En Centroamérica cohabitan más de 60 pueblos indígenas que componen la diversa población de la región y que han desarrollado sistemas propios de organización social, política, económica y cultural durante siglos. De esta forma, estos grupos étnicos aportan con sus ciencias, sus conocimientos y sus prácticas tradicionales a los procesos de gestión del riesgo de desastres (GRD) y adaptación al cambio climático (ACC).
Como parte de su cosmovisión, se traza una relación directa entre universo, naturaleza y humanidad. Las bases de este pensamiento son la armonía y el equilibrio, dos elementos clave para la GRD y el fortalecimiento de la resiliencia. A pesar de esta sabiduría milenaria aplicada a la práctica, el 80% de los 42 millones de indígenas que vive en América Latina, lo hace en situación de pobreza y extrema pobreza debido a una exclusión histórica.
Esto se ha traducido a una desigualdad extrema que dificulta su identificación como sujetos colectivos de derechos, el reconocimiento de sus tierras y territorios, el acceso a los recursos naturales, a los servicios básicos, a la economía formal, a la justicia y a la participación en instancias de toma de decisiones. Como consecuencia, esta situación los hace más vulnerables ante el riesgo de desastres y los impactos del cambio climático.
La región centroamericana es la segunda más vulnerable a desastres en todo el mundo. Esta región rica en recursos naturales y culturales se encuentra en manos de todas sus poblaciones, entre ellas, los pueblos indígenas. Ellos aportan territorio y conocimiento a través de sus tradiciones ancestrales que, combinadas con la tecnología, generan propuestas para construir una Centroamérica más resiliente.
Los pueblos indígenas plantean que es necesario el reconocimiento de sus derechos, sistemas y saberes en los procesos de prevención, emergencia y reconstrucción. Además, se deben ver los eventos en las líneas estratégicas de ciencias y conocimientos indígenas, fortalecimiento institucional y organizativo propio, derechos y salvaguardas, incidencia y participación.
La Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas ha reconocido que los pueblos indígenas son parte de la solución para abordar el cambio climático. En ese marco, ha establecido una plataforma para fortalecer el conocimiento y las prácticas de las comunidades locales y los pueblos indígenas relacionados con abordar y responder a esta amenaza. La comunidad global de GRD también podría tomar medidas para involucrar a los pueblos indígenas como socios expertos en la temática.
Hacia la integración de la cosmovisión de los pueblos indígenas
Existen cinco oportunidades estratégicas para incluir la cosmovisión de los pueblos indígenas ante los efectos del cambio climático :
1. La gobernanza para la GRD, los derechos indígenas y las salvaguardas. Garantizar el respeto, el reconocimiento y el ejercicio de los derechos indígenas y las salvaguardas en todas las acciones que se realicen en el marco de la GRD reconociendo y respetando sus instituciones y organizaciones a nivel local, nacional e internacional y asegurando espacios de incidencia y participación en las instancias de toma de decisiones.
2. El conocimiento del riesgo. Desarrollar e implementar las ciencias, los conocimientos y las prácticas tradicionales y ancestrales en las leyes, las políticas, los planes, los programas y los proyectos sobre GRD brindando acceso oportuno a pronósticos y predicciones hidrológicas y climáticas de la ciencia moderna.
3. La reducción del riesgo y la prevención. Desarrollar procesos de gestión cultural de los territorios indígenas como mecanismo de resiliencia y adaptación incluyendo acciones de análisis, planificación, evaluación, monitoreo y comunicación en idiomas indígenas sobre GRD y atención de desastres desde la visión indígena y los conocimientos tradicionales.
4. Las emergencias. Realizar acciones de evacuación, rescate y envío de alimentos y ropas (según los usos culturales), medicamentos y agua potable, y llevar a cabo acciones preventivas de salud intercultural instalando, de forma coordinada con las autoridades indígenas, albergues seguros, dignos y adecuados según sus normas y costumbres.
5. La recuperación y reconstrucción. Normalizar las condiciones del Buen Vivir de los pueblos indígenas damnificados reconstruyendo de forma culturalmente apropiada las estructuras de habitación que sufrieron daños físicos a causa de los eventos climáticos a través de la recuperación y desarrollo desde la base de sus sistemas propios, la capacidad social, económica, institucional, cultural, natural y ambiental de los pueblos indígenas.
Este artículo forma parte de una serie que se basa en el informe Hacia una Centroamérica más resiliente. Lee la serie y comparte tus opiniones en las redes sociales usando #CentroaméricaMásResiliente
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