Sabemos que nunca podremos alcanzar estos objetivos a menos que las incluyamos y apoyemos. Es por eso que queremos marcar una diferencia en sus vidas no solo durante el Día Internacional de las Mujeres de las Zonas Rurales, sino todo el año.
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