Mujer ecuatoriana llenado un formulario del sitema de registros sociales.
Identificar a quienes más necesitan los servicios y beneficios de la protección social es un desafío para cualquier tomador de decisiones. La identificación equivocada de la población que necesita ayuda podría generar serias consecuencias en la igualdad, efectividad del gasto público, y, principalmente, en la legitimidad de la política social de cualquier país.
En América Latina y el Caribe los registros sociales se han convertido en una pieza central para el diseño e implementación de la política social. estos permiten identificar de manera transparente a las personas en situación de pobreza y vulnerabilidad, como servir de herramienta para monitorear los cambios en el nivel de bienestar de cada persona o familia identificada.
Más que sistemas de información, los registros sociales son un instrumento clave para la gestión de política y la inclusión social y económica de los grupos más vulnerables . Buenos registros sociales ayudan a identificar a quiénes llegar y a explorar dónde están las posibles brechas de atención.
La historia de los registros sociales en América Latina y el Caribe se remite a hace cuatro décadas atrás cuando países de la región, como el caso de Chile, comenzaron a consolidar información socio económica de los hogares más pobres en las fichas de asistencia social. Una segunda generación de registros sociales como los de México y Brasil, surgió a partir de los registros de beneficiarios de programas de transferencias monetarias. Recientemente, tras la pandemia de la COVID-19, países como Ecuador y Costa Rica han aprovechado los intercambios de información levantada en los hogares con grandes sets de datos administrativos para robustecer y actualizar sus registros.
La pandemia dio, de manera no deliberada, un impulso dinamizador a los registros sociales de la región. Ante la imposibilidad de interactuar con los hogares, los registros tuvieron que buscar otra información disponible y descubrieron que la interoperabilidad con otras bases de datos contribuía a disponer de información más actualizada de los hogares. Además, los registros sociales están trabajando para servir como instrumentos para prevenir crisis relacionadas con el cambio climático y los desastres .
Evolución e integración de los registros sociales
La evolución y expansión de los registros sociales ha permitido que sean más incluyentes, es decir, que tengan una mayor cobertura, especialmente de grupos vulnerables. También se volvieron más eficientes con información más actualizada y certera además de flexibles, por ejemplo, que se puedan usar en momentos de emergencia para identificar grupos afectados por un evento adverso.
A su vez, la integración de la información en los registros sociales ayuda no sólo a reducir la complejidad operativa tanto para los administradores de los programas como para los hogares que quieren acceder a ellos, sino que reduce los costos para el Estado, evitando múltiples procesos paralelos de recolección de información de los hogares. A su vez, mejoran la experiencia del ciudadano quien reporta información a una sola entidad para poder aplicar o ser elegible para múltiples intervenciones.
En Ecuador, entre 2019 y 2023, el Banco Mundial ha trabajado de la mano con el gobierno del país para incluir a 550 mil nuevas personas en los programas de protección social, a través de una mejor identificación en el registro, pasando de 4 a 9 de cada 10 hogares pobres . En términos de eficiencia, estas acciones contribuyeron a reducir 6,4 puntos porcentuales la brecha de pobreza en el mismo periodo.
Pese a lo que se ha logrado, en Ecuador y similar a nivel regional aún hay un gran camino para consolidar el fortalecimiento de los registros sociales. Estos son cuatro pendientes :
- Avanzar en la consolidación de su institucionalidad y su marco legal.
- Mejorar el uso de los registros en la cadena de implementación de los programas para que sean utilizados no sólo para focalizar beneficios sino como herramienta para promover oferta concurrente y relevante en los hogares.
- Promover la interoperabilidad y garantizar protocolos de intercambio de información.
- Garantizar su adopción y uso por parte de las entidades responsables de la política social y el entendimiento del ciudadano sobre su función.
Para el Banco Mundial los registros sociales son la columna vertebral de los sistema de protección social. No sólo juegan un rol crítico en la cadena de implementación de los programas, sino que ayudan a organizar y conectar la oferta de servicios nacionales y locales. Con esta convicción, hemos trabajado por más de tres décadas en apoyar a los países a crear y consolidar sus registros a través de operaciones de crédito y asistencia técnica en Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Jamaica, Haití, Honduras, Perú y República Dominicana. Como parte de este impulso los países de la región han decidido conformar una comunidad de aprendizaje para abordar los desafíos pendientes y el Banco Mundial, con otros aliados multilaterales, apoyó esta creación en el evento organizado por la Unidad del Registro Social de Ecuador, el pasado mes de septiembre, en Quito.
Mantente actualizado con nuestro artículo semanal
Artículos relacionados:
Únase a la conversación