La semana pasada, los Gobiernos de India, Etiopía y Estados Unidos organizaron una Cumbre de Llamamiento a la Acción para la Supervivencia Infantil, con la participación de líderes mundiales y nacionales. Se trata de un evento oportuno y fundamental, destinado a fortalecer aún más el compromiso mundial y de los países y la responsabilidad de estos en el logro del objetivo de desarrollo del milenio (ODM) 4: reducir la mortalidad infantil. Aunque hemos observado una mejora sustancial en esta meta, los países que requie renmás de nuestro apoyo y asociación podrían no alcanzarla para 2015.
En la última década, hemos sido testigos de notables esfuerzos en pos de garantizar que los niños lleguen a los 5 años saludables y felices. Las iniciativas para aumentar las vacunas efectivas en relación al costo y prevenir y tratarel paludismo han contribuido en gran medida a salvar vidas infantiles. Sin embargo, más de 7,2 millones de niños siguen muriendo cada año, la mayoría de ellos en países en desarrollo, y la reducción de la mortalidad infantil y, en particular, la neonatal, se ha convertido en un desafío enorme.
Alcanzar el ODM 4 requerirá un fuerte compromiso político y de las políticas, al que contribuirá la cumbre de esta semana. Además, será necesario ampliar decididamente los programas de nutrición (para mujeres embarazadas y niños en los primeros 1.000 días, desde la concepción hasta los 2 años), los sistemas de salud (en perinatología en particular), y otros contribuyentes del sector, comoel saneamiento, la educación de las niñas y la energía limpia.
La elevación de estas prioridades, en todos los sectores y en el contexto de sólidos sistemas de salud, significa que la comunidad mundial debe consolidar los esfuerzos en los ODM 1c, 4 y 5, los “ODM huérfanos” relativos a la ayuda internacional para la salud en general. Sin ampliar el fortalecimiento de los sistemas de salud, no podremos abordar las necesidades críticas de salud reproductiva, materna y neonatal, que son fundamentales para la supervivencia infantil.
En el Banco Mundial, nos comprometemos con el mejoramiento de la salud materna e infantil fortaleciendo los sistemas nacionales de salud, vinculando el financiamiento con los resultados, y protegiendo a los pobres de las enfermedades y los costos y tratamientos que no pueden pagar.
Nuestro enfoque de financiamiento basado en los resultados, en particular, ha ayudado a los dirigentes de los países a obtener resultados notables en la salvar de vidas infantiles. Rwanda es un claro ejemplo: los incentivos para aumentar la cantidad y calidad de los servicios de los establecimientos de salud permitieron aumentar un 21% los partos institucionales, un 64% las visitas preventivas de niños menores de 2 años, y un 133% las visitas de los niños de 2 a 5 años. Países como Argentina y Afganistán también presentan mejoras significativas.
¿Cómo sabemos que el mundo está haciendo progresos en la supervivencia de madres y niños? ¿Cómo podemos garantizar que haya una total transparencia en la asignación de los recursos y las decisiones en materia de políticas, de manera que todas las partes interesadas puedan opinar, incluidas las mujeres y los niños necesitados?
La respuesta es: indicios sólidos, información abierta, y una responsabilidad compartida, que abarque toda la gama de políticas e inversiones a lo largo de la cadena de valor de la prestación de servicios de salud materno infantil. Es necesario invertir en productos básicos. Es imprescindible invertir en sistemas de salud eficaces y equitativos. La Cumbre de Llamamiento a la Acción para la Supervivencia Infantil un paso clave en la dirección correcta.
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