¿Son las supergranjas la solución a la inseguridad alimentaria mundial?

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Agriculture workers on a strawberry farm in Argentina. © Nahuel Berger/World Bank

En la actualidad, 842 millones de personas pasan hambre en el planeta. La demanda de alimentos seguirá creciendo a medida que la población mundial se aproxime a 9000 millones de habitantes para 2050, por lo cual será necesario mejorar de manera sostenida la productividad agrícola. ¿De dónde provendrán estos aumentos de la productividad? Durante décadas, la opinión generalizada fue que la pequeña agricultura familiar era más productiva y eficiente para reducir la pobreza que la agricultura en gran escala. Pero ahora los defensores de esta última destacan sus ventajas para el aprovechamiento de grandes inversiones y tecnologías innovadoras, así como su enorme potencial exportador.

Los críticos, sin embargo, mencionan serias preocupaciones ambientales, sociales y económicas y sobre el bienestar de los animales, especialmente cuando las instituciones son frágiles. Además, a menudo, las condiciones abusivas y los impactos sociales devastadores que provocan “las apropiaciones de tierras”, particularmente en países con grave inseguridad alimentaria, son bien conocidas.

Entonces, ¿la agricultura en gran escala —específicamente las llamadas  “supergranjas”— es la solución a la demanda de alimentos? ¿O es un obstáculo? A continuación, hay 10 preguntas clave para comprender mejor este tema. He intentado abordarlas en la última edición de la Alerta sobre precios de los alimentos (i) .


1. ¿Qué es una supergranja?

No hay una definición ampliamente aceptada de la superficie mínima (o cantidad de cabezas de ganado) que una finca debe tener para ser considerada una “supergranja”. Algunos estudios establecen 500 hectáreas, mientras que otros usan entre 10 000 hectáreas y15 000 hectáreas como umbral para definir la agricultura en gran escala. Por ejemplo, el tamaño medio de una granja en la región de la sabana de Brasil es de alrededor de 1000 hectáreas, pero muchas superan las 10 000 hectáreas. En Asia meridional, un típico molino de palma de aceite promedia las 10 000 hectáreas. En África al sur del Sahara, algunas granjas son de más de 100 000 hectáreas, en tanto que en la Federación de Rusia, algunas tienen una extensión superior a las 300 000 hectáreas.

 2. ¿Todas las supergranjas son iguales?

Las supergranjas son muy heterogéneas, dependiendo  del capital invertido (extranjero, nacional, o mixto; privado, público, o combinado); de la propiedad (arrendamiento o compra); el modelo de producción (concentración de la tierra o pequeñas explotaciones independientes), y el grado y las condiciones de integración (vertical u horizontal), entre otros criterios. Los elementos comunes son las operaciones de gran magnitud, los grandes flujos de inversiones y una orientación inequívoca hacia las ganancias.
  
3. ¿Una supergranja es lo mismo que una apropiación de tierras?

No. Oxfam define la apropiación de tierras como una adquisición de tierras que incluye uno o más de los siguientes elementos: violación de derechos humanos; falta de consentimiento libre, previo e informado por parte de las comunidades afectadas; carencia de una evaluación adecuada de los impactos económicos, ambientales y sociales, e inexistencia de contratos transparentes y competitivos, o falta de una participación significativa. Hay operaciones agrícolas en gran escala legítimas que no tienen estos componentes.
  
4. ¿Las supergranjas existen solo en el mundo en desarrollo?

Las supergranjas no son exclusivas de los países en desarrollo. Hay granjas extensas en todo el mundo desde Estados Unidos, el Reino Unido y Australia hasta países de ingreso mediano como Brasil, Chile y Viet Nam, así como en naciones pobres y frágiles (la República Democrática del Congo, Liberia y Sudán). Además, en el caso de las supergranjas, las inversiones no circulan exclusivamente de países ricos a naciones en desarrollo. Por ejemplo, China ha participado en agricultura en gran escala en África, aunque también ha desarrollado grandes fincas a nivel nacional. De manera similar, Brasil está explorando nuevas oportunidades en Mozambique, para sumarlas a las granjas de su región de la sabana. Trinidad y Tabago ha estado considerando este tipo de actividades en Guyana.
 
 5. ¿Cuáles son los beneficios de las supergranjas en comparación con las pequeñas fincas?

Durante décadas, se pensó que las pequeñas fincas familiares eran más productivas que las más grandes. Los trabajadores de una familia están normalmente más motivados que aquellos que son contratados, requieren menos supervisión y conocen mejor las condiciones locales. Las granjas pequeñas también son más flexibles cuando las variaciones estacionales y anuales exigen un ajuste de la demanda laboral. Sin embargo, la agricultura en gran escala puede proporcionar múltiples beneficios. La adquisición y el procesamiento de información y tecnología son más baratos para las grandes explotaciones agrícolas y resulta más fácil obtener certificaciones de seguridad, ambientales, y/o de identidad de productos. En algunos casos, operaciones de gran magnitud pueden llenar vacíos en los servicios públicos, al construir sus propias terminales portuarias para la exportación. También pueden acceder a los mercados de capital internacionales y llevar a cabo sus propias actividades de investigación y desarrollo.
  
6. ¿Qué problemas causan las supergranjas?

La lista de problemas potenciales es ciertamente larga. En casos de corrupción,  deficiente gestión de la tierra y falta de instituciones sólidas, las inversiones sin compensación pueden perjudicar a los usuarios tradicionales y provocar desigualdad en la propiedad de la tierra. También pueden generar riesgos ambientales cuando se extienden a los bosques tropicales o realizan eliminación de residuos sin control. Además, pueden generarse serias preocupaciones en cuanto a las condiciones sanitarias —porque la aglomeración facilita la propagación de epidemias— y el bienestar de los animales, debido a la eliminación del pastoreo (es decir, un pastoreo muy limitado o nulo del ganado en campo abierto). La sociedad civil y otras partes interesadas han denunciado también la especulación sobre las tierras, y hay cada vez más pruebas de grandes adquisiciones que no han dado lugar a acciones sobre el terreno, o han estado asociadas con la desigualdad y la degradación de los recursos.
  
7. ¿Las supergranjas tienen un efecto positivo en la pobreza y el empleo?

Las pruebas han demostrado que la agricultura familiar en pequeña escala puede reducir la pobreza y aumentar el empleo, ya que requiere uso intensivo de mano de obra y favorece la seguridad alimentaria en zonas de alta incidencia de pobreza. Sin embargo, esta información no implica que las grandes empresas no puedan tener impacto en la pobreza. Desafortunadamente, las evidencias sobre los efectos específicos de la agricultura en gran escala siguen siendo escasas, pero apuntan a considerables oportunidades económicas y de empleo, por ejemplo, en Brasil, Indonesia, Liberia, Perú y Ucrania. Esto es más cierto aún en el caso de cultivos con mano de obra relativamente intensiva como palma de aceite, caña de azúcar, caucho, o jatrofa. Es preocupante que los estudios también muestran aumentos en la desigualdad de ingresos y en los costos sociales (por ejemplo, incremento de los gastos médicos por enfermedades respiratorias relacionadas con la alta contaminación). Pero ni los beneficios ni los daños deben ser considerados automáticos o intrínsecos. Se necesitan más pruebas.
 
 8. ¿Las supergranjas pueden complementar a la agricultura en pequeña escala?

Una impresión generalizada entre las instituciones internacionales es que la agricultura en gran escala y en pequeña escala pueden coexistir porque tienen diferentes ventajas comparativas en función de la abundancia de la tierra y mano de obra, el funcionamiento de las instituciones y los derechos de propiedad, y el alcance de las brechas de producción y los tipos de cultivos. Una perspectiva más crítica –entre académicos y organizaciones de la sociedad civil– plantea que las grandes explotaciones agrícolas tienden a convertirse en monopolios y desplazan a las fincas pequeñas.
 
9. ¿Las supergranjas son una solución a la creciente demanda de alimentos?

No existe aún una respuesta clara al respecto. Dicho simplemente, se necesitan más pruebas para sacar conclusiones sobre los efectos netos a nivel económico, social, ambiental y del bienestar. Probablemente es tan infundado declarar a las supergranjas como una solución para los futuros desafíos en materia de seguridad alimentaria, como lo es descartarlas sobre la base de episodios escandalosos de apropiación de tierras. Se necesita una gran cantidad de trabajo empírico para comprender sus impactos, así como para desarrollar inversiones y normas responsables que sean efectivas y fáciles de aplicar.
 
 10. ¿En qué circunstancias las supergranjas tendrán consecuencias positivas sobre la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza?

Numerosas partes interesadas, entre ellas los Gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y la comunidad internacional, deberán participar en las intervenciones que se realicen en esta área.  Estas deben ser amplias, e incluir medidas, tales como: publicar la información sobre transacciones de tierras; priorizar las inversiones públicas en infraestructura y tecnología; mejorar la competencia y el buen gobierno en los mercados agrícolas y de tierras; evitar que los gerentes altamente capacitados se vayan a otros sectores; incrementar las herramientas comunitarias verdaderamente participativas, y diseñar, difundir, ejecutar y hacer un seguimiento a los  principios de inversión agrícola responsable.
 
Nota: Este blog se basa en pruebas dadas a conocer en varias publicaciones académicas, informes y documentos de estrategias. Para obtener referencias y citas, vea la edición de noviembre de Alerta sobre precios de los alimentos (i).

Autores

José Cuesta

Economista principal