Océanos saludables y productivos para el desarrollo sostenible

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Indígenas de la etnia Miskita ubican redes de pesca en la comunidad de Yahurabila, Honduras. Indígenas de la etnia Miskita ubican redes de pesca en la comunidad de Yahurabila, Honduras.

Los océanos poseen un capital natural valuado en 24 mil millones de dólares que enfrenta graves amenazas por contaminación, calentamiento global, destrucción de los manglares y sobreexplotación de sus recursos. Con el 70 % de la superficie del planeta cubierta por océanos, el agua desempeña un rol clave en la economía, la regulación climática, el desarrollo de las comunidades costeras y el bienestar de millones de personas. Tener océanos saludables es primordial para lograr un desarrollo sostenible, inclusivo y resiliente en beneficio de las personas y el planeta.

La región de América Latina y el Caribe, con una extensa superficie marina de más de 18 millones 723 mil kilómetros cuadrados, enfrenta desafíos significativos. Sin embargo, varios de sus países han implementado acciones para avanzar hacia una economía azul sostenible y resiliente . La economía azul se centra en el desarrollo sostenible de océanos y sus recursos para generar empleo y acelerar el crecimiento económico en armonía con los recursos marinos.

Retos al desarrollar la economía azul en el Caribe

Para desarrollar una economía azul aún existen muchos retos. Por ejemplo, los países del Caribe se enfrentan a una creciente contaminación por sargazo. La proliferación de esta alga marina produce efectos negativos en el bienestar de las personas, las actividades económicas y los medios de subsistencia, especialmente en sectores como el turismo, la pesca y el transporte marítimo. La descomposición del sargazo genera sulfuro de hidrógeno, provocando olores desagradables y su exposición prolongada puede causar daños a la salud. Además, restringe el acceso a las playas de moradores y turistas, y al mismo tiempo afecta a esta industria.

A pesar de los numerosos retos, el Banco Mundial apoya a numerosos países de la región en el trabajo hacia el desarrollo de una economía azul. A continuación, dos ejemplos:  

          1.    En República Dominicana:

Para la República Dominicana, país en el que el turismo representa una parte importante de su economía, y en el que previo a la COVID-19 el turismo costero y marino representaba el 15 % del Producto Interno Bruto (PIB), hacer frente a los altos costos de la limpieza de las playas y la gestión del sargazo es un reto  que impacta negativamente sus finanzas. 
Para apoyar a los países, el Banco Mundial respalda el diseño de medidas sostenibles para el manejo del sargazo, así como el análisis para evaluar su impacto en la economía y la salud. También se analizan innovaciones que permitan generar ingresos a partir de su reutilización en países como la República Dominicana y otras naciones caribeñas.

          2.    En Centroamérica

Los desafíos no se limitan a las costas del Caribe, sino que también en el Pacífico es crucial proteger las más de 500 mil hectáreas de la iniciativa del Corredor Marino del Pacífico Tropical Oriental  (CMAR). Este corredor es una ruta migratoria fundamental para tortugas, ballenas, tiburones, mantarrayas y otras especies. Esta iniciativa que abarca Panamá, Costa Rica, Colombia y Ecuador busca proteger dichas especies de la pesca ilegal y promover un turismo sostenible. Para alcanzar los objetivos de esta iniciativa, enmarcada en los principios de una economía azul, se requieren cambios en las políticas y asignación de recursos financieros.

Por otro lado, a través de PROBLUE, un fondo administrado por el Banco Mundial para promover el desarrollo y manejo sostenible de los recursos marinos se apoyará en Centroamérica la formalización de los mecanismos del CMAR brindando apoyo a Panamá y Costa Rica con el objetivo de fortalecer la gestión regional integrada de este Corredor Marino. Asimismo, apoyar el diseño de programas que promuevan la protección de especies y fortalezcan el turismo sostenible, y generen ingresos para las comunidades costeras.

El Banco Mundial reafirma su compromiso de acompañar a todos los países de la región en la búsqueda de acciones que contribuyan a proteger su biodiversidad marina y promover una economía azul, sostenible y resiliente que impacte positivamente la vida de toda la población. 

 

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Autores

Michel Kerf

Director para Centroamérica y República Dominicana, América Latina y el Caribe

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