Cuatro mercados que pueden estimular un crecimiento inclusivo en Honduras

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Honduras, un país que ha vivido numerosas crisis, tiene otra cara que tal vez la comunidad internacional desconoce. Es una nación joven y vibrante, hogar de 10 millones de personas, que podría estar en la cumbre de una transformación económica. Un país lleno de optimismo, estratégicamente ubicado y con acceso preferencial a mercados vecinos y regionales, incluyendo Estados Unidos, gracias a tratados de libre comercio.

Pero no nos equivoquemos, el país tiene un camino desafiante por delante. Honduras ha luchado por convertir sus amplios recursos en el tipo de crecimiento económico que genera empleos y saca a la gente de la pobreza. Sin embargo, sigue siendo el segundo país más pobre del hemisferio occidental después de Haití.  Casi uno de cada seis hondureños vive con menos de US$1.90 por día, mientras que el crecimiento anual del ingreso per cápita ha promediado solo 1.2 % desde 1960.    

La exposición estructural a choques externos va de la mano con altos niveles de delincuencia, inestabilidad política y un entorno institucional y empresarial débil. Esto socava la competitividad del país, la diversificación económica, impulsa la emigración y ralentiza los esfuerzos encaminados a aumentar ingresos, reducir la pobreza y la desigualdad.

El cambio climático y los desastres naturales también han golpeado a Honduras. Dos tormentas devastadoras – en un país que depende de la agricultura – han creado condiciones adversas que afectan los esfuerzos de recuperación de la pandemia.

Es en este contexto que el recién publicado Diagnóstico del Sector Privado (CPSD, por sus siglas en inglés) - del Grupo Banco Mundial - examina algunas de las muchas oportunidades que pueden ayudar a crear nuevos mercados y estimular el crecimiento económico inclusivo en Honduras.

Sectores clave para el desarrollo

El CPSD de Honduras se centra en un potencial punto de inflexión: el poder y el dinamismo del sector privado.  Si bien las grandes corporaciones nacionales y las multinacionales pueden jugar un papel en la transformación de la vida de las personas en Honduras, también lo pueden hacer las pequeñas y medianas empresas (Pymes)  que representan la mayor parte del sector privado en el país y muchas de las cuales operan de manera informal.

El diagnóstico analiza cuatro sectores económicos prioritarios que podrían tener impacto significativo en el desarrollo. La agricultura, la manufactura liviana, la tercerización de procesos empresariales y los servicios financieros digitales para las MiPymes tienen potencial de impulsar el crecimiento y crear empleos, y así dar paso a un desarrollo impulsado por el sector privado y la diversificación de las exportaciones.

Este esfuerzo se ve obstaculizado por barreras para invertir y hacer negocios.  Las empresas lidian con electricidad poco confiable, regulaciones fiscales onerosas y costos de seguridad desalentadores, asociados con el crimen y la violencia.  Igualmente, los requisitos de garantía y los costes de endeudamiento limitan la capacidad de algunas empresas para acceder al capital necesario.

La simplificación de los procedimientos para establecer una empresa, así como para sacar a las empresas del sector informal, es crucial para avanzar. La estructura fiscal también debe simplificarse y ser coherente.  El capital (humano, físico y de financiación), que es el alma de todas las empresas, debe estar disponible más fácilmente.

Con la agricultura en el corazón de la economía, Honduras tiene espacios para fortalecer su apoyo a más agroempresas con potencial de exportar.   El sector necesita insumos de mejor calidad, infraestructura vial para acceder a mercados, entrenarse en prácticas internacionales y mejorar procesos de verificación de la inocuidad de los alimentos, que permita que los productos agrícolas entrar en mercados globales más estrictos.

Construido sobre el modelo de maquila, que opera en zonas especiales con menor burocracia y una baja carga tributaria, el sector de manufactura liviana en Honduras lleva ventaja competitiva. Para lograr ser más competitivas en mercados regionales e internacionales, las fábricas deben poder acceder a insumos de calidad, fortalecer las capacidades de los trabajadores y mejorar los servicios públicos. 

Otra industria prometedora para Honduras – entre otros, por su población joven - es la de tercerización de procesos de negocios. Un mayor acceso a la infraestructura de telecomunicaciones y banda ancha, y el entrenamiento a los trabajadores en servicios de demanda internacional, impulsarían el sector y además beneficiarían el sector de servicios de finanzas digitales para atender tanto a los clientes individuales como a empresas.

Hay un camino por recorrer para lograr una mayor prosperidad en Honduras. Si les damos la oportunidad, pequeñas, medianas y grandes empresas locales y multinacionales, podrían liderar el camino . El estudio del Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional (IFC) tiene como objetivo apoyar a los sectores público y privado de Honduras y acompañar al país en este camino para el desarrollo de mercados más diversos y sofisticados.


Autores

Sanaa Abouzaid

Gerente regional de IFC en Centroamérica

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