La recuperación lleva tiempo. Seis años después del paso de los huracanes Irma y María, Antigua y Barbuda y Dominica, entre otros países caribeños, siguen recuperándose del impacto de dos de los eventos hidrometeorológicos más mortales de los últimos años, que causaron daños catastróficos por cientos de millones de dólares. Eventos como estos, más frecuentes e intensos debido al cambio climático, continuarán causando muerte y destrucción en los países del Caribe.
Recuperarse eficientemente de un desastre significa que un país pueda volver rápidamente al camino del desarrollo sostenible, especialmente al usar un enfoque para reconstruir de manera mejorada y que permita que las construcciones sean menos vulnerables y estén mejor preparadas para futuros riesgos.
Sin embargo, para maximizar la eficiencia, la recuperación necesita ser planificada. Esto abarca consideraciones institucionales, sociales, económicas y ambientales para asegurar que la recuperación aumente la resiliencia con mayor rapidez. Por lo tanto, equilibrar y armonizar las necesidades de respuesta inmediata con el desarrollo sostenible a largo plazo es esencial al planificar la recuperación y construir un enfoque integral y sostenible para la gestión de desastres.
Conscientes de la importancia de una recuperación rápida, la Agencia de Manejo de Emergencias por Desastres del Caribe (CDEMA), con el apoyo del Fondo Canadá-Caribe para la Resiliencia (CRF), mejoró la sección de recuperación de su Herramienta de Auditoría de Manejo Integral de Desastres (CDM Audit Tool) para incluir una Evaluación de la Capacidad de Recuperación Sectorial (SRCA, por sus siglas en inglés).
Para proporcionar un análisis profundo de la capacidad de recuperación de un sector dado, la SRCA abarca tres áreas: gobernanza, competencias y recursos y herramientas. La capacidad de un país se evalúa según estas tres áreas y se utiliza un sistema de semáforos para presentar los resultados. Se espera que estos sirvan como instrumentos de planificación y beneficien a los gobiernos nacionales, las partes interesadas sectoriales, las agencias nacionales de manejo de desastres y la CDEMA en sus esfuerzos para permitir una recuperación rápida y efectiva.
Las recomendaciones de la evaluación aconsejan la priorización, diseño e implementación de actividades de fortalecimiento de capacidades relacionadas con la recuperación e informan sobre posibles inversiones en recuperación por parte de los gobiernos nacionales y otros socios de desarrollo.
Por ejemplo, en el ámbito de políticas, la herramienta podría respaldar la creación de normativas para diferentes sectores con el fin de planificar y llevar a cabo estrategias de recuperación. También podría recomendar fortalecer el entorno regulatorio para gestionar mejor los desastres, adoptando leyes detalladas y planes sobre desastres.
Fundamentalmente, la SRCA simplifica el proceso de identificación de fortalezas y áreas de mejora para una recuperación eficiente a niveles nacional y sectorial, y el conocimiento resultante ayuda a mejorar la capacidad de recuperación y a planificar la recuperación antes de que ocurra un desastre. En el aspecto físico, para adoptar un enfoque más proactivo, la SRCA podría, por ejemplo, animar a los propietarios de hoteles y otras instalaciones turísticas a modernizar activos expuestos al cambio climático y crear estrategias con intervenciones seleccionadas de reducción de riesgos, o recomendar la mejora de la infraestructura de defensa costera y fluvial para reducir el riesgo de inundaciones y minimizar el impacto en los sistemas de producción de alimentos.
La metodología de Evaluación de la Capacidad de Recuperación Sectorial para el Sector Agrícola en San Vicente y las Granadinas ha sido aplicada hasta la fecha a tres sectores en seis países, a saber, en Antigua y Barbuda (agricultura), Dominica (turismo), Grenada (vivienda), Guyana (agricultura), Santa Lucía (turismo) y San Vicente y las Granadinas (agricultura). Sin embargo, potencialmente puede aplicarse a cualquier país o sector. Por lo tanto, es tanto replicable como escalable.
Rescatamos las palabras del Teniente Coronel Kester Craig, Director Externo Adjunto de CDEMA, quien señala que la metodología es realmente invaluable para el proceso de Auditoría de CDM, ya que genera resultados específicos por país y profundiza en elementos clave de recuperación a nivel sectorial, señalando brechas en la planificación de recuperación, identificando oportunidades de intervención e informando sobre estrategias de recuperación accionables antes de que ocurran los desastres.
Craig participó en un entrenamiento de tres días organizado por CDEMA y el Banco Mundial sobre la aplicación de la metodología SRCA a través del uso de datos simulados y en el marco más amplio del ciclo de Gestión de Riesgos de Desastres y la Herramienta de Auditoría de CDM.
La herramienta representa un paso crucial en la dirección correcta, lo que resulta en una mejor capacidad para evaluar las necesidades, brechas y oportunidades de recuperación sectorial en el Caribe, y en un aumento del conocimiento y la capacidad para llevar a cabo actualizaciones de políticas clave informadas y diseñar intervenciones relacionadas con la recuperación.
También proporciona un enfoque estructurado y analítico para la planificación de la recuperación de desastres, ofreciendo una forma de reconstruir mejor para crear un futuro más resiliente frente a la amenaza continua de desastres.
El CRF y el Banco Mundial siguen comprometidos plenamente en apoyar los esfuerzos para fortalecer los sistemas de recuperación en el Caribe y confían en que esta iniciativa tendrá un impacto significativo en los próximos años.
Esta iniciativa fue apoyada por el Fondo Canadá-Caribe para la Resiliencia (CRF), un programa integral de fideicomiso financiado por el gobierno canadiense, administrado por la Facilidad Global para la Reducción del Riesgo de Desastres y la Recuperación (GFDRR), e implementado por el Banco Mundial.
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