Los avances tecnológicos han revolucionado nuestra comprensión de los patrones climáticos. Los sistemas integrados de última generación nos proporcionan pronósticos más precisos, permitiéndonos prever el estado del tiempo para las próximas horas, días o semanas, e incluso hacer proyecciones para los próximos 5, 10 o 25 años. Desafortunadamente, las predicciones climáticas no son alentadoras.
A diferencia de una alerta de lluvia, donde basta con guardar un paraguas en el maletín, la predicción de condiciones climáticas adversas a 25 años exige medidas de prevención mucho más amplias y complejas.
Puede sonar exagerado o catastrófico, pero el impacto del cambio climático y las condiciones de vulnerabilidad de algunas regiones de Ecuador demandan un titánico esfuerzo en materia de política pública y una voluntad firme para tomar en serio un problema que estamos dejando de herencia a nuestras próximas generaciones. Sin embargo, también existen salidas viables para enfrentar el calentamiento global y al mismo tiempo impulsar el crecimiento económico junto con reducir la pobreza. Analicemos el problema y las opciones del país:
El impacto del calentamiento global en Ecuador
El informe sobre el clima y el desarrollo del Banco Mundial para Ecuador analiza algunos de los factores que colocan al país en una posición de desventaja para enfrentar este fenómeno.
Hay impactos inevitables, ligados a las condiciones geográficas y topográficas del país. La región costera es más propensa a las inundaciones, mientras que en las zonas montañosas serán más frecuentes los deslizamientos de tierra producto de intensas lluvias y crecidas de ríos.
Y así como existe la posibilidad de afectaciones por exceso de agua, los modelos también prevén que el impacto climático pudiera venir acompañado de largas sequías, desembocando en otro tipo de afectaciones igualmente graves, como la crisis energética que enfrenta actualmente el país.
Otras presiones
El petróleo es el mayor producto de exportación del Ecuador y su economía depende en gran medida de sus niveles de producción, así como de las fluctuaciones de su precio. Sin embargo, la tendencia mundial apunta hacia la descarbonización, por lo cual se estima que la demanda de crudo (y el precio) irá a la baja.
Del mismo modo, la tendencia de los países está orientada a adoptar posturas más estrictas contra los cultivos de alta deforestación y esto puede provocar que las exportaciones agrícolas del Ecuador, como el banano, el camarón o incluso el sector florícola, se vean sometidas a restricciones cada vez mayores.
Estas presiones pueden convertirse en oportunidades en tanto en cuanto Ecuador reconozca que cuenta con algunas ventajas que pueden convertirse en alternativas sostenibles de ingresos económicos. Pero estas ventajas solo se podrán aprovechar con una serie de reformas multisectoriales en el que se prioricen los sectores energéticos, de transporte y del uso de la tierra.
Un futuro de incertidumbres
Es difícil imaginar un país netamente agrícola que pueda seguir su rumbo si la disponibilidad de agua va a ser cada vez menor con el trepidante retroceso de los glaciares y las sequías prolongadas por fenómenos como La Niña.
Es una gran interrogante imaginarse el futuro de una ciudad tan poblada como Guayaquil cuando es una de las ciudades costeras más vulnerables del mundo ante la elevación del nivel del mar. Las imágenes de las inundaciones en Porto Alegre, Brasil, son una muestra de lo que tendremos que presenciar más adelante.
No solo se trata de infraestructura. Se trata de seguridad alimentaria, de actividades vulnerables como la pesca, el turismo y la agricultura. Se trata de la emigración de miles de personas que buscarán lugares más seguros para vivir.
Es momento de prestar atención al pronóstico del tiempo no solo para saber si debo llevar un paraguas para el día de mañana, sino para planificar cómo nos vamos a preparar para los próximos 25 años.
¿Qué oportunidades tiene Ecuador para cambiar su futuro?
Diseñar y aplicar un sólido programa de políticas climáticas que integren las prioridades en materia de clima y desarrollo podría convertirse en parte de la solución.
El informe del Banco Mundial destaca que las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático, impulsadas por una combinación de dinamismo del sector privado e inversiones públicas bien orientadas, contribuirían a la economía de Ecuador, encaminando al país hacia un crecimiento sostenible.
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