El trabajo de un administrador de deuda pública consiste en encontrar las mejores soluciones de endeudamiento para obtener el monto de financiamiento que necesita el Gobierno con el menor nivel posible de costos y riesgos. Esta tarea es cada vez más compleja en los países clientes de la Asociación Internacional de Fomento (AIF): la composición de la deuda del sector público ha variado, pasando de fuentes tradicionales de financiamiento en condiciones concesionarias a una deuda más basada en el mercado y a nuevos acreedores bilaterales (gráficos 1 y 2). Además, las decisiones sobre deuda pública se toman en condiciones de creciente inestabilidad en el entorno macroeconómico y en los mercados.
Las preguntas comunes que abordan los administradores de deuda incluyen: ¿La deuda debe estar expresada en moneda local o extranjera? ¿Debe tomarse a corto o a largo plazo? ¿A una tasa de interés fija o variable? Estas decisiones tienen un impacto crucial tanto en el perfil de costos y riesgos de la cartera de deuda como en los futuros saldos presupuestarios del país.
Aunque pueda parecer una simplificación excesiva, el papel del administrador de deuda es similar al de un panadero al que se le pide que prepare una torta: él o ella puede optar por añadir azúcar y materia grasa para complacer al cliente, o puede determinar la combinación correcta de los ingredientes para producir una torta que sea saludable y, al mismo tiempo, sabrosa. De igual modo, los administradores de deuda pueden elegir entre dos opciones diferentes para satisfacer las necesidades de financiamiento del país: una oportunista y otra estratégica . La primera entraña difundir poca información sobre las intenciones de endeudamiento en el futuro y aprovechar los beneficios de corto plazo que puedan surgir en los mercados. La segunda implica evaluar el impacto de diversas alternativas de financiamiento y, en última instancia, aplicar una estrategia transparente aprobada por el Gobierno y notificada a las partes interesadas.
Tanto la teoría de los juegos como la experiencia de los países indican que un enfoque estratégico genera mejores resultados en el largo plazo. Por esta razón, el Grupo Banco Mundial brinda apoyo a oficinas de gestión de la deuda en todo el mundo para ayudarlas a implementar estrategias de gestión de la deuda. Estas estrategias contienen las medidas que el Gobierno prevé instrumentar para obtener financiamiento y gestionar su deuda de manera de lograr que la cartera refleje sus preferencias en materia de costos y riesgos. Además, orientan las decisiones relativas a la gestión de la deuda y las operaciones en curso, desempeñando un papel fundamental para ayudar al Gobierno a resolver la exposición a los riesgos derivados de su cartera de deuda. La aplicación de una estrategia acertada de gestión de la deuda refuerza la transparencia, aumenta la rendición de cuentas de los encargados de la formulación de políticas y respalda la política fiscal.
El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) elaboraron en forma conjunta un marco que ayuda a las autoridades nacionales a formular una estrategia de gestión de la deuda a mediano plazo. (i) El instrumento analítico conexo fue revisado recientemente con el objeto de incorporar los últimos avances en materia de gestión de la deuda, entre ellos la variedad más amplia de instrumentos de deuda que ahora están a disposición de los países clientes de la AIF, o el mayor uso de operaciones de gestión de pasivos, como las operaciones de recompra o los canjes de deuda. También está disponible un manual del usuario revisado. (PDF, en inglés) En forma periódica, el Banco Mundial proporciona asistencia técnica en esta área, a menudo a través del Mecanismo de Gestión de la Deuda. (i) Recientemente, varios países han publicado estrategias de gestión de la deuda, entre ellos Sri Lanka, (PDF, en inglés) Côte d’Ivoire (PDF, en francés) y República Dominicana.
Ahora volvamos al ejemplo de la torta. Así como no es el panadero, sino el cliente, quien decide qué tamaño tendrá la torta, tampoco es el administrador de deuda, sino el Gobierno, el que influye en las necesidades de financiamiento a través de su política fiscal, idealmente, teniendo en cuenta los resultados de un análisis de la sostenibilidad de la deuda. Sobre la base de las indicaciones del cliente, el panadero debe combinar los ingredientes (instrumentos de deuda) para preparar una torta saludable (bajo riesgo) sin excederse del presupuesto (bajo costo). Al hacerlo, seguir una receta o, en otras palabras, una estrategia de gestión de la deuda es, sin duda, de gran ayuda.
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