Cacao colombiano, un futuro sostenible y muy dulce

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Si bien el atractivo de una taza de café colombiano recién hecho es innegable, en Colombia hay otro tipo de grano que concentra la atención, y es el cacao. Además de convertirse en chocolate de un sabor exquisito, el cacao colombiano ofrece una importante oportunidad de desarrollo económico sostenible en el país. El cultivo de cacao puede mejorar la situación de los agricultores, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) causados por la deforestación y mejorar la posición del país en el mercado internacional de chocolate .

Si bien el cacao se cultiva y consume internamente desde hace mucho tiempo, Colombia ocupa el décimo puesto en la producción mundial con apenas el 1 % de participación en el mercado . Ell año pasado, el Banco Mundial y su entidad que se dedica al sector privado, la Corporación Financiera Internacional (IFC), trabajaron con el Gobierno de Colombia y asociados del sector privado para analizar el potencial de expansión sostenible del cultivo de cacao en la región de Orinoquía.

Un nuevo énfasis en las cadenas de suministro verdes

En los últimos años, se ha registrado una gran expansión agrícola en esa zona, que abarca 25 millones de hectáreas de sabanas y humedales en el este del país. Entre 1990 y 2015 se talaron más de 1 millón de hectáreas de los bosques de Orinoquía para crear tierras de pastoreo para el ganado, con lo cual la cría de ganado pasó a ser la principal causa de deforestación. 

Pero un nuevo énfasis en la agricultura climáticamente inteligente y las cadenas de suministro verde de carne vacuna, arroz y cacao genera oportunidades de influir en la trayectoria de desarrollo de la región y garantizar que en el futuro el uso de la tierra no vaya acompañado de deforestación ni otros impactos ambientales.

Con apoyo de la Iniciativa sobre Paisajes Forestales Sostenibles del Fondo del Biocarbono (i), el Grupo Banco Mundial y Colombia están listos para poner en marcha un proyecto innovador en la región. Este demostrará de qué manera un modelo de negocios climáticamente inteligente puede contribuir al aumento de las ventas de granos de cacao de alta calidad y, al mismo tiempo, garantizar un uso más productivo de la tierra, una combinación que, a la larga, incrementará los ingresos de los productores y reducirá su huella de carbono.

El proyecto se implementará en asociación con Bacao S.A.S. (i), empresa colombiana que busca crear una cadena de suministro más eficiente y confiable proporcionando volúmenes constantes de cacao de origen cuyo recorrido desde la extracción hasta el consumo final resulta claramente identificable. El trabajo con Bacao está orientado a desarrollar de manera sostenible plantaciones de cacao en antiguos pastizales de Orinoquía con pequeños agricultores vecinos para expandir la producción. El objetivo es establecer una red de cultivadores subcontratados vinculados a compradores nacionales e internacionales.

Alentar la transición de la cría de ganado al cultivo de cacao

Los elevados costos iniciales y la falta general de experiencia con el cultivo de cacao en la región son obstáculos clave que deben superarse. La Unidad de Planificación Rural Agropecuaria de Colombia estima que más de 1 millón de hectáreas en Orinoquía son aptas para el cultivo de cacao. Sin embargo, la gran mayoría se está utilizando para la cría de ganado, una opción de bajo rendimiento, pero con pocos riesgos para los agricultores.

Asimismo, el cultivo de cacao no tiene una tradición arraigada en gran parte de la región. Los actuales productores por lo general plantan cacao a pequeña escala para complementar sus ingresos. La productividad es baja y los granos de cacao no se fermentan ni se secan de forma sistemática, lo que da como resultado niveles de cualidad variables.

Para ayudar a convertir esta actividad secundaria informal en una importante fuente de ingresos para las comunidades rurales, el proyecto:

  • Brindará capacitación con perspectiva de género para fortalecer la capacidad y los conocimientos especializados de pequeños agricultores y asociaciones de productores. Al adoptar métodos agrícolas sostenibles y mejorar los mecanismos de coordinación, los productores de cacao, tanto hombres como mujeres, podrán aumentar la productividad de la tierra, reducir los costos y mitigar las emisiones de GEI, ampliando, al mismo tiempo, su acceso a los mercados internacionales y mejorando su competitividad en esos mercados.
  • Alentará a los productores a establecer sistemas agroforestales que incorporen cortavientos y árboles de sombra en las plantaciones de cacao que se encuentran en tierras de pastoreo degradadas. Si bien esta práctica es relativamente nueva en América Latina y el Caribe, está cobrando impulso debido a su capacidad no solo de incrementar el rendimiento del cacao, sino también de mejorar el suelo, controlar la erosión e incrementar el secuestro de carbono. La rehabilitación de tierras agrícolas ya despejadas también puede ayudar a poner freno a la deforestación.
  • Ayudará a los agricultores a probar y evaluar nuevos métodos y tecnologías de producción para mejorar la eficiencia, la calidad, la sostenibilidad y el acceso a los mercados internacionales. Se hará hincapié en reducir los niveles de cadmio, un elemento natural que resulta nocivo para los seres humanos. En el marco del proyecto se analizarán distintas variedades de cacao, fertilizantes y otros insumos, y se brindará capacitación a agricultores en técnicas específicas que permitan mantener el cadmio en niveles aceptables para la exportación.

Este proyecto piloto de cinco años de duración tiene como objetivo someter 3000 hectáreas de tierra a un régimen de gestión sostenible, aumentar la productividad en un 25 % e incrementar los ingresos de los productores de cacao  provenientes de las ventas. Asimismo, ayudará a poner en marcha métodos que permitan determinar el origen de la producción y medir las reducciones de emisiones de GEI.

Colombia puede no ser todavía sinónimo de chocolate como lo es de café, pero están dadas las condiciones para un futuro sostenible y dulce.


Autores

Maria Soledad Requejo

Operations Officer, International Finance Corporation (IFC)

Roy Parizat

Fund Manager, BioCarbon Fund Initiative for Sustainable Forest Landscapes, World Bank

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