Estudiante usando lentes de realidad para participar en un curso sobre riesgos laborales
Miguel Flores ha estado sin trabajo durante aproximadamente dos años y se mantiene con subsidios gubernamentales que recibe del sistema nacional de seguridad social de Ecuador. Sufre de problemas de circulación, experimenta ciclos de depresión o rabia, y necesita apoyo de familiares y amigos para realizar tareas cotidianas simples.
La vida de Miguel cambió después de perder uno de sus brazos cuando operaba una máquina picadora de frutas en una empresa agroindustrial mediana en Santo Domingo de los Tsáchilas, en Ecuador, que se especializa en producir pulpa congelada. Él y su familia tuvieron que enfrentar altos costos económicos y psicológicos debido a su proceso de recuperación, que se volvió más difícil durante la pandemia.
La historia de Miguel no es poco común en Ecuador. Según estimaciones recientes de la Organización Internacional del Trabajo, Ecuador reporta cada año más de 11000 accidentes laborales (alrededor de 30 accidentes diarios), de los cuales 3600 casos se relacionan con golpes producto de la caída de un objeto o de una pieza de un equipo. Aproximadamente 557 casos resultan en una amputación.
Falta de capacitación adecuada, una de las principales causas de los accidentes laborales
Santo Domingo es una provincia de Ecuador que ha registrado en las últimas décadas, tasas de crecimiento económico impresionantes en la agricultura, la construcción y las manufacturas. Estos tres importantes sectores, que en conjunto representan alrededor del 56 % de la economía de la provincia, requieren mucha mano de obra y el uso de maquinaria pesada.
Dado el alto crecimiento industrial, los accidentes laborales se han vuelto más comunes en las fábricas de la provincia. La mayoría de estos eventos son consecuencia de la utilización y la operación inapropiada de los equipos de producción por parte de los trabajadores. Alrededor de la mitad de todos los accidentes se producen en las empresas agroindustriales y manufactureras.
La falta de formación adecuada para gestionar los riesgos industriales constituye uno de los factores determinantes para que se den este tipo de situaciones en el lugar de trabajo. El uso inadecuado de los equipos, la exposición limitada a técnicas de prevención de accidentes y la carencia de protocolos claros que se deben seguir son causas que aumentan los accidentes laborales.
La realidad virtual, una alternativa prometedora para capacitar a los trabajadores
Como los desastres y accidentes se repiten en todas las áreas, la capacitación sobre seguridad y prevención de riesgos es esencial para mitigar su incidencia, proporcionar una respuesta rápida y minimizar las víctimas. En la prevención de riesgos industriales, el desarrollo de las habilidades de los estudiantes sigue siendo un reto para las personas en entrenamiento y sus tutores, en parte debido a la limitada disponibilidad de capacitación práctica o de acceso a contenido apropiado y oportunidades de aprendizaje.
Por ejemplo, es difícil preparar a los trabajadores para enfrentar las emergencias de manera adecuada debido a la imposibilidad de replicar entornos de emergencia. Como respuesta, los educadores han comenzado a depender de simuladores de laboratorios virtuales, en muchos de los cuales se utiliza realidad virtual (RV), para desarrollar experiencias de aprendizaje que, de otro modo, no serían de fácil acceso para los estudiantes.
Los laboratorios virtuales (i), que permiten a los alumnos simular riesgos y emergencias sin presión ni peligro real, son una herramienta conveniente para enseñar a los estudiantes cómo prevenir los riesgos industriales. Estudios disponibles indican que la capacitación inmersiva usando realidad virtual puede ser más eficaz que la formación tradicional en campos como la prevención de riesgos industriales.
Las simulaciones de realidad virtual pueden exponer a los estudiantes a situaciones de la vida real que, de lo contrario, serían imposibles de ensayar , como inundaciones, terremotos u otros desastres de origen natural, simulacros de evacuación, extinción de incendios, accidentes y otras circunstancias peligrosas. Los estudiantes pueden asimilar estas simulaciones como experiencias “vividas” y, por lo tanto, adquirir un conocimiento de larga duración que puede ser muy valioso cuando ocurra un accidente.
La experiencia de Ecuador
A través de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (SENESCYT), el gobierno ecuatoriano comenzó a implementar el programa ActiVaR, que cuenta con apoyo técnico del Banco Mundial y la asistencia financiera del Fondo de Asociación entre Corea y el Banco Mundial. ActiVaR promueve la implementación y evaluación del uso de tecnologías de realidad virtual para impartir capacitación práctica en programas técnicos y tecnológicos seleccionados en Ecuador.
El programa ActiVaR se lleva a cabo en el Instituto Superior Tecnológico “Tsa’ chila” para brindar formación práctica en las áreas de seguridad ocupacional y prevención de riesgos. El plan de estudios de ActiVaR es el resultado de un proceso de consultas con empleadores locales.
El contenido curricular, elaborado en coordinación con la Fundación Edúcate, ayuda a reducir los principales accidentes laborales en la provincia de Santo Domingo. Las simulaciones de realidad virtual transportan a los estudiantes a una fábrica local, los exponen a maquinarias y contextos reales, y los ayudan a prevenir, identificar, disminuir y gestionar los riesgos industriales. Los alumnos acceden a tales experiencias a través de auriculares de realidad virtual, y pueden ver recreaciones de imágenes generadas por computadora de una fábrica y de una escuela, que les proporcionan el campo perfecto para aprender a evaluar entornos riesgosos y conocer las mejores prácticas y los protocolos de seguridad.
La experiencia lúdica permite a los usuarios (estudiantes) practicar, poner a prueba sus conocimientos al final de cada sección y alcanzar los objetivos para pasar a la siguiente fase. El curso consta de cinco módulos:
- Introducción a la prevención de riesgos industriales.
- Entornos laborales y factores de riesgo en el sector industrial.
- Tipos de riesgo.
- Medidas de prevención para el uso de maquinaria.
- Control de emergencias.
Cada módulo proporciona a los estudiantes una experiencia educativa de inmersión total, en que se recrean los principales temas relacionados con los riesgos industriales, exponiendo a los usuarios a una situación peligrosa ficticia. La experiencia también tiene un sistema de apoyo que los maestros pueden utilizar para revisar las calificaciones, monitorear los avances y evaluar el desempeño de los estudiantes en la experiencia de realidad virtual. En el aula inmersiva se instalaron varias estaciones de realidad virtual donde los estudiantes pueden usar los auriculares de manera simultánea y segura, y los maestros pueden proporcionar información a los estudiantes que mientras esperan su turno ven en una pantalla lo que sus demás compañeros experimentan en tiempo real.
Realidad virtual: una herramienta para garantizar el éxito del aprendizaje digital
El Instituto Superior Tecnológico “Tsa’ chila” puso en marcha en abril de 2022 el programa de capacitación inmersiva que usa la realidad virtual en las áreas de seguridad ocupacional y prevención de riesgos. Desde entonces, se han beneficiado más de 150 estudiantes que se matricularon en el Programa de Seguridad y Prevención de Riesgos Industriales.
El programa ActiVaR es una de las primeras experiencias de este tipo en América Latina y tiene como objetivo orientar a los responsables de formular las políticas en Ecuador y la región sobre los beneficios del uso de la tecnología educativa para mejorar la calidad de la educación. La iniciativa reducirá los accidentes laborales, mejorará la productividad de los empleadores locales y, en última instancia, salvará vidas en Santo Domingo.
En Ecuador, como en muchos países del mundo, la pandemia de COVID-19 ha contribuido a aumentar la oferta de educación digital. La capacitación inmersiva que usa la realidad virtual es, sin duda, un mecanismo que permite ofrecer a los estudiantes una interacción vivencial que los ayuda a aprender.
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