Los aficionados al andinismo y el esquí podrán dar evidencia sobre cambios substanciales del paisaje en la Cordillera de los Andes durante las últimas décadas. Los principales nevados de los Andes han perdido ya entre un 30% y 50 % de sus glaciares y los modelos climáticos prevén que esta pérdida masiva continuará en las siguientes décadas como consecuencia del calentamiento global.
Los efectos del cambio climático se sentirán también en las ciudades y la infraestructura costeras, la agricultura, los bosques, la salud humana, los sistemas hídricos, y ecosistemas. Sin embargo, estos impactos climáticos globales y regionales se podrían aminorar con un acuerdo internacional que limite las emisiones globales de gases de efecto invernadero, de tal forma que el calentamiento global no sea mayor a dos grados centígrados.
Entre el 9 y el 11 de septiembre de este año, se celebró en Chile el Foro Latino Americano y del Caribe del Carbono con el fin de intercambiar experiencias sobre instrumentos económicos innovadores y nuevas estrategias de financiamiento climático, las cuales permitirán a los países latinoamericanos avanzar sus objetivos de desarrollo bajo en emisiones y contribuir a un proceso global de mitigación al cambio climático.
Celebrado en un momento crítico, solo unos meses antes del acuerdo climático de Paris, el Foro permitió identificar estrategias regionales y nacionales para movilizar inversión del sector privado, fijar un precio al carbono, y crear nuevos mercados de reducción de emisiones.
La efectividad de las políticas de cambio climático en América Latina dependerá del nivel de cooperación y homogenización de instrumentos económicos. Si bien países como México y Chile están implementando impuestos al carbono, otros países mantienen subsidios a los combustibles fósiles, conllevando a efectos ambientales opuestos al efecto del impuesto al carbono.
La divergencia de políticas entre países y la falta de coordinación regional pueden resultar en esfuerzos limitados, donde las innovaciones de un país se vean desmoronadas por políticas de otros. Por ende, la cooperación en el diseño de políticas de cambio climático y la equivalencia de los precios al carbono en toda la región son temas de importancia primordial que definen nuestro futuro.
La implementación adecuada de políticas de cambio climático permitirá movilizar inversión en tecnologías limpias, propiciar economías más diversas, desarrollar nuevas oportunidades de negocios y empleo, y obtener una mejora substancial de la calidad ambiental en las ciudades.
Hemos llegado a un momento crítico donde el nivel de ambición de las políticas nacionales y globales de cambio climático determinan la reducción de los riesgos causados por el cambio climático, pero también darán señales claras para impulsar una transformación tecnológica sin precedente.
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