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El 25 de abril, el día del terremoto, mis colegas y yo estábamos organizando la exposición final de los estudiantes para celebrar el término del periodo escolar de 12 semanas. Había 12 niños y sus padres cuando se produjo el sismo. Nuestro primer instinto fue que los estudiantes estuvieran a salvo; logramos mantener la calma, nos reunimos todos en un espacio abierto y nos mantuvimos fuertes. Después de que las réplicas cesaron, supimos cuán devastador había sido realmente el terremoto. Llamamos de inmediato a nuestros seres queridos. Fue un alivio saber que todos nuestros conocidos estaban bien.
Soy profesor en Karkhana, (i) una empresa que diseña y entrega contenidos prácticos basados en STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas) a los estudiantes de enseñanza secundaria de Nepal.
Los dos primeros días después del terremoto, nos dimos cuenta rápidamente de que las personas sin ningún tipo de conocimientos especializados, como primeros auxilios, saneamiento, enfermería, construcción y rescate no eran de mucha ayuda en los esfuerzos de socorro.
La única manera de contribuir era hacer lo que sabemos hacer bien: enseñar.
Después de una crisis, los directores y los maestros están preocupados por lo que harán cuando los estudiantes regresen a la escuela. ¿Cómo van a trabajar los profesores con sus alumnos, que podrían haber perdido su familia o su hogar? ¿Podrán responder a sus preguntas? ¿Estarán los niños interesados en sus estudios, y podrán concentrarse en las clases? ¿Cuáles son las medidas esenciales que deben tomar las instituciones que trabajan con poblaciones vulnerables? ¿Cómo se puede abordar el trauma de los profesores y los estudiantes antes de reanudar las actividades regulares?
Tres días después del terremoto, me reuní con mis compañeros maestros y creamos un plan de clases simple y fuimos a dos campamentos temporales en Uttar Dhoka y en Kumari Hall. En Uttar Dhoka, tras reunir a 50 niños, supe que tenía que descartar el plan y centrarme, en cambio, en la participación de ellos. Yo estaba a cargo de un grupo de 12 niños, de entre 8 y 13 años. Empecé con algunas actividades de animación y luego les enseñé algunos trucos de matemáticas.
Shankar, un genio de las matemáticas de 12 años, captó el cálculo binario muy rápidamente y se los explicó a sus compañeros más pequeños.
Luego probé con una actividad para hacer collage. Biswash era el artista del grupo y quedé impresionado por el nivel de detalles en su trabajo. Al ver las sonrisas en los rostros de los niños, comprendí que valía la pena volver al día siguiente.
Ayudar a los niños a enfrentar las consecuencias del terremoto
En los próximos días, hablamos con psicólogos, educadores y maestros sobre cómo podríamos ayudar a los niños a enfrentar los traumas relacionados con el sismo, y juntos, investigamos y diseñamos un plan de clases, que fuera relevante después del temblor.
Después de dos semanas de ocurrida la catástrofe, llevé a cabo una sesión sobre los efectos del terremoto con algunos de los niños. La actividad fue útil para ellos, ya que pudieron compartir sus sentimientos al responder a mis preguntas: “Me siento triste cuando...”; “siento miedo cuando...”; “me siento feliz cuando...” y “me siento seguro cuando...”
La mayoría de los niños mencionó que estar con su familia o amigos los hizo sentir seguros, un sentimiento que creo era compartido por todos.
Capacitamos a los maestros y educadores sobre cómo ayudar a sus estudiantes a enfrentar los traumas relacionados con el sismo. Mis tres propuestas son las siguientes:
- Comienza contigo: los profesores deben curarse de sus traumas psicológicos antes de que puedan ayudar a los niños a hacer frente a sus propios sentimientos.
- Muchos profesionales de la educación quieren ayudar: hay muchos educadores, maestros, psicólogos y capacitadores con experiencia que están dispuestos a trabajar de manera voluntaria en el diseño de un plan de lecciones para después del terremoto.
- Documenta y comparte tus actividades en línea: es importante documentar todo en línea para que muchas personas puedan beneficiarse, compartir y contribuir con actividades.
Hoy, nuestro equipo, que se ha ampliado, está listo para capacitar a 2400 maestros de Katmandú, Lalitpur, Bhaktapur y Kavre en aprendizaje centrado en el alumno después de un terremoto. Nuestra tarea beneficiará a unos 60 000 niños.
A pesar de que este sismo es una tragedia, también es una oportunidad para que promovamos una enseñanza centrada en el alumno que considere el bienestar emocional de nuestros estudiantes y los ayude a crecer más fuertes y seguros.
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